Autoría de 10:59 pm CUPI-UAQ

“Necesitamos el apoyo de la gente para frenar la pandemia”

JOSÉ LUIS LUGO GUTIÉRREZ, CENTRO UNIVERSITARIO DE PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN (CUPI)

Detrás del cubrebocas, Eduardo Aldape Guerrero, médico egresado por la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), narra cómo junto a un grupo de héroes con bata blanca, arriesga su vida en el servicio de medicina interna del Hospital General de Querétaro, para dar atención a pacientes infectados por el virus SARS CoV2.

Impulsado por su familia, los valores recibidos de su Alma Mater y una vocación incansable, Eduardo llega al hospital cuando el sol comienza a ocultarse en la capital queretana. Se coloca el equipo de protección personal que incluye: dos pares de botas, doble par de guantes, overol médico, bata quirúrgica, mascarilla KN95, goggles de seguridad, cofia, gorro, se amarra la bata y está listo para ingresar al área Covid.

El trabajo médico en primera línea durante la pandemia es una empresa complicada y azarosa, que implica un significativo desgaste físico y mental.

“Colocar el equipo de protección es cansado, hay que hacerlo con mucho cuidado, siempre con la técnica correcta. Una vez dentro del área Covid, el desgaste es proporcional al tiempo con el EPP (Equipo de Protección Personal) encima.

“Tenerlo puesto te imposibilita para ir al baño, no se puede tomar agua, la deshidratación y la falta de aire son un impedimento enorme para realizar nuestro trabajo, pero se tiene que aguantar hasta terminar labores.

“Llega un punto en el que se termina el aire, intentas respirar profundo, jalar más aire, pero ya no hay de dónde. Incluso la mascarilla se mueve por la desesperación de que entre más aire a los pulmones. Cuando eso pasa, sí o sí debes tomar un descanso, en caso de ser posible, sentarte un momento, relajarte y luego seguir, porque te sientes asfixiado”.

UNA VIDA DIFÍCIL FUERA DEL HOSPITAL

Luego de turnos de 12 horas en el hospital (turno “especial”), el cansancio físico y las pocas horas de sueño no son lo más abrumador para un médico.

En el caso de Eduardo, la incertidumbre de poner en riesgo de contagio a las personas que quiere y no poder aliviar sus momentos de tensión al lado de sus amigos es una losa igual o más pesada que portar el EPP.

“Me preocupo por mi familia porque al trabajar en esto, nadie tiene la certeza de no regresar a casa contagiado. La preocupación me invade cuando pienso en mi mamá, en mis seres queridos, que son parte de la población con mayor riesgo. Es una losa muy pesada saber que puedes ocasionar la muerte a personas que quieres.

“Llego bastante cansado del hospital, desde que comencé con este trabajo, duermo cinco o seis horas. Lidiar con la rutina fuera de labores ha sido muy difícil porque como distractor, me gusta ver el futbol y no hay, me gusta pasar tiempo con mis amigos y no los puedo ver.

“En general mantengo mi distancia con todas las personas. Estoy consciente del riesgo que represento y por ello me he apartado de la gente que quiero. Pesa mucho, pero intento dominar mis emociones, es parte de ser médico”.

LAS ESTRATEGIAS SON BUENAS, PERO LA GENTE NO LAS ATIENDE

Las críticas al gobierno federal por las estrategias implementadas durante la pandemia han llegado de varios frentes. Aldape Guerrero expresa su sentir al respecto.

“La movilización del personal de salud ha sido admirable. Fue muy criticado el personaje de Susana Distancia, pero la estrategia fue buena. El problema es que la gente no atiende las medidas que el gobierno propone.

“El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, constantemente habla del aplanamiento de la curva, he escuchado y leído que se mofan porque se equivoca en sus estimaciones, pero el tipo da la cara todos los días, no sé cuántos lo hubiesen hecho.

“Hay que tener en cuenta que es una lucha conjunta, cada persona debe poner de su parte para que el problema aminore, desde la trinchera del personal de salud, estamos haciendo todo lo que está en nuestras manos, pero necesitamos el apoyo de la gente para frenar la pandemia.

“Es una lástima ver que las personas hacen fiestas. Andan en la calle sin mascarilla y no respetan la distancia. Me da coraje porque nosotros como personal de salud, en ningún momento hemos bajado la guardia”, expresa el doctor.

La labor que realiza el personal de salud por las y los mexicanos, sin embargo, no toda la población lo ve de esta manera, ante las agresiones a médicos y enfermeras, Eduardo admite que ha pensado dejar de apoyar, debido a estas situaciones.

“En ningún momento ha pasado por mi cabeza tirar la toalla, al contrario, he aprendido mucho en todos los aspectos. Cuando damos de alta a un paciente digo: ‘por eso estoy aquí, para ayudar a que mejoren’ y cuando no se puede, intento acompañarles, que de algún modo sientan que no están solos en el área Covid con otro montón de extraños, sino que hay otra persona ahí que sabe cómo se llaman, un médico que está consciente de que su familia le espera y va a hacer todo lo que esté en sus manos para que vuelva con ellos”

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Last modified: 9 octubre, 2021
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