REPORTAJE: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX
La estación sismográfica de la Biblioteca del Centro Cultural Manuel Gómez Morín registró los sismos de Nueva Zelanda el pasado 4 de marzo, al igual que otros equipos de bajo costo del área metropolitana. Para los investigadores de la UNAM, campus Juriquilla, esto comprobó la efectividad de estos aparatos que no son de alta gama y la necesidad de que Querétaro cuente con una red más amplia de sismógrafos. que al mismo tiempo, atraiga a niñas, niños y adolescentes a la ciencia.
El investigador del Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), campus Juriquilla, Víctor Hugo Márquez Ramírez, aclaró que el registro de los sismos de Nueva Zelanda “no es nada excepcional ni nada que no supiéramos que no podíamos ver”, pero detectar el movimiento contribuye a conocer más sobre sismicidad lejana, a eliminar los mitos sobre que en Querétaro no hay temblores y sustenta la necesidad de tener mejores registros.
El año pasado la UNAM inició el proyecto de una red acelerométrica con instrumentos de bajo costo, distintos a los que usa el Servicio Sismológico Nacional. Al tratarse de equipos de bajo costo, se espera que “no vean tantas cosas a detalle” como los equipos de alta gama y muchos de ellos tienen “mucho ruido” por ubicarse dentro de la zona urbana.
Los equipos de bajo costo funcionan bien a nivel local y regional, porque se diseñaron para sismicidad local, pero no se sabía si tendrían una buena respuesta en los eventos mundiales y con los sismos de Nueva Zelanda se comprobó que el equipo responde.
“Estábamos esperando ver eventos grandes, no locales, sino a nivel mundial, como del tamaño de los que ocurrieron en Nueva Zelanda, para ver cómo iban a responder estos equipos y afortunadamente registraron muy bien los sismos, los 3 principales que ocurrieron en Nueva Zelanda, recuerdo bien dos de 7 y uno de 8.1, los equipos de la zona metropolitana que tenemos instalados los registraron muy bien, es algo que estábamos esperando”, señaló el investigador.
Los sismos arriba de 7 grados Richter alcanzan un registro a nivel mundial “y le dan la vuelta una y otra vez al mundo, aunque no los sentimos, no somos capaces de percibir esos movimientos mínimos que producen esos sismos muy lejanos, pero es algo que se usa mucho para estudiar el interior de la tierra, la sismicidad lejana”.
El registro permite quitar la idea de que Querétaro no es una zona sísmica y, por lo tanto, deberían medirse estos movimientos, que es el objetivo de la red acelerométrica. El Centro de Geociencias de la UNAM cuenta con un lote de equipos que podría instalar en escuelas de manera gratuita.
Ese trabajo se detuvo a partir de la pandemia, pero se pretende reiniciar la campaña de “adopción” de uno de estos equipos, sobre todo en las secundarias, donde se les pueden brindar talleres de sismología, cómo se registran y cómo pueden leerse los registros.
“Lo único que pedimos es un lugar donde no haya mucho acceso de personas, una oficina sola que tenga acceso a internet, que tenga acceso a corriente eléctrica, el internet lo pedimos por cable, porque el wifi es muy inestable, el internet es para que los datos nos lleguen”, detalló.
La intención es que la población estudiantil del estado se acerque a la ciencia a partir de la curiosidad de las niñas, los niños y adolescentes sobre los fenómenos sísmicos, porque eso ayudará a entender más lo que sucede en la tierra y a derribar mitos sobre los movimientos telúricos.
Hasta ahora, la UNAM instaló 20 equipos dentro de la red acelerométrica, pero la meta es llegar a entre 40 y 50 equipos. Aunque los aparatos para las escuelas son gratuitos, también se puede integrar los sismógrafos que adquieran las empresas que deseen sumarse a este proyecto.
“El equipo que tenemos ahorita tiene un costo promedio de 500 dólares, les damos la asesoría de qué pueden ver con ellos, cómo leer las señales, ya tenemos empresas que adquirieron equipos, uno en el parque industrial Benito Juárez y otro en el Hospital H+, que les ayudamos a instalar”, dijo Márquez Ramírez.
Ante los comentarios de que en Querétaro no tiembla, precisó que el grupo de sismólogos del Centro de Geociencias de la UNAM siempre explica que “no ha temblado desde hace 100 años para acá, pero hay registros que en la sierra gorda ha habido sismicidad considerable y Acambay ha tenido sismicidad de magnitud grande y Acambay está a 50 kilómetros, un sismo ahí, de magnitud considerable, nos afectaría mucho en esta zona”.
Con una red más amplia, se podrá verificar si en realidad en Querétaro no tiembla y “qué tan quieto” es el estado, pero para eso se necesitan escuelas interesadas en contar con estos equipos y hacerse responsables de ellos.
“Todo paró un poco con esta pandemia, pero queremos hacer una publicidad masiva en el estado, para que se apunten escuelas que tienen interés de adoptar un equipo y darle información a sus estudiantes. No es todavía el momento, tendremos que esperar a que empiecen a abrir para tener acercamiento con las direcciones e instalar en las escuelas”, puntualizó.