Durante cinco días de abril, Querétaro se transformó en una geoda con cristales de ciencia, arte y territorio. Del 22 al 26 se celebró la primera edición de Müi Geo, el festival geocultural organizado por el Instituto de Geociencias de la UNAM, en sedes como BLOQUE, The Hub, el Museo de la Ciudad y la Plaza Fundadores. Lo que comenzó como una evolución de la Semana de la Tierra, floreció en una experiencia colectiva de apropiación del conocimiento geocientífico.

En esta edición inaugural, Müi Geo logró reunir a cientos de estudiantes, docentes, investigadores, artistas, divulgadores y familias en una programación que cruzó disciplinas y geografías. Desde talleres sobre volcanes, rocas y compostaje, hasta performances y observaciones astronómicas, el festival se propuso algo ambicioso: hacer sentir las geociencias.
El martes 22, el festival inició con la inauguración de una exposición de litografía geocientífica en el Museo de la Ciudad. Al día siguiente, el cielo fue protagonista en Müi Astronómico, una noche de telescopios y conversaciones que convirtió a BLOQUE en un observatorio ciudadano bajo las estrellas.
El miércoles, Müi Geo-Tour nos llevó por afloramientos y fallas geológicas en el parque de La Lagartija, BLOQUE y el parque La Barreta. Ahí, Querétaro mostró sus raíces profundas: un territorio que guarda memorias de mares antiguos y movimientos tectónicos. Fue una caminata para vincularnos con el paisaje.
El jueves 24, Müi Geo-científicos Anónimos tomó The Hub con un diálogo informal sobre crisis climática. Geocientíficos, estudiantes, tomadores de decisiones y público general compartieron dudas, historias y emociones en un ambiente relajado, demostrando que la ciencia también se siente y se conversa.

El gran cierre llegó el sábado 26 con el Festival Geocultural en la Plaza Fundadores, en el barrio de La Cruz, donde talleres, charlas, música y teatro llenaron el corazón del Centro Histórico. Más de veinte actividades simultáneas ofrecieron una visión lúdica y crítica de temas como el agua, los sismos o los suelos. Niñas y niños hicieron su colección de rocas, jugaron con volcanes, armaron modelos de Pangea y aprendieron de composta. Adultos escucharon con atención sobre el Triángulo Sagrado y el futuro climático de la región. Fue una fiesta del conocimiento, accesible y plural.
Müi Geo demostró que la divulgación científica no tiene por qué limitarse a la rigurosidad del aula o el auditorio. Puede salir al parque, mirar al cielo, tocar el suelo. Puede abrir preguntas en vez de imponer respuestas. Puede emocionar, conmover y movilizar.
Más allá de cifras —que rondaron los 1,000 asistentes en total—, Müi Geo dejó algo más valioso: la sensación de que la ciencia puede ser parte de la vida cotidiana. Que los saberes geológicos pueden dialogar con el arte, con la historia local, con los sueños infantiles. Que la Tierra, cuando se escucha en comunidad, es más bella y más fuerte.
Este festival fue apenas el primero. Pero si algo nos enseñó Müi Geo es que Querétaro está listo para más: más ciencia en las calles, más vínculos entre universidad y sociedad, más festivales que nos hagan mirar al planeta con otros ojos. Y, sobre todo, con el corazón atento.
La maestra Mónica Ramírez Calderón es la responsable de la Unidad de Comunicación de las Geociencias, UNAM
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