Autoría de 4:38 pm Historias de la Metrópoli

El transporte universitario nocturno, “ayuda tremenda para los estudiantes y sus familias”

CRÓNICA: JESÚS ARRIAGA /LALUPA.MX
FOTOS: GUILLERMO GONZÁLEZ /LALUPA.MX

Con motivo del premio otorgado por Alcaldes de México, en su categoría de Movilidad, al programa de Transporte Escolar Gratuito del municipio de Querétaro —que actualmente brinda servicio a más de 11 mil niñas, niños y jóvenes desde educación básica hasta educación superior— hemos decidido volver a publicar esta crónica aparecida originalmente el 23 de enero de 2020 LALUPA.MX

La avenida Pie de la Cuesta se llena de pronto de jóvenes. Salen de la Universidad Tecnológica de Querétaro (UTEQ). Sus pasos se dirigen a los camiones amarillos que los esperan y que son parte del programa de transporte universitario nocturno implementado por el municipio de Querétaro.

La avenida, pasadas las 21:00 horas, luce llena de personas. Algunas esperan su transporte. Otras pasean o van a cenar a las diferentes taquerías se encuentran en la zona.

Los jóvenes que terminan sus clases se apresuran. No hay tiempo para salir a cenar. Es importante tomar el camión. Hay ocasiones que las rutas que normalmente cubren ciertos recorridos no pasan a esa hora, por lo que es importante alcanzar los camiones escolares.

Óscar Zamora, alumno de la UTEQ, observa el diálogo que sostiene una de sus compañeras y otros estudiantes con el operador de un camión. El conductor les explica que deben traer su tarjeta de transporte público para abordar, pero como se retrasó la entrega, pueden abordar la unidad sólo mostrando su credencial de alumno.

Una de las dos unidades ya está al 80% de su capacidad. En la otra apenas comienza el ascenso de los universitarios. El conductor permite que los estudiantes suban a la unidad.

De manera ordenada abordan el camión y ocupan alguno de los asientos. La fila para ascender crece. Los camiones son usados por los muchachos que ven en ellos una opción segura de transporte.

Óscar dice que el servicio que prestan las autoridades es bueno. Salen de la escuela y casi no tienen que esperar para emprender el camino a sus casas. Dice que las unidades del transporte público “normal” se llenan muy rápido a la hora de la salida de la escuela, además de que muchas rutas ya no brindan servicio a la hora que salen ellos. Antes de que hubiera transporte escolar nocturno, muchos estudiantes tenían que tomar taxi y pagar hasta 100 o 150 pesos, o no entraban a la última clase.

Estudiante de Procesos Industriales, Óscar comenta que en ocasiones los maestros los dejan salir un poco antes, para que puedan tomar su transporte a casa, aunque eso ya depende de cada docente.

Los alumnos siguen saliendo de la universidad y muchos abordan las unidades amarillas. Otros, esperan la llegada de sus familiares que van por ellos a recogerlos en la noche.

Ernesto Pichardo observa desde abajo del autobús cómo se va llenando. Él es operador dentro del transporte escolar nocturno en la modalidad de universidades.

Dice que este servicio comenzó a brindarse a finales del año pasado, y se ha ido ampliando y reforzando. Señala, mientras observa a los muchachos subir y acomodarse en el camión, que el servicio beneficia principalmente a las chicas que van a zonas muy apartadas o que no cuentan con iluminación. El sistema cuenta, entre otras, con rutas en la UTEQ, en el ITQ, en la UPN, en la UPQ y en la UAQ hasta sumar 19; todos los días más de 3 mil estudiantes se trasladan de manera gratuita y segura a su casa.

“Veo que es una ayuda tremenda para ellas y para las familias. Siempre tratamos de acercarlas lo más que se pueda a su parada, sin salirnos de la ruta, pero siempre tratamos de acercarlas lo más posible”, asevera

La ruta que cubre Ernesto va de la UTEQ a Carrillo, bajando por el Boulevard de la Nación, luego por Pirineos, Prolongación Bernardo Quintana, avenida de La Luz, avenida de Las Fuentes, Sauces, Revolución, para llegar a Carrillo.

A PUNTO DE PARTIR

Los estudiantes siguen llegando a la parada donde los camiones están a punto de partir. Faltan unos cuantos minutos para las 21:45 horas. Ernesto dice que los universitarios están contentos con el servicio, sobre todo por cómo se iban antes en los camiones de transporte público, en la ruta normal, pues no cabían y tenían que esperar a que pasaran dos o tres camiones.

«Aquí, van cómodamente sentados. Entonces, dependiendo de la demanda estaremos bajando, o esperamos bajar con camiones llenos», asevera.

Añade que desde que comenzó este proyecto de movilidad universitaria él ha sido uno de los operadores fundadores, lo que le permite un grado de confianza con los jóvenes, quienes lo identifican como el operador del camión, pero él también ya conoce a los muchachos que usan el servicio, lo que brinda seguridad para ambas partes.

Dos jóvenes dan las buenas noches a Ernesto. El conductor responde el saludo a las chicas, quienes abordan el camión, en cuyo radio se escucha una canción de la cantante Madonna.

«Aquí nadie sube sin identificación, y sobre todo no recogemos a nadie en el camino», enfatiza.

Ernesto observa el reloj. Faltan dos minutos para las 21:45 horas. Sube a su camión. Enciende el motor. Casi al mismo tiempo los universitarios dentro de la unidad se acomodan en sus asientos. Abrazan sus mochilas y miran hacia la acera, donde quedan unos cuantos jóvenes que esperan los camiones de transporte ordinario que llegan a ocupar los lugares que dejan los dos camiones amarillos que acaban de partir.

Poco a poco el bullicio de las nueve de la noche va disminuyendo. Se ve menos gente en la calle mientras un camión de transporte público espera pasaje para bajar Pie de la Cuesta. A lo lejos se pierden de vista los camiones amarillos.

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Last modified: 9 octubre, 2021
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