HISTORIA: CARLOS P. JORDÁ/LALUPA.MX
FOTOS: CÉSAR GÓMEZ REYNA/LALUPA.MX
Armando Isidro Carvajal observa la clase de Arisbeth detrás del cristal que protege la alberca semiolímpica del parque Querétaro 2000. Sentada a su lado se encuentra Adalí, portando un bañador completo que muestra la imagen de Campanita (Peter Pan). Su cabello castaño oscuro y su aguzada fisonomía no muestran rastros de haber estado en contacto con el agua; ella no quiso nadar hoy. La que se ha mojado tiene siete años, la que se mantiene seca tiene seis, ambas participan en el programa Tejiendo Comunidades de Paz, una estrategia del municipio de Querétaro para resarcir el tejido social, y son la mayor motivación que tiene Armando para mantenerse alejado de las drogas.
Adalí y Arisbeth son dos de las tres chicas que Carvajal llama hijas, a pesar de que sólo la menor lleva su apellido. Él las acompaña a su clase de natación los miércoles a media mañana mientras su esposa pone orden en casa y prepara la comida. Por la tarde las niñas irán a la escuela y el matrimonio acudirá a los respectivos restaurantes que emplean sus servicios como ayudantes de cocina y lavalozas. Es por su condición de adicto rehabilitado que Armando conoce la importancia de programas como este. “Hay mucho chavillo que estaría mejor aquí, nadando o haciendo otras actividades, que entrándole a la monita o a la coca”, dice.
Aún es un piloto, pero dados los buenos resultados, Tejiendo Comunidades de Paz, que involucra a la sociedad en la solución de sus problemas internos, comenzará a funcionar oficialmente a principios de 2020, casi un año después de haber realizado los primeros diagnósticos en comunidades vulnerables o “focos rojos”. Se planea que esta estrategia impacte a más de 100 colonias, que representan a una población superior a los 150 mil habitantes.
Adriana Bouchot, directora del Instituto Municipal Para Prevenir Conductas de Riesgo, explica que, a través del diálogo, identificaron las problemáticas principales de las colonias que atienden; “el consumo, la deserción escolar y la violencia normalizada”. De momento son futbol y natación las actividades en las cuales pueden participar niños y adolescentes de tres barrios distintos; Rancho San Antonio, Puertas del Cielo y Bolaños, donde viven Armando y su familia.
Según lo que cuenta Carvajal, la colonia que habita es muy peligrosa. “Hay muchos conflictos ahí en Bolaños; los de abajo se enfrentan con los de arriba a pedradas y palos. ¡Hasta armas ya traen los cabrones! Y es la demás gente la que paga las consecuencias”. Su casa es de asbesto, por ello que ni siquiera confía en la seguridad de los suyos estando dentro de ella, aunque se le ve optimista; “si el programa funciona tal vez tendremos menos chavillos que hagan su despapaye allá”.
MOVILIDAD TERRITORIAL
“La movilidad territorial es la estrategia más novedosa e inédita”, dice Bouchot. La idea de hacer uso de los camiones de Movilidad Escolar para trasladar a jóvenes e infantes a las actividades fue fruto del estudio sobre la escasa asistencia a las distintas escuelas de artes y oficios; “los padres trabajan y no pueden llevar a sus hijos”. El acompañamiento terapéutico también es parte del plan, ya que a pesar de enfocarse en la prevención, en esta dependencia municipal no se da ningún caso por perdido.
“Uno solo no puede”, Armando expresa, desde su propia experiencia, que se necesita ayuda externa para evitar y salir de las adicciones. Él comenzó a fumar tabaco desde los nueve años y a los catorce nació su consumo de marihuana, cocaína y alcohol, lo cual asegura nunca hubiera sucedido de haber tenido la oportunidad de participar en un programa como Tejiendo Comunidades de Paz. No todos los progenitores de los beneficiarios del proyecto municipal son ejemplos de rehabilitación, por ello que al arranque oficial del programa se vayan a integrar actividades para padres también.
Arisbeth ha salido de la alberca, pero, al igual que su hermana, se muestra tímida ante la entrevista. En monosílabos responde que el agua la ha refrescado, que le gusta nadar y que dentro de la misma clase se encuentran algunos de sus amigos de la colonia. Su padre la anima a hablar más, con el afán de que este tipo de actividades no se detengan. Ella, en su inocencia, sólo afloja la lengua para contarle a Enlalupa.com que preferiría reemplazar su traje de baño de Hello Kitty por uno de Ladybug, el personaje de dibujos animados cuyo rostro aparece en una larga colección de objetos que posee la infante. Carvajal le promete que pronto lo tendrá.