La historia ha cambiado.
Ha llegado el momento en que el VIH
ha dejado de ser un referente de muerte y
se ha convertido en una afortunada oportunidad
de vida, emergiendo en nosotros lo positivo de ser positivo.
20 de mayo
Querido Diario:
Los deportes en general nunca me han agradado. Siempre se me ha hecho incomprensible que 20 hombres corran durante 90 minutos, kilómetros y kilómetros, atrás de una pelota, sudando todo el tiempo, empujándose, cansándose y enojándose para meter gol. Pero más incomprensible se me ha hecho siempre, las toneladas de kilos de personas que pagan por ir a verles correr, empujarse, cansarse y enojarse para pegarle a un pobre pelotita.
Eso es en general, porque en particular solo ha habido un deporte que me gustaba y que practicaba, y que por cierto era muy bueno en el, porque ese si lo entendía y sabía lo que se tenía que hacer.
Mi abuelo Pilar que vivía en su rancho, allá en la Mixtequilla, Ignacio de la Llave, Veracruz, cada año llegaba a la casa de mi mamá en la temporada de béisbol y me llevaba cada noche a ver los partidos. Mientras nos íbamos caminando, todo Mina, rumbo al estadio de béisbol en Veracruz, cuando estaba en 20 de Noviembre, a seis cuadras de la casa, me iba explicando todo lo que podía pasar, de que manera se le llamaba a cada jugada y qué era lo que cada jugador tenía que hacer. Por supuesto su equipo favorito eran Los Rojos del Águila del Veracruz, aunque a mi me sonaba más mejor Las Águilas Rojas del Veracruz.
Mi abuelito me contaba que el hubiera jugado con Las Águilas Rojas en los 20, pero que una inundación en su rancho hizo que dejara su sueño de ser beisbolista, porque ya lo habían seleccionado al haber sido el único en colocar 2 jonrones el día en que fueron a hacerle la prueba, allá en la Mixtequilla.
Yo tenía dos virtudes físicas: corría con mucha velocidad, tanta que en las corriditas con mis amigos y vecinos, nadie me ganaba. La otra virtud era que tengo lo que le dicen “ojo de buen cubero”, o sea que le se medir los movimientos y las distancias. Nadie me ganaba en el “Stop”, que era ese juego en el que tenías declararle la guerra a tu peor enemigo y decir cuantos pasos había desde ti hasta el otro, y si lo pisabas en la cantidad que dijiste, ganabas.
Pues lo mismo me pasaba con el béis, porque mi abuelito me había enseñado a calcularle como acomodarle el batazo por cualquier lugar que te mandaran la bola y como corría muy rápido, pues me robaba las bases bien fácil. Además, como zurdo que soy, pues también me los bailaba cuando les lanzaba la pelota, pero total que por esos motivos nadie quería jugar conmigo, porque sabían que siempre les ganaba. Aún tengo la bola de béis con la que entrenábamos cachando y pichando.
Por eso me gustó mucho la idea de que el presidente hubiera prometido apoyar al béisbol. Pero nunca me imaginé que lo hiciera de la manera en que lo hizo.
Jonrroneramente… Josué
23 de mayo
Querido Diario:
Decía que me había gustado que el presidente prometiera apoyar al béisbol, pero no de la manera en que lo hizo. En primer lugar, debió haber metido ese apoyo desde la Comisión Nacional del Deporte, la Conade, ¡ah, pero no! para acabar con la corrupción decidió ¡hacerlo sin consulta!, y así creó la Oficina de la Presidencia para la Promoción y Desarrollo del Béisbol en México.
Pero el punto no es que haya hecho todo eso sin informar, ni consultar, como él insiste en hacerlo con algunos Derechos que no necesitan ser consultados, el punto es que ha destinado 2 mil millones de pesos para fomentar su deporte favorito, mientras le quitaba dinero ¡y muchísimo! a la atención de la salud, y voy a apuntar lo que ha salido publicado al respecto, para no olvidarlo cuando tenga que hacer mención al respecto.
Hacienda, y no termino de entender que es por un trámite administrativo que así se hace, congeló casi 800 millones de pesos al presupuesto de varios institutos, hospitales y centros médicos públicos. Pero, no conforme con lo anterior, también les redujo en un 30% los gastos operativos ya aprobados, para el pago de servicios personales, desde viáticos hasta comidas.
También les recortó las subcontrataciones de servicios a terceros, por eso nunca hay pruebas para conteo de CD4 y Carga Viral, y seguramente otras pruebas de laboratorio tampoco estarán disponibles.
Se supone que esto es para concentrar los recursos para compras consolidadas de medicinas e insumos hospitalarios a precios más razonables, y por ese motivo Hacienda congeló primero casi 340 millones y después 455 millones más, haciendo un gran total de casi 795 millones, que con el pretexto de abatir la corrupción, están poniendo en peligro la vida de millones de pacientes en México.
Con esos recortes y congelamientos, por ejemplo, se afectó al Instituto Nacional de Geriatría con mas de 52 millones de pesos, al de Cancerología le recortaron casi 226 millones, que sumado a los recursos del Seguro Popular que ya le habían sido recortados, ponen a miles de pacientes con cáncer detectado, en tratamiento o en estado de detección, en peligro.
Algo similar le pasó a los institutos nacionales de Nutrición, de Pediatría, de Salud Pública y al Centro Nacional de Transplantes, quienes registran entre 20 y 50% de recortes y aseguran que en un porcentaje mayor les va a tocar por parte de los recursos congelados.
Mientras tanto una vez más se jura y asegura que los antirretrovirales ya están comprados, el problema es que, de ser cierto esa aseveración, en algunos estados siguen sin entregarlos, sin motivo, razón o causa conocida.
¿O tendrá que venir nuevamente Jorge Ramos para preguntarle lo que todos los medios mexicanos quisieran saber al respecto, pero no se atreven a preguntarle, por temor a ser vetados? Porque una vez más, violenta el trabajo de algunos medios de comunicación, haciéndoles bullying,al referirse a ellos como “el hampa del periodismo”.
Todo esto debe tener una explicación, o por lo menos una excusa, la cual me gustaría conocer.
Congeladamente… Josué
