REPORTAJE: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX
FOTOS: GUILLERMO GONZÁLEZ/LALUPA.MX
Ana es la primera en subir la escalinata hasta su casa y se toma un momento para reposar “el montón” de escalones. Su mamá y su papá llegan unos segundos después de ella. Se sientan en una jardinera “mientras abren la puerta” y dejan las bolsas de mandado a un lado. El programa “Murales con Tradición” les devolvió la tranquilidad en colonia Emiliano Zapata, uno de los barrios más viejos de Corregidora, donde la oscuridad, el mal estado de los escalones y algunas conductas complicadas de los vecinos, hacían el sitio muy inseguro.
“Sí te cambia el estado de ánimo”, dicen los vecinos, antes de meterse a sus casas y se comprometen a regresar más tarde, para grabar un video que muestre la luz nocturna que se colocó en la escalinata. El director del Instituto Municipal de la Juventud de Corregidora, Ricardo de la Vega López, detalla que la intervención con murales, iluminación y rehabilitación en Emiliano Zapata no sólo cambió la imagen del barrio, también le abrió el abanico de posibilidades a los jóvenes y mejoró la condición emocional de las personas.
“Los vecinos están muy contentos, porque esta zona era un foco de riesgo importante para la colonia, sobre todo para los jóvenes, las niñas y niños y para los adultos mayores. Era un punto muy transitado para acciones poco positivas, para tomar alguna sustancia, ingerir algún tipo de droga y para los vecinos se volvía muy complicado transitar de noche. Hoy es un punto de referencia y un andador turístico. La percepción de la comunidad es muy buena”, afirma.
En el espacio se invirtieron poquito más de 2 millones de pesos en colaboración con la empresa Incusa-Nueve Arte Urbano. Se trabajó durante 6 meses y solo pintar los murales requirió un mes. Lo más importante es que los jóvenes de la zona pintaron las escaleras, convivieron con los artistas y aprendieron nuevas técnicas para manejar la pintura y las latas, con el fin de aprender otras variables para el grafiti. Además, conocieron a los vecinos, a los dueños de las casas y todo se reapropiaron del espacio público.
LA CALZADA DE LOS ANCESTROS
En junio del año pasado se presentó en Corregidora la iniciativa “Murales con Tradición”, que pretendía rescatar las costumbres originarias de la cabecera municipal de Corregidora, toda vez que hay documentos de más de 250 años que muestran las festividades de los habitantes, particularmente en febrero.
Las llamadas “fiestas de febrero” en Corregidora incluyen actividades como El Paseo del Buey y el Día del Caldo, que muestran la devoción a la Virgen de El Pueblito. Por eso, se proyectó la “calzada de los ancestros”, que inicia con una representación de la Virgen enfrente del Santuario en el centro de El Pueblito hasta la escalinata del barrio Emiliano Zapata, ubicado en el Cerro de Shindó, que hace una línea recta desde la pirámide de “El Cerrito”.
“Murales con Tradición”, explica el director del Instituto Municipal de la Juventud de Corregidora, busca rehabilitar los espacios públicos a través del arte urbano, por lo que se sumaron con “Nueve Arte Urbano”, una empresa que se dedica a juntar a artistas de alto nivel de México y el extranjero para promocionar la cultura del municipio.
Intervenir el barrio Emiliano Zapata implicaba mejorar las condiciones para los vecinos. Las escalinatas eran un ligar muy transitado, pero con características muy complicadas. “El tránsito era muy difícil, no solo por subirla, y bajarla aún más, sino por la seguridad”, afirma Ricardo de la Vega.
El proyecto contó con el respaldo de la Secretaría de Obras Públicas y Servicios Públicos Municipales de Corregidora, para rehabilitar cada escalón, colocar iluminación y azulejos, así como mejorar las fachadas. A través de Murales con Tradición se realizaron 18 Murales en diferentes puntos del municipio, varios de ellos en la escalinata. En todos se narra un poco la historia de Corregidora, mientras que los escalones plasman un tapete prehispánico.
En cada una de las actividades se contó con la participación de los habitantes de la zona y de otros puntos del municipio. Solo en la escalinata del barrio Emiliano Zapata viven unas 50 familias, pero desde que se rehabilitó el espacio, hay muchas personas de Corregidora y otros lugares que acuden a tomarse fotografías en el lugar.
Ricardo de la Vega adelanta que a partir del éxito de “Murales con Tradición” se valora llevar estos murales y la intervención a otros puntos del municipio, también de la mano con Incusa-Nueve Arte Urbano.
UNA LÍNEA RECTA CON LA PIRÁMIDE
La vista del barrio Emiliano Zapata da directo a la pirámide de “El Cerrito”. La parte más alta de la escalinata hace una línea recta también con el Santuario de la Virgen. Para los historiadores del lugar, este barrio es uno de los lugares más importantes de sincretismo entre la cultura prehispánica y la colonización y posiblemente un sitio de observación hacia la pirámide.
El gerente de Vinculación en Incusa-Nueve Arte Urbano, Gabriel Mc Cormick Isunza, aclara que el equipo cuenta con antropólogos, sociólogos, arquitectos y diseñadores que se suman a los artistas y a los vecinos, para que todos se sientan inmersos en sus propios símbolos para rescatar la libertad cultural y las raíces de cada región.
“Nueve Arte Urbano es una organización productora de murales, con una visión en cuatro direcciones: la cultural, la social, la ecológica y la económica, porque hacemos comunidad, rescatamos las raíces y símbolos identitarios de las zonas, generamos empleos para los artistas y rescatamos espacios con la misma infraestructura”, abunda Gabriel.
El primer reto para este tipo de intervenciones, es que la gente reconozca que reapropiarse de su espacio y sus tradicionales es una necesidad inmediata, igual que el agua o la luz, que también necesitan integrarse como sociedad e involucrar a los más jóvenes, sobre todo a aquellos a los que descalifican o ven con recelo por ser “grafiteros”.
“Pasa que los vecinos y los grafiteros no se quieren, les hacemos entender que no son personas malas, sino que tienen talento y sentimientos, así hacemos que el grafitero vaya y pinte la barda de una casa, para que el dueño se apropie del arte y de su espacio y el grafitero esté en su barrio, se apropie de su lugar y respete los espacios”, añade.
En la escalinata se aprecia el arte local. Un danzante que baila frente a la Virgen de El Pueblito marca el inicio de la subida al cerro de Shindó, donde se encuentra el barrio de Emiliano Zapata. En toda la intervención participaron más de 30 artistas porque fue un proyecto que creció, ya que “empezó con 15 murales en la calzada y al final fueron 18”.
Gabriel coincide que la intervención le cambió la vida a la gente del lugar, ya que “parece fácil decir que sólo se rescata espacios, pero lo importante es que se hace comunidad, que la gente se apropia de sus espacios, hoy existe conexión entre los vecinos y hay un compromiso por respetar esto”.