Autoría de 2:33 pm Tec de Monterrey: Investigación transformadora

Geopolítica del Ciberespacio – Joel A. Bravo Anduaga

Si bien la geopolítica tradicionalmente ha estudiado el denominado espacio territorial o geográfico (espacio terrestre; espacio marítimo; espacio aéreo y el espacio exterior o ultraterrestre), con el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) se presenta un nuevo concepto de espacio, el cual se conoce como ciberespacio y conlleva un alto interés geopolítico. Las próximas líneas presentarán algunos elementos para sustentar lo anterior.

Martin Dodge y Rob Kitchin señalan que ciberespacio significa «espacio navegable”, y se deriva de la palabra griega kyber, entendida como “para navegar” (2001). Por sus características, el ciberespacio trasciende las nociones clásicas que se tienen respecto a las fronteras, a los límites físicos y a espacios claramente determinados. Así, se pueden plantear las siguientes interrogantes: ¿Existen uno o diversos ciberespacios? ¿Es posible su control o la anarquía sería una de sus características principales si se pudiera controlar? ¿Solamente las superpotencias lo podrían hacer u otros estados y/o actores tendrían esa capacidad? Los anteriores son solamente algunos cuestionamientos sobre los que el pensamiento geopolítico ya ha iniciado reflexiones.

La importancia geopolítica del ciberespacio radica desde el uso e incluso el nombre que se le otorga. Por ejemplo, Frédérick Douzet señala que los gobiernos chino y ruso rara vez utilizan el término “ciberespacio”, pues éste podría hacer referencia a una concepción de espacio aparte, que trasciende fronteras, y por eso prefieren referirse al Internet, en donde consideran que tienen más control, tanto de la información como del discurso (2014). La misma autora sostiene que el ciberespacio es tanto Internet como el “espacio” que crea y el cual propicia intercambios desterritorializados entre ciudadanos de todas las naciones, de forma instantánea y que suprime la noción de distancia.

Lo anteriormente descrito ya son elementos que sostienen el interés geopolítico del ciberespacio. Agregaría y resaltaría lo también señalado por Dodge y Kitchin, en torno a la posibilidad que el ciberespacio tiene de crear espacios híbridos. Para que quede más clara esta idea, pensemos en una relación simbiótica entre un espacio físico y el ciberespacio. En el contexto del crecimiento de la infraestructura de la denominada red 5G y el posible despliegue de la 6G en las inmediaciones del año 2030, podrían presentarse espacios híbridos que propongo de inicio denominar como ciberbioespacios, pues ya se desarrollan aplicaciones que involucran elementos biológicos, que serían espacios físicos, con el ciberespacio.

Como se puede observar, es necesario repensar conceptos de espacio, desde su concepción hasta sus usos. Nos hemos referido brevemente al contexto geopolítico, pero sin duda el avance de las TIC, en el corto y mediano plazo, impactará otros ámbitos.

JOEL ANGEL BRAVO ANDUAGA
PROFESOR DEL TECNOLÓGICO DE MONTERREY, CAMPUS QUERÉTARO
ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES Y GOBIERNO
CANDIDATO A DOCTOR EN PROCESOS E INSTITUCIONES POLÍTICAS
UNIVERSIDAD ADOLFO IBÁÑEZ, CHILE.
JABRAVOA@TEC.MX
REFERENCIAS

Dodge, M. y Kitchin, R. 2001. Mapping Cyberspace. London and New York: Routledge.

Douzet, F. 2014. La géopolitique pour comprendre le cyberespace en Hérodote, 152-153(1), 3-21. Disponible en https://doi.org/10.3917/her.152.0003 [10 de diciembre de 2020].

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Last modified: 10 octubre, 2021
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