Autoría de 1:15 pm Luis Octavio Vado - Paradojas

“Terror” o de las decisiones morales – Luis Octavio Vado Grajales

“Terror” es una obra de teatro de Ferdinand von Schirach que se presentó hace poco más de un año en México, en la que el público hace las veces de jurado en el juicio de un piloto militar, que ha decidido desobedecer las órdenes recibidas y derribar un avión de pasajeros secuestrado que se dirigía a estrellarse contra un estadio de futbol lleno de asistentes.

El publico debía escuchar y sopesar las razones de las partes, oír el testimonio conmovedor de la esposa de una de las víctimas, y escuchar la descripción casi técnica de un militar llamado como testigo. Al final, los argumentos finales del defensor y la fiscal, para después votar la culpabilidad o la inocencia del acusado.

Uno estaría tentado a suponer que el piloto, Lars Koch, hizo bien, que derribar el avión matando a cientos para salvar a miles, es una decisión bien tomada que no merece reproche alguno. Pero en la obra se nos cuenta cómo la ley que permitía abatir aviones secuestrados fue declarada inconstitucional por la más alta Corte del país, y que el piloto la ignoró desobedeciendo a la vez las órdenes recibidas.

Sin embargo, como se desarrolla en la obra, derribar el avión no era la única posibilidad.

De fondo, el texto de von Schirach nos confronta con la idea misma de la situación límite, aquella para la que las normas o las decisiones ordinarias de las autoridades, no han sido pensadas. El jurado se enfrenta así a un «caso difícil», que lo es tanto por la presión mediática que uno puede imaginar como porque lo que se le pide no es solo un juicio penal, sino también una consideración de los principios constitucionales, así como sopesar las implicaciones morales de la decisión tomada por el acusado.

¿Es válido que una persona sopese la vida de otras? ¿Cuántas vidas inocentes vale otra vida inocente?

Por un lado, está el viejo concepto de la “razón de estado”, pero también podemos verlo como un reto a nuestros criterios morales, a aquello a lo que consideramos justo, a los supuestos en los que estamos dispuestos a aceptar la violación del derecho en aras de algo que tal vez consideremos más alto.

Y no, no son cuestionamientos para juristas. Son preguntas morales para toda la ciudadanía.
Koch tomó su decisión, y cargó sobre sí la inacción de otros. La decisión tomada, de manera abstracta y general sobre la validez de una norma por los jueces más altos, no libera de la necesidad de tomar una determinación sobre el campo, respecto de personas concretas y en una situación dada.

Tal vez la ciudadanía diaria está formada de eso, de pequeñas y grandes decisiones sobre moral.

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Last modified: 11 octubre, 2021
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