CRÓNICA: JESÚS ARRIAGA/LALUPA.MX
FOTOS: GUILLERMO GONZÁLEZ
Como fue en la antigüedad, cuando Querétaro era azotado por las epidemias y la única explicación era la mística, la tarde del martes cientos de queretanos salieron a la calle para acompañar a la virgen de El Pueblito en una procesión penitencial, acompañada de una rogativa: pedir su intercesión para detener el avance de la epidemia de Covid-19.
Los fieles se concentraron unos minutos antes de las seis de la tarde frente al templo de San Francisco, de donde salió la procesión rumbo a la catedral de Querétaro. Son escasas cuatro cuadras, pero el recorrido duró poco más de 40 minutos.
El repicar de las campanas de San Francisco sorprendió a las personas que paseaban a esa hora en el centro. Pasearon, a pesar de las medidas de seguridad recomendadas por las autoridades estatales de practicar el aislamiento social. Miraron las campanas repicar, mientras observaron cómo sale la procesión del interior del templo con la virgen de El Pueblito cargada por hombres vestidos con camisas blancas y pantalones negros.
Delante de ellos iban sacerdotes y religiosas, que cantaron y rezaron mientras caminaban sobre la calle de Madero. El tránsito se detuvo. Policías municipales pararon a los automovilistas mientras pasaba la columna observada por los curiosos, quizá como en el siglo XIX o antes, cuando brotes de cólera, viruela, peste o fiebre azotaban a la población que creía que la enfermedad era debida a la ira de Dios y debía de hacerse un desagravio o rezar para implorar piedad.
ENTRE LA FE Y LA CURIOSIDAD
Los queretanos del siglo XXI observaron con una mezcla de fe y curiosidad el paso de la virgen de El Pueblito. Encargados y clientes de los negocios se asomaron a la calle. Tomaron sus teléfonos inteligentes y grabaron el momento para compartir en sus redes sociales.
Al paso de la imagen de la virgen, en los templos que hay en el camino hicieron repicar sus campanas. El templo de San José de Gracia y la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús hicieron saber a los queretanos que algo especial sucedía.
El aire se llenó del olor del incienso que un fraile llevaba frente a la imagen de la virgen. Muy cerca iba un triciclo con el equipo de sonido, que por momentos falla, sin embargo, la pericia de los operadores del audio reparó la anomalía en unos segundos.
Algunos ciudadanos reprobaron la procesión debido a que es peligroso juntar a 300 personas o más en un lugar, cuando las recomendaciones son evitar las aglomeraciones.
CEREMONIA ROGATIVA
Antes, a mediodía, en el templo de San Francisco se realizó una ceremonia rogativa. En la misma se imploró a los santos, en especial a la virgen de El Pueblito, para que intercediera y detenga “la peste”, como dice el cura en la ceremonia.
En el templo hubo alrededor de 100 personas. Los más precavidos ocuparon alguna banca a distancia de los demás fieles, que se concentraron en el centro del recinto. Otros más aprovecharon para confesarse. Otro cura en un confesionario esperó a los devotos que querían confesar sus culpas.
Tras la plegaria se leyó un evangelio y se dio paso a la Eucaristía. La paz se dio de lejos, pero la comunión directamente en la boca a cada fiel que comulgó.
Fray Francisco Manuel Romero García, capellán de San Francisco, es quien llevó a cabo la ceremonia. Al terminar explicó que una rogativa es “un modo de elevar una oración a Dios en la iglesia, de manera solemne, muy tradicional. Realmente no sabemos si viene desde el siglo tercero o cuarto de la era cristiana y que poco a poco se ha desarrollado en la iglesia en distintos tiempos”, abunda.
Aunque se llevan a cabo dos veces al año de manera ordinaria, para pedir buenas cosechas, también se hacen en ocasiones especiales para pedir a Dios que libre a una comunidad del mal o una calamidad, como la que vive el mundo actualmente por el Covid-19.
En el caso de las rogativas a la virgen de El Pueblito hay mucha historia, pues cada año, en el mes de junio, visita San Francisco para la rogativa del Buen Temporal. Ya en el año 1733, de acuerdo con las Ordenanzas Reales, ya era antigua la tradición.
“Después esta (rogativa) de la peste y de la enfermedad, cuando el culto de la virgen María estaba unido también civilmente con el ayuntamiento, era éste el que pedía la imagen para la rogativa en plaga, en peste, en enfermedad… esta tradición de la ciudad se rompe con la leyes constitucionales de la Reforma, desaparecen todas las fiestas de culto público y todas las tradiciones y mayordomías de cada pueblo”, abunda. Sin embargo, en Querétaro no se perdió del todo.
En el caso de la rogativa por el Covid 19, quien pidió la imagen fue el administrador de la catedral, Francisco Fernando Gavidia Arteaga. Pese a la premura tuvo una respuesta rápida del santuario de El Pueblito para trasladar la imagen de forma extraordinaria para la rogativa.
Como en el pasado, los queretanos recurren a su fe para sortear un problema o una crisis.