La pandemia ocasionada por el Covid19 trajo consigo una serie de cambios inesperados a la vida de todas y todos. Entre ellos, un choque de realidad con el cuidado de la salud mental.
Creo que puedo afirmar que la mayoría de nosotros ha pasado por momentos de euforia, desasosiego y ansiedad, tras más de un año de pandemia. Y a quienes no lo han experimentado, posiblemente es porque no vivieron la contingencia en total encierro.
Desde mi perspectiva, una mujer entrando a sus treinta que vive con ansiedad crónica desde que tiene memoria, les puedo contar que la pandemia fue un trago amargo que se complicó con mis problemas de salud mental. Y créanme que al utilizar el término “trastorno de ansiedad”, no busco ponerme una etiqueta, todo lo contrario. Debemos dejar de estigmatizar los padecimientos mentales y trabajar más en el cuidado de la salud mental.
Al comienzo de la pandemia me vi confrontada con la realidad de lo que vivía en casa, una relación psicológicamente abusiva. Aunado a esto, mi ansiedad alcanzó niveles que jamás había experimentado, tras separarme de mi abusador las secuelas del maltrato psicológico se hicieron presentes: ataques de pánico, exceso de miedo, depresión, pensamientos suicidas…
Fue precisamente el encierro, el proceso de duelo, mi ansiedad y desintoxicación (porque nadie nos dice que salir de un ciclo abusivo es como dejar una droga), lo que me llevó a un punto de quiebre. Toqué fondo. No hubiera logrado salir de ese mar enardecido de emociones, sin la ayuda de mi psicóloga, sin la guía de una profesional que no me juzgara, sino que me ayudará a entenderme a mí misma, a aprender nuevas formas de pensar y actuar, para yo trabajar en mejorar por mí y para mí. Con este acompañamiento he ido aprendiendo nuevas habilidades de afrontamiento, a sentirme que soy otra vez yo misma y prepararme para nuevas experiencias que la vida tiene para mí.
Es válido que en ocasiones el mundo, las responsabilidades y los pesares de la vida nos consuman, somos humanos, no robots. Es normal sentirse afligido, enojado o frustrado por situaciones que salen de nuestro control (Covid19). Y de vez en cuando, el peso de todas esas emociones busca una válvula de escape, una salida.
Mi recomendación querido lector es, no esperes a tocar fondo, no ignores o reprimas lo que sientes. No temas buscar ayuda, no temas cuidar de ti. Tu salud mental es igual de importante que la física, puede que incluso más.
