Voy subiendo por la ladera de la Presa Constitución de 1917, mejor conocida como “La Estancia”, cerca de San Juan del Río. La intención de subir, era tener una mejor panorámica de la presa y fotografiar en conjunto a varias especies de aves acuáticas que pueblan la presa. Al fondo se ven las palapas y restaurantes de playa, que hacen de La Estancia una pequeña sucursal de Acapulco.
De repente me sobresalta un sonido como un TRAC-TRAC-TRAC, que sale de los matorrales secos y las cactos que empiezan unos metros más arriba en la ladera. Habiendo estado junto al agua, no caía en la cuenta de que en realidad estoy en un hábitat bastante árido, y en el momento que mi cerebro conecta el ruido como de MATRACA en este ambiente como de DESIERTO, la veo saltar de un arbusto espinoso a otro, como si la hubiera invocado con mi sinapsis: es una Matraca del Desierto, un ave mediana, con cola y pico bastante largos, cuyo bello patrón jaspeado de plumaje resulta un muy eficiente camuflaje que rompe su contorno y la oculta entre los tonos ocre y marrón de los alrededores.
“¡TÍRALE!” pienso, y levanto mi arma, con la que le disparo una ráfaga de veinte tiros, de los cuáles cinco o seis aciertan en el blanco… Afortunadamente, mi arma es una cámara fotográfica con un telefoto largo y los tiros son fotografías de alta resolución. No sé lo que se pueda sentir ,y no lo quiero averiguar, disparar una escopeta en lugar de mi cámara, pero supongo que con la fotografía experimento una adrenalina similar a la cacería, sin llegar a la parte espantosa donde tu blanco explota y cae sin vida. Por el contrario, cuando logro acertar, las hermosas imágenes de las aves quedan preservadas para mi satisfacción y para poder compartirlas.
Y afortunadamente, en ese momento logré acertar al blanco, lo que me permite compartir aquí algunas imágenes de este hermoso animal.
La Matraca del Desierto puede ser encontrada a menudo saltando por el suelo, buscando alimento. No es muy diestra volando y normalmente hace vuelos cortos y revolotea en torno a las plantas desérticas.
Construye sus nidos a una altura entre uno y tres metros de altura, sobre una choya, mezquite o saguaro, donde la entrada del nido quede protegida por espinas.
A diferencia de otras aves, que son más tímidas y elusivas, la Matraca del Desierto frecuentemente se pone a la vista, le gusta averiguar qué está pasando a su alrededor y por ello se le puede ver y fotografiar, más que a otras especies.
El ingenio popular basta para que las aves y demás animales reciban varios nombres comunes, por lo que también se le conoce como Cucarachero del Desierto o Ratona del Desierto, y con eso ya tenemos un indicio de cuál es su dieta: Insectos como grillos, cucarachas y escarabajos son una parte importante de su alimentación, que complementan con tunas y otros frutos de las cactáceas. Casi nunca beben agua, sino que la obtienen de sus alimentos.
En México, se encuentran ocho especies de matracas, que van desde el hábitat tropical, pasando por el desértico, llegando hasta los bosques templados, a más de 2,000 metros de altitud, desde la Península de Yucatán, hasta más allá de la frontera norte de nuestro país. De hecho, la Matraca del Desierto (Cactus wren) es el ave estatal de Arizona (ya ven como son los gringos, donde cada estado tiene su flor y ave representativa, aparte del escudo, lema, canción, etc.).
En un grupo más amplio, las matracas pertenecen a los Troglodítidos y que incluye a chivirines, saltaparedes, que parecen versiones miniatura de las matracas y que están igualmente adaptadas y distribuidas ampliamente en el territorio nacional.
Un tema que es de llamar la atención es que, a diferencia de otros estados, Querétaro cuenta con relativamente pocas Áreas Naturales Protegidas y Reservas Naturales. Buscando en los mapas de distribución de la Comisión Nacional para la Biodiversidad (CONABIO), sólo encontré con este estatus a Cerro del Borrego, Cerro de las Campanas, El Cimatario y la Sierra Gorda. En todas éstas áreas es posible encontrar a la Matraca del Desierto. Aparte de los sitios reportados, recuerdo haberla visto en las inmediaciones de la Peña de Bernal y por supuesto, en La Estancia, sitio de la observación y de mi relato. Este lugar de fácil acceso alberga muchas otras aves y que podría tener una mayor atención por parte de las autoridades estatales para su conservación.
En la Presa Constitución de 1917 (La Estancia) y sus alrededores también pueden verse, como dicen los abogados: de manera enunciativa, pero no limitativa, las siguientes especies:
- Aves rapaces, como Zopilote cabeza roja, Águila pescadora
- Varias especies de garzas como: Garza grande, Garza ganadera, Garza nocturna cabeza negra.
- Otras especies de aves acuáticas, tales como el Pelícano Blanco, el Cormorán Oliváceo, el Chorlo Tildío, el Playero Alzacolita y la Gaviota de Franklin, patos, gallaretas.
- Varias especies de Calandrias, Mosqueros, Chipes, Tordos, Gorriones y Colibríes.
Es importante mencionar que no todas estas especies se ven todo el año, ya que algunas de ellas son migratorias y pasan el invierno en nuestro país, volando de regreso a Estados Unidos y Canadá para el verano.
Así que si te gusta la naturaleza y te interesan las especies silvestres de aves, mamíferos, reptiles e insectos, date una vuelta a La Estancia Temprano por la mañana y disfruta de la parte silvestre del lugar, antes de meterte a la palapa a comer mariscos y beberte una cerveza… Lo cual puede ser una excelente manera de culminar tu paseo.