Recuerdo muy bien la primera vez que descubrí la existencia del dinero electrónico. Tenía 10 años cuando mis papás me llevaron a un gran centro de diversiones en Guadalajara; las “maquinitas” eran bien conocidas en cualquier tienda donde a los niños nos gustaba invertir el cambio de las tortillas, pero aquel lugar era de otro mundo, sería imposible para mí olvidar que ese día manejé un auto de carreras en un simulador de última tecnología.
Ese negocio no permitía utilizar monedas, debías comprar una “llave” y recargarla con dinero para pagar cada juego. Recibí de regalo una llave y sentí que podría jugar por siempre, pero en ese momento no entendí que debía ser cuidadoso, ya que cada juego tenía una etiqueta con su respectivo costo, por lo que mi dinero electrónico se escapó como agua entre las manos.
Desde nuestra niñez se nos enseña que las monedas y billetes son dinero, y que con ellos podemos comprar una enorme variedad de bienes o servicios. El concepto de riqueza suele reflejarse con el estereotipo de una persona que lleva grandes fajos de billetes o que tiene una piscina repleta de brillantes monedas.
Conforme nos volvemos adultos, irremediablemente vamos conociendo un poco más sobre el dinero, pues debemos trabajar para ganarlo y aprender a utilizarlo sabiamente para que rinda lo más posible.
De acuerdo al Banco de México, el dinero es un conjunto de activos de una economía que las personas regularmente están dispuestas a usar como medio de pago para comprar y vender bienes y servicios.
Cada país tiene su propia moneda, la cual lo identifica y define económicamente. Habitualmente constituyen en sí mismas un perfil del Estado que las acuña, emite y usa como valor de cambio para sus transacciones comerciales, pago de honorarios u otros actos financieros en los distintos niveles de su economía, ya sea privada o estatal, a pequeña o a gran escala. (1)
En México es el peso mexicano, en Estados Unidos es el dólar estadounidense, en Rusia es el rublo ruso, en Turquía es la lira turca, en Japón es el yen, en Guatemala es el quetzal guatemalteco, en Venezuela es el bolívar soberano, en Hungría es el forinto húngaro, en Suiza es el franco suizo, en Noruega es la corona noruega, en Reino Unido es la libra esterlina y en Portugal el euro.
Gracias a los avances tecnológicos podemos encontrar un tipo de dinero que ya domina los mercados globales, me refiero al dinero electrónico o digital, que, si bien sigue teniendo una denominación dependiendo el país o institución, ya no existe físicamente en forma de moneda o billete.
En México existe el CoDi, que es una plataforma de cobro digital que permite realizar en segundos pagos electrónicos a través de internet o la banca móvil por medio de códigos QR y NFC, lo que permite que, tanto comercios como usuarios, puedan realizar transacciones sin dinero en efectivo. Esta plataforma, desarrollada por el Banco de México permitirá el cobro y transferencia de hasta ocho mil pesos de forma rápida segura y eficiente a través de teléfonos móviles sin ningún costo, con la finalidad de reducir el uso de efectivo, combatir la corrupción, lavado de dinero y formalizar la economía del país. Lo que hace aún más eficiente este sistema es que ya no será necesario ingresar la cuenta de quién va a recibir el pago y esperar 30 minutos para que se realice la autorización y transacción; también se ahorrarán las comisiones que pagan los establecimientos por recibir pagos con tarjeta. (2)
La economía del futuro apunta a que el uso del dinero en efectivo será cada vez menor. En la Unión Europea se posicionó un claro ganador en cuanto a la desaparición del dinero en efectivo: Suecia. El país escandinavo es conocido como la cuna del dinero moderno y para finales del año 2019 su comportamiento financiero ya daba muestras claras de sus firmes convicciones, pues el 95% de las compras al por menor se efectuaban ya sin efectivo y muchas sucursales bancarias no aceptaban ni ofrecían billetes y monedas. Estaba tan generalizado ya para esos días el pago con tarjeta y a través de móvil que muchas iglesias lo aceptaban para donaciones, e incluso personas sin techo utilizaban ya este medio de pago. En muchos comercios podían verse carteles de “No aceptamos dinero en efectivo”. Fuera de Europa, países como Canadá lideran el ranking de “países cashless”, donde se han propuesto eliminar el efectivo para 2022. (3)
Entre las principales ventajas del dinero electrónico se pueden destacar las siguientes:
– Ayuda a evitar el contagio de enfermedades, debido que las monedas o billetes pueden representar un riesgo de propagación de enfermedades por su intercambio constante y el contacto directo con las personas.
– Portabilidad, evita que las personas lleven en su cartera o bolso dinero en efectivo.
– Liquidez, pues este tipo de dinero es muy fácil de movilizar, tanto en cuentas del mismo usuario, como para pagos a terceros.
– Disponibilidad, ya que pone al alcance de un clic cantidades pequeñas o grandes de dinero para el pago de productos y servicios, según sea la capacidad de cada persona.
– Seguridad, debido a que evita que las personas guarden dinero en cajas de seguridad o debajo del colchón y las vuelve menos vulnerables a robos en efectivo y, en caso de robo o extravío de una tarjeta, esta puede rápidamente bloquearse protegiendo el dinero que se encuentre en la cuenta, sin mencionar que la mayoría de bancos cuentan ya con tecnología para prevenir y cancelar transacciones no autorizadas por el usuario.
Uno de los ejemplos más audaces es el de la India, donde el gobierno implementó una política muy radical para eliminar por completo el uso de efectivo en un periodo de pocos años. En la noche del 8 de noviembre de 2016, la televisión hindú hizo un anuncio sorpresa. En una comparecencia en directo, el primer ministro, Narendra Modi, declaró que los dos billetes de más valor en el mercado (de 1000 y el de 500 rupias) se retirarían inmediatamente de la circulación. El plan de desmonetización, como lo llamó la prensa, había sido planeado en secreto y anunciado de buenas a primeras, como el golpe maestro de Modi contra el dinero negro. Los billetes retirados, que ascendían a 320.000 millones de dólares del momento, suponían el 86% del valor monetario total en circulación en la India. Al dejar a los billetes sin valor, casi de la noche a la mañana, el gobierno esperaba acabar con grandes cantidades de dinero negro escondidos por los evasores de impuestos. (4)
Para los gobiernos resulta muy conveniente la transición al dinero electrónico, pues facilita la recolección de impuestos y, al mismo tiempo, previene el lavado de dinero gracias a la facilidad con que puede ser rastreada cualquier transacción. Esto puede traducirse en menor evasión fiscal y un uso más eficiente de los presupuestos, aunque claro, depende mucho de su correcta planeación y ejecución, ya que de no ser así, se puede afectar drásticamente a la población.
Aunque existen muchas voces que argumentan que el dinero electrónico dejaría fuera una gran parte de la población, bajo el argumento de la falta de acceso a los dispositivos electrónicos y al internet, lo cierto es que cada innovación regularmente es rechazada en sus comienzos, muchas veces es percibida innecesaria para la vida cotidiana y con frecuencia es aceptada después de conocer los beneficios que ofrece.
En el siglo pasado era inimaginable que una persona pudiera tener una computadora en casa, era absurdo tomar fotografías, grabar videos, jugar y escuchar música en un mismo dispositivo, era impensable que por medio de una videollamada en vivo se impartieran clases, se dieran consultas médicas, se asistiera a un rosario o se celebrara una fiesta de cumpleaños. Ejemplos como los anteriores demuestran que los avances tecnológicos hacen posible lo inconcebible.
¿Estarías dispuesta/o a renunciar por completo a los billetes y monedas para sustituirlos por dinero electrónico?
«No estimes el dinero en más ni en menos de lo que vale, porque es un buen siervo y un mal amo”. Alejandro Dumas
AGUSTÍN VILLANUEVA OCHOA
WEBGRAFÍA
2. https://www.milenio.com/negocios/que-es-codi-del-banco-de-mexico
3. https://blogreds.es/medios-pago/paises-sin-dinero-en-efectivo