CRÓNICA: CARLOS P. JORDÁ /LALUPA.MX
FOTOS: H2QRO
Pasaron 58 días desde la última limpieza ciudadana del río. Casi se cumplen dos meses sin resacas dominicales mal descansadas intercaladas entre pasarelas intergeneracionales conviviendo con uno que otro uniformado. Todos recolectando residuos de la superficie, la profundidad y las orillas del caudal. La limpieza tradicional de cada primer fin de semana de mes fue aplazada en su edición de septiembre con la finalidad de conmemorar el día mundial de los ríos que marca el Calendario del Medio Ambiente de agua.org.mx.
El día amaneció y permaneció nublado. Bondades del clima, tal vez, aguardar el chaparrón que desde temprano se anunciaba. O la sequía que hace de toda precipitación un simple alarde del panorama gris. Igual, bajo amenaza de lluvia, el último domingo del noveno mes, en Plaza Artículo 123 en Hércules, se registró la mayor asistencia humana que se había visto en cualquiera de las cinco jornadas de limpieza ciudadana del cauce. “Mil quinientas personas”, asegura el cálculo de Daniela Velasco, fundadora y directora de Habitantes del Río, la organización que encabezó el movimiento.
“Esto es un trabajo en equipo, para llegar a mil ciudadanos es por todos lados”, Velasco explica que no basta el apoyo de las diversas sociedades civiles si la ciudadanía no se suma. A su vez, esta labor en conjunto sería vana sin la participación de las autoridades, “vamos a lograr más rápido el saneamiento si somos muchos”, insiste, “estamos despertando una conciencia individual, porque todos somos ciudadanos, a todos nos incumbe”. Pudo ser el aumento de la afluencia en general, lo que hiciera parecer más heterogénea la masa de gente congregada por la sanidad hídrica del estado, lo cierto es que en cada rubro —asociaciones, rangos de edades, instancias gubernamentales, etc.— hubo más representantes. Como siempre, la juventud a la cabeza.
Andrés y Rodrigo son alumnos de nuevo ingreso en la Universidad Anáhuac. Ambos foráneos; de Ciudad de México y San Luis Potosí. “Sólo en fotos” conocían el Río Querétaro, sin embargo sus playeras blancas salpicadas con agua negra son la prueba del auxilio que brindaron para sacar llantas y un excusado del cauce. “A eso venimos”, responden cuando se les pregunta por el asco que su servicio les pudiera provocar. Es una forma de ayudar a la ciudad que los recibe, concuerdan los dos.
El municipio de Querétaro se hizo presente desde temprano con el casi centenar de estudiantes del Instituto Tecnológico de Querétaro (ITQ) que acudieron a cumplir con su servicio social y con los árboles endémicos —trueno, mezquite y jacaranda— que se entregaron a un costado de la Delegación Villa Cayetano Rubio como parte del programa Respira Querétaro. “Se busca que haya una adopción por parte de la ciudadanía”, dice Óscar Gómez, el delegado del barrio, sobre la responsabilidad de aquel que desee cooperar a la recuperación de la vegetación en las laderas. “Con el grupo de Pentatlón, de aquí de Hércules, se acordó una siguiente reforestación donde ellos se van a esta al pendiente de los árboles que siembren”.
“¡Mil personas se juntaron hoy; esas mil son más que doce, más que treinta pandilleros. Son más los que quieren sobresalir que los que se esconden!” Inspira en voz alta el recién ascendido a sargento segundo, Óscar Alejandro Caltzontzi, a sus cabos de infantería de la unidad de Pentathlón Deportivo Militarizado Universitario de Hércules, en la secundaria Josefina Nova de González. “Tendré amor acrisolado a mi patria. Respetándola y engrandeciéndola con todos los actos de mi vida”, reza el primer punto del Pentálogo, “la patria es todo lo que ves”, explica Caltzontzi. Por ello que el grupo tomara como un honor la invitación a la limpieza, pues ríos, mares, lagos y montañas son parte de la patria y es la esencia del pentatleta conservar y mejorar las condiciones de todo aquello que los rodea. Uno de los puntos más románticos se lee así: “si tus ancestros te legaron tradición de gloria y honra, deber tuyo es corresponder en demasía a que ni uno ni otro se acabe ni se manche; empero si te legaron miseria y ruina, deber tuyo es hacer lo que ellos no pudieron, mas la parte que a ti te corresponde”.
Los scouts comparten mucha de la ideología pentatlónica; “estar siempre listos para servir” es su lema. Ellos también fueron convidados a participar en esta etapa del saneamiento del río, aunque ya habían hecho recolecciones de basura ahí mismo, en Plaza Bicentenario. El líder de la división 17 de Querétaro, Edel Pruneda, no duda en definir el objetivo final del scoutismo como: ”dejar este mundo en mejores condiciones de como lo encontramos”. También aclara que no hay edad para la formación de ciudadanos responsables, “aceptamos desde los siete años hasta los 99, conozco de menos y conozco de más” dice de manera simpática, mas no bromista.
Para León, un niño de cuatro años cuya melena del copete ya implica un obstáculo para su vista, la importancia de un cauce sano tiene que ver con la presencia de los peces. “Dejarlos ahí en el agua para que se vea lindo”, es el paso a seguir después de restaurar la fauna acuática, según el pequeño. Como él, muchos otros infantes ayudaron a recoger y separar desechos de las laderas del río que “las personas están ensuciando”.
Cómo en ocasiones anteriores, cuando se pintaron murales y se declamaron poesías inspiradas en el espíritu del río, la sexta limpieza ciudadana no estuvo deslindada de la expresión artística. El concierto que abría Altamira se llevó a cabo a la una de la tarde como estaba planeado, una vez concluidas las labores de higiene en el caudal, en la misma plaza donde fuera la cita inicial. Jous, saxofonista y vocalista de Solovino, agrupación encargada de la clausura de la jornada, explica las virtudes de involucrar la música en cualquier tipo de movilización civil. “Nos da mucho gusto entrarle a los proyectos si son en pro de la sociedad. La música tiene la ventaja de que conecta muy rápido con la gente, con ella podemos difundir el movimiento”.
“20 minutos antes de la misa de ocho”, dijo el párroco de La Purísima Concepción (la iglesia frente al escenario) cuando se le requirió una entrevista con el fin de saber su opinión respecto a la limpieza del caudal a manos de la ciudadanía. Bendito Dios, a eso de las seis, comenzó a caer un aguacero de más de cinco minutos; primero porque septiembre, mes de fuertes precipitaciones pluviales, estaba a punto de despedirse prácticamente en ceros. Y segundo porque, tal vez, hubiera sido incapaz de contener mi sugerencia para el cura: invitar a los feligreses a invertir la energía de sus plegarias en acciones con resultados mucho más beneficiosos e inmediatos, como el que trae consigo arrodillarse ante el río y, en un acto de redención, dejar el mundo mejor de como lo encontramos.