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Fin de la luna de miel – Antulio Sánchez

No la pasan bien algunos gigantes de internet en estos días, que se han visto sacudidos por rebeliones de sus usuarios. Un caso es Google, en donde hace algunos días unos 225 empleados anunciaron el lanzamiento de un sindicato, algo que no es bien visto en el Valle de Silicio, en donde las empresas se jactan de dar paso a entornos amigables, respetuosos de las particularidades y cualidades de los trabajadores, por lo que no hay necesidad de tales organizaciones.

Sin embargo, el surgimiento de tales instancias organizativas no debería de extrañar, sobre todo en Estados Unidos en donde últimamente se ha puesto de moda su lanzamiento; es normal, pues, que este tipo de organismos hagan acto de presencia en las empresas, pero sí es indicativo de que las cosas no están tan bien en una empresa como Alphabet (la empresa matriz de Google), que se jacta de que este tipo de organismos no son necesarios porque en la misma impera un entorno de equidad.

Pasó desapercibido para muchos usuarios de internet, pero el pasado 1 de noviembre de 2020 aproximadamente unos 20 mil empleados de Google, Waymo, Verily y otras más que conforman Alphabet, dejaron de trabajar en ciudades de todo el mundo.

Últimamente, los otrora espacios envidiables de trabajo, como lo eran las empresas punto.com y las de las nuevas tecnologías, han perdido el rostro lozano con el que se han desenvuelto, en el caso de Google los empleados enfatizan que la plataforma está haciendo poco por frenar la desinformación, por moderar de forma adecuada contenidos que envenenan la convivencia social.

De igual manera, rehúsan trabajar en cuestiones relacionadas con el ejército, rechazan el acoso sexual en el ámbito laboral y exigen medidas que garanticen que esto no se presente, que la discriminación racial sea desterrada de la firma. En síntesis, los empleados están exigiendo tener voz y voto.

Esto se da después de que Timnit Gebru, una destacada investigadora de inteligencia artificial y una de las pocas mujeres negras en su campo, dijo que fue despedida de Google por su trabajo para combatir los prejuicios. Ella llevó a cabo una crítica de los modelos de inteligencia artificial que pone en marcha la firma, justamente por ser herramientas discriminatorias.

Google, incluso, desde tiempo atrás ha tenido que enfrentar los reclamos de los mismos usuarios de sus plataformas, es el caso de YouTube que en Alemania tuvo que hacer frente a un amplio grupo de ‘youtubers’ que se organizaron en un sindicato para reclamar al gigante digital que modificara sus normas y respetara los derechos de los creadores de contenidos que operan en su plataforma.

Esa situación no sólo hizo que intervinieran las autoridades alemanas para exigirle a Google que cumpla con los requisitos elementales que exigen las leyes de trabajo de Alemania, derivando en que tuvieran que sentarse con los demandantes y que al final se aplicaran beneficios que los mismos exigían.

Facebook es la otra empresa que no la pasa bien, ya que a raíz de que decidió que todas las cuentas de sus respectivas redes y plataformas (Instagram, Facebook y WhatsApp) compartieran datos, ha terminado por generar una desbandada de usuarios de WhatsApp.

Desde semanas atrás, WhatsApp decidió actualizar sus términos y condiciones para los usuarios de iOS y Android, indicando que los datos de los usuarios se compartirían con Facebook, que ese paso sería obligatorio y teniendo como fecha límite para aceptarlos hasta el próximo 8 de febrero o de lo contrario habría que abandonar dicha plataforma.

Estas son medidas que tienen un claro giro comercial, que se impulsan con el afán de integrar publicidad en WhatsApp, para que los compradores de publicidad en    cualquiera de los servicios de Facebook tengan un mayor alcance, ya que WhatsApp cuenta con dos mil millones de usuarios, aunque muchos de ellos tienen cuentas tanto en Facebook como Instagram, y permitirá que la publicidad sea remitida de forma casi personalizada a los usuarios de dicha plataforma de mensajería.

Por lo pronto, las determinaciones de Facebook han llevado a que, como ha sucedido en otros momentos con los cambios de políticas de la firma, se presenten éxodos. Se habla de que millones de usuarios de WhatsApp se han ido hacia Telegram y Signal; asimismo, Facebook ha tenido que indicar que retrasa la puesta en marcha de estas medidas hasta el 15 de mayo.

Más allá de esta cuestiones, no sabemos si en realidad esto dará paso a que un servicio de mensajería como Telegram se torne en una sólida alternativa a WhatsApp; sólo lo sabremos si al final los usuarios que abandonan WhatsApp terminan yéndose de manera definitiva de dicho servicio, tomando en consideración que el grueso de sus contactos están en WhatsApp.

En todo caso, es una realidad que el modelo de negocio de varios de los gigantes de internet, sobre todo los que intercambian los datos de los usuarios por la gratuidad del servicio, se ha vuelto complicado, ha venido a evidenciar el final de la luna de miel de la cual gozaba con sus usuarios.

ANTULIO SÁNCHEZ
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Last modified: 22 octubre, 2021
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