PREGUNTA
Buenas noches, Rocío, ¿qué tal? ¿Cómo estás? Soy Verónica tengo 38 años, por el momento no tengo pareja. Comencé mi vida sexual a los 15 años, pero me masturbo desde que tengo memoria. Fue un gran sacrificio llegar a los quince virgen. Tenía alrededor de cuatro años, si mal no recuerdo, cuando comencé a masturbarme, yo no sabía que se llamaba así, pero frotaba mi clítoris con cualquier cosa, sentía mucho placer.
Un día mi abuelita me vio frotándome en un caballito de madera y me dijo: ¡Niña, deja de hacer cosas malas! me sentí muy rara y entendí que siempre lo tenía que hacer a escondidas, yo no lo quería dejar de hacer nunca. Tendría unos 11 años cuando tuve mi primer orgasmo, recuerdo que me frote con un muñeco de peluche. Las ganas de darme placer pocas veces se me quitaban. Fue después de mis quince años que me quite el miedo y mantuve mis primeras relaciones sexuales. Mi primera vez realmente fue frustrante, mi compañero tuvo su orgasmo a los cinco minutos y luego yo, insatisfecha, me masturbe unas seis veces más.
Así comenzó mi vida sexual, con mucha frustración, algunas de mis parejas me decían que era ninfómana, porque siempre quería sexo, otras me decían que era una puta y que debería irme a parar a una esquina para que se me quitara lo caliente, los que menos me ofendían, me decían que estaba enferma, me hacían sentir muy mal. Luego conocí a Oscar. Él siempre me llevaba el ritmo sexual, llegue a sentir alrededor de 10 orgasmos en una sola relación sexual. ¡Fue maravilloso! me sentí por primera vez saciada.
Después de un tiempo y con el trabajo absorbente de Oscar, las relaciones eran más espaciadas y cada vez él aguantaba menos, comenzó a celarme sin razón y le pasaba por la mente que nunca me dejaba satisfecha, situación que era falsa, ya que aunque él no duraba igual como antes, yo me sentía bien con el sexo que teníamos. Yo le decía que no me importaba llegar siempre a diez orgasmos, pero el insistía y se frustraba cada vez más. Me sentía contenta con él, pero él ya no conmigo. Él me inventaba que tenía varios amantes y que por eso yo ya no lo presionaba, me abandono en uno de sus ataques de celos, en fin, una locura.
Ahora estoy sola, me masturbo por la mañana y tengo de dos a tres orgasmos, luego, cuando llego de trabajar otro tanto. Por la tarde me dan ganas la mayoría de los días, pero me aguanto y no pasa nada. Tengo miedo a ser ninfómana y que ningún hombre se quede conmigo porque les exijo demasiado. Ya tengo ganas de tener una nueva pareja, pero no sé, ¿cómo me quito las ganas sexuales para ser una persona normal? Te pido tu opinión y consejo, ayúdame por favor.
RESPUESTA:
Hola Verónica. Muchas gracias por preguntar y por la confianza.
La hipersexualidad, antiguamente llamada ninfomanía, se considera un trastorno psicológico exclusivamente del sexo femenino, caracterizado por una libido muy activa y una obsesión por el sexo.
Sin embargo, Verónica, hay que aclarar que el deseo sexual varía considerablemente de persona a persona. Lo que para una persona puede parecer un deseo excesivo, para otra parece normal y para otras incluso, bajo.
Existen diferencias entre el trastorno de hipersexualidad y de una mujer multiorgasmica y son las que explico a continuación:
Podríamos hablar de trastorno de hipersexualidad cuando el comportamiento causa ansiedad; en tu caso no me mencionas que hayas sentido incomodidad o ansiedad por las prácticas sexuales frecuentes o por los múltiples orgasmos. Al contrario has experimentado placer sin límite. Tu problema verdadero es porque eres más caliente de la media y eres multiorgásmica.
Yo creo que todas las personas tenemos un termostato; algo así como el que tiene el calentador de nuestras casas. Unos somos fríos, otros tibios, calientes y muy calientes. Me parece que la flecha de tu perilla está en la posición de muy caliente; ser muy caliente es sólo una condición biológica, es como ser alto, flaco, moreno o blanco. El inconveniente para ti es que desde que eras muy pequeña fuiste muy sexual y te reprimieron, por eso tienes la sensación de que estás mal o haces “cosas malas”.
Otro punto para indicar que tienes un trastorno de hipersexualidad es cuando el comportamiento impide tu funcionamiento social. Me has comentado que te masturbas por la mañana y por la noche, por la tarde te dan ganas de hacerlo, pero, lo controlas y luego puedes seguir trabajando, este ejemplo me da a entender que no es una conducta compulsiva y que tienes mando sobre ella.Muchos hombres se deberían de dar por bien servidos cuando se encuentran a mujeres privilegiadas como tú. El problema es que tanto mujeres como hombres no tenemos mucha educación sexual y vemos este privilegio como problema. ¿Y sabes por qué? Porque las parejas que has tenido piensan que deben mantener la erección, mientras tú llegas a tus diez orgasmos. Y en muchos casos los hombres tienen urgencia eyaculatoria. El secreto es muy fácil, no necesitan tener una erección todo el tiempo. Los preliminares para las relaciones sexuales siempre son importantes, pero en tu caso son indispensables. Besarte, masajearte, acariciarte, chupetearte y lamerte deben de estar dentro de las tareas de pareja.
Verónica, me gustaría que como primer tarea realizaras una lista de las cosas que te gustan y como te gustan en el terreno sexual para llegar al clímax. Es necesario que las personas que van a compartir la sexualidad contigo estén enteradas de esta lista para ayudarte a tener ricos orgasmos. Busca parejas con un termostato similar al tuyo, de caliente a muy caliente. Aunque eso no debería ser tan importante, si puede influir en tu tranquilidad, lo más importante es saber cómo puedes llegar a sentirte satisfecha y que tus parejas entiendan que no son malos amantes por no llegar a los mismos orgasmos, pues no están haciendo abdominales y no es competencia; porque mientras las mujeres podemos tener varios orgasmos en un periodo de 20 minutos, los hombres sólo podrán tener uno o dos cuando mucho, y no es por incapacidad, sino porque el organismo de las mujeres se desempeña totalmente diferente al de los hombres.
Verónica, quiero decirte que son innumerables los casos en los consultorios sexuales de mujeres que jamás han logrado un orgasmo. Siéntete afortunada y sigue disfrutando de tu sexualidad a tope. ¡Enhorabuena! Y ¡agasájate!