Estoy a poco más de la mitad del libro Vindictas. Cuentistas Latinoamericanas. Y qué venganza tan placentera. Vindictas procede del verbo latino vindico: “vengar”, “castigar, “proteger”. Bajo dicha palabra se inició un proyecto de visibilización a la obra de escritoras que, por normalización o discriminación, habían quedado en el olvido; y comenzaron publicando las obras de Luisa Josefina Hernández, Tita Valencia, María Luisa ¨La China¨ Mendoza, Tununa Mercado y Marcela del Río.
El libro más reciente de este proyecto que cobija la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es Vindictas. Cuentistas Latinoamericanas. El libro es un hallazgo luminoso, desde su mismo prólogo que releva las palabras de los editores Socorro Venegas y Juan Casamayor, encargados del rescate de obra en medio de la pandemia.
En dicho texto Socorro destaca: “Es muy importante establecer ese puente temporal que abarca la antología y leer el contexto en que vivían estas 20 autoras, la época deja su marca de agua en el relato individual de cada una: el siglo de la tercera ola de la lucha feminista, del acceso a la píldora anticonceptiva, de las discusiones sobre el aborto o la reconsideración del papel de la maternidad. Al mismo tiempo que nacían movimientos literarios como boom –tan sonoro–, había una implosión, un trabajo silencioso y silenciado”.
Las protagonistas de Vindictas. Cuentistas Latinoamericanas, son Armonía Somers (Uruguay),Bertalicia Peralta (Panamá), Gilda Holst (Ecuador), Hilma Contreras (República Dominicana), Ivonne Recinos (Guatemala), Magda Zavala (Costa Rica), María Luisa de Luján Campos (Argentina), María Luisa Elío (España), María Luisa Puga (México), María Virginia Estenssoro (Bolivia), Marta Brunet (Chile), Marvel Moreno (Colombia),Mercedes Durand (El Salvador), Mercedes Gordillo (Nicaragua), Mimí Díaz Lozano (Honduras), Mirta Yáñez (Cuba), Pilar Dughi (Perú), Rosario Ferré (Puerto Rico), Silda Cordoliani (Venezuela), y Susy Delgado (Paraguay).
Algunas de ellas comparten su labor narrativa con la poesía, que ese bien podría ser un tema para otra columna.
En sus cuentos destaca una destreza narrativa que logra envolver al lector. Hablan de pactos silenciosos entre las mujeres, de infidelidad, de locura, de asombros, de la vida en sí. No son obras que encasillan a la mujer en su ser romántico, son cuentos que exponen el pensar e imaginar desde una pluma fina.
Una de las primeras dudas que tuve al momento de comenzar a leer es: ¿cómo son estas mujeres? Pues sólo se incluye un cuento de ellas y su semblanza, pero, ¿cómo son sus rostros, sus ojos, su sonrisa? Cuando leo me gusta siempre tener la referencia física de el autor. E imagino sus caras, sus gestos, su asombro al momento de escribir cierta idea. Y resulta que en la página http://www.vindictas.unam.mx/ en el apartado Autoras, además de sus semblanzas están los rostros de ellas.
Los invito a visitar la página, a conocerlas y a leer el libro para apreciar su obra. Mientras yo termino de leer mi ejemplar.