Autoría de 3:49 pm Memorias Peregrinas - Andrés Garrido

La región queretana y pueblos prehispánicos (I) – Andrés Garrido del Toral

Numerosas fuentes consultadas y Juan Ricardo Jiménez nos indican que la región queretana –para efectos de la etapa prehispánica de lo que hoy es Querétaro- era el espacio físico conformado por los valles entre San Juan del Rio, al sur; las tierras altas de Amealco, la cuenca de los ríos Huimilpan y el arroyo de Coatepec, por el surponiente; el valle de Querétaro, lugar actual de la ciudad de Santiago de Querétaro, hasta las cordilleras que circundan por el poniente al pueblo de San Francisco Galileo (hoy El Pueblito); hacia el norte, hasta la Sierra de la Margarita; y por el nororiente por la cordillera de la Sierra Gorda hasta girar nuevamente al sur. Su comprensión en la división política actual incluye los municipios de San Juan del Río, Tequisquiapan, Pedro Escobedo, Huimilpan, Amealco de Bonfil, Corregidora, Querétaro, El Marqués, Colón y Tolimán.[1] No incluía esta división a lo que más tarde sería la alcaldía mayor de Escanela y posteriormente alcaldía mayor de Cadereyta.

Querétaro siempre estuvo en la época prehispánica cerca de “la frontera” entre los cazadores-recolectores nómadas del norte de México y los agricultores sedentarios de Mesoamérica. Quinientos años A.C., en el valle queretano -y en el sanjuanense- existieron sociedades agrícolas, sembradoras de maíz y frijol. La cultura de Chupícuaro, dejó huella en sus vestigios de barro, cerámica y costumbres funerarias. La influencia de Chupícuaro fue más notoria y temprana en el valle de San Juan del Río que en el valle de Querétaro.

En esta llamada convencionalmente “región queretana” las culturas tolteca y teotihuacana erigieron centros urbanos que dejaron como testimonio extraordinarias construcciones político-religiosas como los edificios piramidales llamados en el siglo XVI cúes, de Iztacchichimecapan (San Juan del Río), Teocalhueyacan (El Pueblito) y Alpocoya / Totoncapa.[2] Con la decadencia de Chupícuaro en el año 200 D.C. llega a la zona queretana el estado Teotihuacano. En San Juan del Río lo avistamos en El Rosario y en el Cerro de La Cruz. En el valle de Querétaro lo localizamos en La Negreta, Apapátaro y El Cerrito. Al declinar Teotihuacán y el Período Clásico, algunos grupos teotihuacanos se establecieron en el valle de Querétaro y convirtieron a El Cerrito en el centro rector de un patrón de asentamientos semi dispersos que incluían a los actuales poblamientos de Santa Bárbara, La Negreta y Balvanera.

El Cerrito, participó en la elaboración de productos cotizables para la cultura mesoamericana, como fueron la cal y la obsidiana. Posteriormente, en los siglos XV y XVI, después de la ocupación chichimeca, los pueblos del Valle de Querétaro ya no sobresalieron más por la producción de esos dos materiales, pues en la Matrícula de Tributos, esta región, es posiblemente representada por el altépetl de Tlachco, junto con los otros pueblos que tributaban a Xilotepeque, producían otro tipo de objetos, principalmente textiles de algodón, otorgados como tributo al imperio mexica. Los datos indican que la vocación comercial del área cambió de acuerdo a las culturas asentadas en el valle mencionado y su relación con el grupo externo dominante.[3]

Una nueva influencia cultural penetró en la región queretana entre el 900 y 1200 D.C., durante el Post Clásico Temprano, adquiriendo El Cerrito un papel hegemónico en la región, transformando su arquitectura y asimilando la nueva identidad mesoamericana emanada de la cultura Tolteca. No obstante, los asentamientos ceremoniales y habitacionales menores y periféricos mantuvieron su arquitectura de tradición local, lo que habla del respeto a la diversidad étnica por parte del grupo gobernante tolteca.[4]

Luego de la caída de Tula –en el período Post Clásico Tardío (1200-1521 D.C.), pobladores chichimecas procedentes del Norte ocuparon los valles queretanos, dando lugar a que se produjera una ocupación multi étnica con su respectiva cultura material. A partir de esto, poblaron la zona no solamente tribus chichimecas sino también grupos otomíes, mexicas y purépechas. Ejemplo de ello son El Cerrito (Teocalhueyacan), Apapátaro (Cincoque) y Tlachco (Querétaro) que para mí era un asentamiento disperso.

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Last modified: 23 septiembre, 2021
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