REPORTAJE: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX
Gustavo trata con respeto el tema sobrenatural cuando investiga sobre casonas embrujadas. La casa de sus abuelos en San Juan del Río se construyó en 1690, tenía túneles y fue un cuartel militar en tiempos de Benito Juárez, tenía una “garita republicana” y creció escuchando las experiencias de su madre, su nana, sus tíos, sobre el soldado que se aparecía o las leyendas del Camino Real rumbo a Amealco.
Cuando fue director de Turismo en San Juan del Río, Gustavo Ríos Garduño organizó el primer concurso de grabar fantasmas que causó revuelo en el país, pero su interés sobre el tema lo llevó a colaborar con otros aficionados, cada vez más preparados, para investigar las apariciones y fantasmas, más allá de la visión de la brujería o de otros temas esotéricos.
“No hay una escuela, esto es simplemente por gente que se interesa. La manera de investigación es muy personal y en algunos lugares. Hay lugares donde no entramos porque hay ciertas cosas que luego no nos gustan o porque tenemos mucho respeto, en otros lugares investigamos hasta en el archivo histórico quién estuvo en determinada casa, qué fue, qué ha sido a lo largo de los años y te encuentras muchas cosas con sus distintos dueños, pero esto es con respeto”, declara.
Su sitio de investigación es toda la región de San Juan del Río, porque su fundación en 1531 hace que algunas zonas sean importantes en el ámbito paranormal y a todas les dedica tiempo. Ese trabajo le permitió cumplir 14 años con un tour de leyendas por los sitios más embrujados de San Juan del Río.
Egresado de la carrera en Administración de Empresas Turísticas, Gustavo Ríos encontró la forma de investigar y contar las historias de las brujas, nahuales, soldados y asaltantes, en un municipio al que durante muchos años solo se podía ingresar por el Puente de la Historia, del que se cuenta, el constructor tuvo que enterrar a un niño en cada columna del puente para que no se cayera.
Con 15 años de investigación formal en los temas paranormales, Gustavo advierte que esto no es un juego y quien se acerque a investigarlos no sólo debe reunir el equipo necesario, sino mantener una actitud de respeto hacia el más allá.
GRABAR FANTASMAS EN GRUPO
Lejos de los brujos, médiums y esotéricos, en San Juan del Río hay grupos de personas que se dedican a la investigación de los fenómenos paranormales. Algunos lo hacen de manera profesional, otros de forma amateur y algunos sólo para divertirse.
“Algunos cobran, lo hacen de manera profesional, algunos lo hacen como hobby pero tienen tecnología, tienen equipo, detectores de movimiento, detectores de temperatura y otros dicen: vamos a tal lugar y vamos a grabar, sólo con celulares y con videocámaras”, explica Ríos Garduño.
Él mismo creció con las historias de fantasmas. Sus abuelos vivían en una casa muy antigua, de 1690, que sirvió como cuartel en la época de Bento Juárez, tenía túneles y una garita. Sus tíos, su mamá, su nana, le contaban sobre las apariciones de un soldado, de una mujer y de los murmullos que se escuchaban en el lugar.
“Yo lo veo en la parte más científica, más que de manera de entretenimiento, hay cosas muy difíciles de explicar. A mí me contaban historias cuando era niño, tuve una nana que nos platicaba de las leyendas de Camino Real, rumbo a Amealco, lugares de San Juan y me gustaba escuchar estas historias, contarlas y luego me dio por investigarlas, quién estuvo, en qué periodo, por qué fue, a partir de la base histórica surgieron las leyendas de fantasmas y luego el concurso”, recuerda.
Una de las cosas que más recuerda fue justo en una de las ediciones del concurso de grabar fantasmas, cuando una conductora de un programa de televisión asistió con un cazafantasmas que utilizaba diversos elementos, “en una manera de proyección personal y de lucro”.
“Llegamos al Portal del Diezmo, que es un edificio franciscano de 1615 y empezó a poner sus péndulos y hacer sus rituales. Le dije que ese era un lugar de religiosos, que estaba bendito, que no sacaran velas negras ni nada esotérico, pero llegamos a un lugar donde era un oratorio y sacó una ouija y unas velas y en ese momento cerraron las puertas y las de abajo, se estrellaron todos los vidrios, todos salieron corriendo y yo les advertí que ya no respondía, porque nunca habíamos tenido problemas en ese lugar, pero en ese momento (los fantasmas) no estaban a gusto con esa persona”, agrega.
«COSAS EXTRAÑAS, COMO BOLITAS DE LUZ»
Cuando fue director de Turismo en San Juan del Río, Gustavo organizó 6 ediciones del concurso de grabar fantasmas, un evento que alcanzó fama nacional y atrajo a muchos turistas de todo el país, a unos por los premios económicos, pero a la mayoría, por la promesa de pasar una noche de terror en sitios embrujados.
Para lograrlo, fue necesario identificar 50 locaciones paranormales, entre exhaciendas, exconventos y casonas antiguas del siglo 16 o 17, panteones, puentes y veredas del río donde la gente asegura que hay apariciones. En algunos videos y grabaciones, se encontraron cosas extrañas, como “bolitas de luz que se les llama ectoplasmas o registraron algo que se movía”.
En los concursos se verificaba que no existieran ediciones así que se necesitaba a mucha gente, sobre todo cuando se trataba de ingresar a sitios que se encuentran en el abandono y que se debían limpiar, pintar o mejorar para evitar riesgos a los asistentes.
“Era algo que se hacía casi con un mes de anticipación y requería de mucha responsabilidad”, dice Gustavo, quien mantiene recorridos de las leyendas sobre los fantasmas, pero sobre todo, su gusto por la investigación paranormal.
Hay varias fotos de diferentes personas en el Portal del Diezmo, donde aparece la figura de un hombre vestido con la ropa a usanza de principios del siglo 19, “en fotos diferentes, en diferentes años, sólo aparece atrás, en las fotos de las personas. Hay una versión que ahí, hace muchos años, mataron a un señor que se llamaba Antonio, que lo habían puesto debajo de los pisos, es lo único que encontramos”.
Otra de las casonas que se considera embrujada es una donde se asegura que se reunían el general Saturnino Cedillo y Plutarco Elías Calles, donde se afirma que hubo varias balaceras y se encontraron vestigios de cosas paranormales, “se caen las macetas, se prenden las luces, se mueven cosas y era la casa donde tenían las oficinas de la Santa Inquisición desde 1670 y se han encontrado cosas paranormales, se prenden las computadoras, se mueven las puertas, se ven sombras”.
Gustavo no tiene un grupo de investigación formal, pero sí cuenta con sus amigos que realizan estas grabaciones de manera amateur, “nos invitan conocidos a alguna casa donde han espantado, hacemos la investigación de cada casa, qué ha habido, qué hubo, qué hay y también investigamos cuando hay alguna casa antigua a la que se puede entrar”.
Frente al interés de muchas personas por investigar los temas paranormales, Gustavo advierte que esto “no es un juego. Tienen que ser muy serios, llegar con mucho respeto, con sus equipos, siempre tener un equipo de emergencias, No se trata de querer espantar al otro, no beber, tener equipos de grabación y de protección y no tiene que ver con la brujería, es muy diferente”.