HISTORIA: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX
Desde finales de abril, Simón Herrera reparte su día en diversas aplicaciones para tomar las clases en línea de las dos licenciaturas que cursa en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ). Alumno de la licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública y de la licenciatura en Derecho, reconoce el esfuerzo que hacen sus compañeros y profesores por disciplinarse y aprender en línea.
Herrera Matallana extraña pasar todo el día en las instalaciones de la UAQ. Empezar a estudiar en línea le representó un “cambio muy drástico”, igual que a todos sus compañeros y a los profesores, que tuvieron que aprender a usar aplicaciones y programas en línea para no detener el aprendizaje ni perder el semestre.
“Estaba acostumbrado a llegar a la escuela a las 8 de la mañana y salir de clases hasta las 9 de la noche, estaba acostumbrado a estar en la UAQ todo el día y ahora todo cambia, los horarios son distintos, ahora que salgo de mis clases en las mañanas, a las 12 del día, pues tengo mucho tiempo antes de las 3, cuando antes el tiempo era más contado, parece que se ha aligerado un poco la carga, pero al ser virtual, se dificulta el canal de comunicación y hay que estar al pendiente de muchas plataformas y es muy distinto”, explica.
La UAQ suspendió clases presenciales el pasado 17 de marzo en bachillerato, licenciatura y posgrado, pero los más de 29 mil 87 estudiantes de esta casa de estudios regresaron a las aulas a finales de abril, ahora de manera virtual, lo que representó un reto para todos en las 13 facultades y la Escuela de Bachilleres.
LA VIDA UNIVERSITARIA ENTRE ZOOM Y GMAIL
Desde entonces, Simón vive pendiente de las aplicaciones y las actividades de cada plataforma, desde WhatsApp, hasta Zoom, Classroom, Gmail y cualquier otra que se quiera sumar, porque “los profesores también innovan y buscan diferentes canales, porque quieren enseñar y es pesado estar al pendiente de cada trabajo”.
Reconoce que eso hace más complicado mantener el ritmo en las clases de cada licenciatura, pero el tiempo le juega a favor, ya que es sencillo quedarse en un solo lugar, además que desaparece el cansancio físico y mental, porque puede distribuir su tiempo como le convenga.
Alumno de segundo semestre en las dos carreras, considera que esta contingencia también le hace pensar en el compromiso que quiere tener con sus dos carreras. Ingresó a la licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública para ser politólogo, pero después de platicarlo con sus padres, complementó su proyecto personal con los estudios de la licenciatura en Derecho.
“Hay un mercado laboral muy competitivo, así que ser abogado y politólogo da un plus, así que decidí hacer el intento, hacer el proceso, y ver si se podía, porque era muy complicado, sobre todo porque podía quedar en el mismo turno en las dos, pero gracias a la suerte se pudo lograr en turnos separados, por cuestiones de tener un margen de conocimiento muy amplio, porque es muy importante la ley para dedicarte a la política, es que decidí dedicarme a las dos licenciaturas”, agrega.
Al principio su plan era formar una carrera política a futuro, pero ahora se da cuenta de que hay nuevos espacios para servir a otros y piensa en brindar asesoramientos políticos, conocer el derecho electoral y tal vez incursionar en una carrera diplomática mediante el derecho internacional.
LOS RETOS DEL APRENDIZAJE EN LÍNEA
El primer reto, dice, es enfrentarse al aprendizaje en línea que dista mucho de la dinámica presencial en la universidad y que representa un problema para los alumnos foráneos, sobre todo los que provienen de comunidades del interior del estado o de Guanajuato, Hidalgo y Estado de México.
Aunque los profesores piden entregar muy pocas actividades, en general la nueva dinámica puso a todos frente a un escenario complicado que los obliga a tratar de no rezagarse, disciplinarse con los horarios y tareas y no molestarse con lo que sucede.
“No hay culpables aquí, todos estamos en el entendido, tanto profesores como alumnos, a que lo mejor sería que las clases fueran presenciales, porque es a lo que estábamos acostumbrados, pero ha existido muy buena apertura, de todos los maestros que hay, ninguno ha dicho háganle como pueda y eso que hay compañeros que sí tienen problemas para conectarse a clases en línea, como los alumnos foráneos y eso es algo que otros no tenemos como dificultad”, afirma.
Algunos estudiantes temen que sus promedios bajen o que no puedan aprender tanto como en las sesiones presenciales, otros extrañan la convivencia diaria y valoran más las instalaciones de la universidad, porque “cuando podamos regresar, tal vez el siguiente semestre, muchos cambiaremos de actitud y aprovecharemos más el lugar, a los compañeros y a los profesores”.
“Hay que hacer énfasis que ahorita es un trabajo improvisado, que todos tuvimos que actuar sobre la marcha, que la cuarentena se extendió y las instituciones de la UAQ siguen operando, nos hemos adaptado bien, los docentes cumplen con su obligación, entregan evidencia y los estudiantes nos estamos esforzando, todos estamos haciendo un buen papel dentro de las posibilidades”, subraya.