FOTO: CÉSAR GÓMEZ REYNA
Saliendo de la universidad, experimenté una desilusión del mismo ejercicio periodístico. En muchas ocasiones me he topado con personas que al saber que soy periodista, exclaman: ¡Oh, en serio, qué maravilla! La idea romántica de la profesional, vista en cine y televisión, es lo que provoca esas reacciones. Vivirlo, es otra cosa. Y yo, que ya lo había vivido, necesitaba ponerlo en palabras. Desahogarme.
Me aferré a la poesía como tabla de salvación. Y comencé, sin saberlo, mi primer poemario en forma. El libro Entre Darwin y Guadalupe, ganó el Concurso de Cuento y Poesía 2007, Querétaro.
Realizaron una edición no venal. A mí me entregaron un tanto de ejemplares, que fui a dejar a todas las librerías para que los regalaran. De dicha publicación, sólo conservo un ejemplar.
El título tiene una referencia personal, pero en realidad no es un dato coyuntural para su lectura. Se lee bien sin dar explicaciones. Y hoy aquí les comparto algunos poemas de ese libro que, debo decir, me abrió la puerta a la comunidad literaria de Querétaro. Y, especialmente, me acercó a Luis Alberto Arellano, amigo y maestro. Él me escuchó en una lectura, meses después de que el libro se publicó. Tiempo más tarde me animé a ir a su taller. Tenía una fama de arrebatado. Que gritaba y rompía los poemas de sus talleristas. Llegué con terror. Pero apenas me vio llegar, dijo: Yo te conozco. Te vi en la lectura tal… Escribes bien. ¿De dónde eres? Duré muy poco en su taller. Pero siempre estaba pendiente de mi trabajo. Y, no lo niego, fue una gran influencia. Gracias, maestro.
Aquí fragmentos de “Entre Darwin y Guadalupe»:
CIERRO LOS OJOS
y la noche draga el sonido del tren.
Es hora de salir, me digo al escoger
bruscamente los zapatos,
al portar la espada y el remo.
Es hora de salir,
de enfrentar a la muerte
y sus transeúntes.
****
SALGO DE LA HERIDA, salgo a patear las banquetas
y los perros.
No hay puentes en mis ojos.
Camino por entre los dedos de las llamas
sin mirar a los lados,
sin enfocar la luz del vientre, camino.
¿Entonces, esto es lo que soy Guadalupe?
****
*DÉJALOS DARWIN, deja que sigan echando piedra
en la boca del útero,
deja que espanten la nata y su musgo tierno.
No pensaba tener hijos,
los hijos cansan la brújula
de los brazos.
Ahora mismo no sé dónde queda el norte.
Seguiré el camino de ayer,
su olor, su sangre la seguiré hasta encontrarlos,
hasta tocar con mi moneda de papel
su puerta de huesos vivos.
Ahí están, míralos, con el hambre cabrita
se avientan al desierto de su plato
tratando de pescar pulpo y marihuana.
Déjalos Darwin, déjalos que sigan echando piedra
no pensaba tener hijos, los hijos cansan
y dan una inmensa alegría
que no podría soportar,
no podría echarme
a esta giba.
***
NO SIEMPRE ES MÍA ESTA VOZ
a veces sólo es el hueso rudimentario
que habita en la garganta.
Es ese papel periódico
y sus manos tendidas,
anguilas, sobre mi pecho.
No siempre es mía esta voz
a veces sólo es el viento,
su pulso arrastrando el sonido,
inventado nuevas formas de nombrarme.