Autoría de 8:50 am Luis Tamayo Pérez - Ecosofía

Sobrevivir al colapso: la voluntad política – Luis Tamayo Pérez

Lograr sobrevivir al colapso que generarán el Calentamiento global antropogénico, la Sexta extinción masiva de las especies y la Contaminación generalizada de la tierra requerirá de una decidida y preclara voluntad política.

México y el mundo requieren de líderes que tengan una clara visión de las estrategias y acciones que deben tomarse para que los pueblos no se confundan e interpreten como crisis locales y políticas lo que será una crisis global y sistémica, capaz de producir un duradero colapso civilizatorio.

Un ejemplo de ello puede apreciarse en nuestros días en la ciudad de Cuernavaca: desde hace varios días un grupo de ciudadanos ha decidido apostarse en una de las principales arterias de la ciudad así como cerrar los accesos vehiculares a la misma para demandar a las autoridades municipales el suministro del líquido vital, del cual carecen desde hace varias semanas [1]. Acciones de este tipo, son frecuentes en la época de estiaje y se han repetido con cada vez mayor frecuencia en los últimos años.

Este fenómeno, denominado en general como “stress hídrico”, no es exclusivo de Cuernavaca, ocurre en buena parte del norte, centro y occidente del país… y en los años venideros, tal y como indica el Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2021 [2] no podrá sino agravarse.

La calidad del aire también se afecta a causa de los gases que emiten los motores de combustión interna (CO2, CO, PM2.5 y PM10 por sólo mencionar los más dañinos). Y lo mismo ocurre con los suelos, bosques y manglares y prácticamente en todos los cuerpos de agua.

Es por tal razón que es una tarea urgente que los políticos que pretendan ocupar puestos de elección popular sean elegidos según muestren su capacidad y conocimientos de la situación ambiental no sólo de su región sino del país y el mundo.

A México y el mundo le urge contar con políticos que reconozcan la gravedad de la situación ambiental venidera y que propongan en consecuencia medidas que apunten a la mitigación y adaptación a tales fenómenos.

En la entrega anterior me referí a la importancia del cuidado del agua, lo cual implica el establecimiento de créditos blandos que permitan a la ciudadanía construir sistemas de captación de agua pluvial (canaletas, cisternas, filtros) los cuales, acompañados de la promoción de los baños secos y los sistemas de reutilización de las aguas grises permita un mejor uso del agua. Mencioné también la importancia del fomento de las energías renovables (solar, eólica, maremotriz, microhidráulica) y de una movilidad urbana basada en las bicicletas y los biohíbridos.

Toca hablar, entonces, de otros aspectos que competen a los elementos culturales. En primer lugar, es importante considerar la Autolimitación poblacional, es decir, la necesidad de que, vía programas estatales y nacionales, sea promovida, de manera decidida, la disminución de la tasa de crecimiento poblacional, la cual, si bien es cierto que no es excesiva en la nación mexicana, es innegable que son los más pobres los que más se reproducen y eso ocasiona un crecimiento que no ayuda a la nación. La mejor medida para detener la crisis ambiental, tal y como informaron Seth Wynes y Kimberly A. Nicholas en Environmental Research Letters [3], es “tener un hijo menos” [4], es decir, autolimitar el crecimiento poblacional. Es cierto que los bebés son muy hermosos, pero si la población humana crece sin control (y gracias a los avances de la medicina eso es lo que está ocurriendo) el mundo que le entregaremos a nuestros hijos y nietos no tendrá, de ninguna manera, las bondades del que nosotros recibimos. Al respecto basta sólo recordar lo indicado por Isaac Asimov en su Introducción a la ciencia:

Si la población terrestre continúa duplicando su número cada treinta y cinco años (como lo está haciendo ahora) cuando llegue el año 2750 A. D., se habrá multiplicado por 100,000. (…) en el 2,600 A. D. ¡la población alcanzará los 630,000,000,000! Nuestro planeta sólo nos ofrecerá espacio para mantenernos derechos, pues se dispondrá únicamente de 3 cm2 por persona en la superficie sólida, incluyendo Groenlandia y la Antártida. Es más, si la especie humana continúa multiplicándose al mismo ritmo, en el 3,550 la masa total de tejido humano será igual a la masa de la Tierra [5].

Si la humanidad no es capaz de autolimitar su crecimiento será la naturaleza quien lo haga… y cuando ésta lo haga será brutal.

Otro elemento que también es clave para la plataforma política de los candidatos que pretendan contar con visión de futuro es la promoción de una Educación ambiental para todos. No basta con establecer políticas y acciones que sean ambientalmente correctas, es necesario también que el pueblo lo entienda y lo exija. Para lograr eso es necesaria una sociedad bien informada.

Es urgente hacer de la educación ambiental el eje de la educación en todos los niveles. No es posible que en el tiempo de la “transversal” educación ambiental los maestros de educación básica saquen a sus alumnos sólo “a regar las plantitas”. Necesitamos maestros que, gracias a que sus propias escuelas sean ejemplo de buenas prácticas ambientales (arquitectura bioclimática, captación de agua pluvial, generación de energía mediante renovables, huertos de traspatio, etcétera), sean capaces de transmitir a sus alumnos las mejores estrategias que les permitirán mantener un nivel de vida correcto en los años venideros.

Más nos vale vivir, tal y como indica el Dr. Jorge Riechmann, como “buenos huérfanos” [6]. No es posible seguir viviendo con base en una economía que requiere del crecimiento infinito y que no puede poner límites al consumismo. Requerimos, como indica Riechmann, ciudadanos que sean capaces de valorar la vida sencilla, el gusto por generar los propios alimentos, por captar su propia agua y con muy poca descendencia, una humanidad que acepte su vulnerabilidad, interdependencia y ecodependencia.

Si los ciudadanos exigimos a los ahora candidatos a los diversos puestos de elección popular que muestren planes concretos y bien armados respecto a los problemas antes referidos, lograremos construir una nación capaz de sobrevivir la crisis venidera. De otra manera lo único que aparecerá en el panorama nacional será el caos.

LUIS TAMAYO PÉREZ

[1] https://www.jornada.com.mx/notas/2021/03/24/estados/con-bloqueos-exigen-agua-potable-para-colonias-de-cuernavaca/

[2] https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000375750_spa/PDF/375750spa.pdf.multi

[3] No. 7, Vol XII, 12 de julio de 2017: https://iopscience.iop.org/article/10.1088/1748-9326/aa7541

[4] https://elpais.com/elpais/2017/07/11/ciencia/1499785338_169682.html

[5] Asimov, 1982: 737.

[6] Riechmann, J. (2017). ¿Vivir como buenos huérfanos? Ensayos sobre el sentido de la vida en el Siglo de la gran prueba. Madrid: Catarata.

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Last modified: 8 septiembre, 2021
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