PRIMER TIEMPO: EL AZUL ES EL COLOR
En el futuro, los aficionados del Cruz Azul tendrán la sensación de que en el 2021 celebraron dos cumpleaños. O dos navidades. O dos bodas. Dos de todo y de lo bueno.
El domingo 30 de mayo, después de 23 años de andar con las manos en los bolsillos, acariciando el recuerdo del Cruz Azul campeonísimo de los ochentas, los y las seguidoras del Azul recibieron más felicitaciones que burlas.
Sin embargo sé de un cruzazulino que al ver el triunfo se sintió ajeno, como si lo que estuviera viendo, más que un mérito de los suyos, fuera un robo. Hundido en su sofá y frente a los pasajes de la celebración me dijo: “Siento que esto no me pertenece”. Traté de consolarlo o al menos de animar su lectura de los hechos: “Hay de robos a robos y este algunos lo catalogarán de robo maestro”. Él mantuvo su actitud incrédula y distante. En silencio me pregunté qué tanto de maestría tuvo el “robo” de Juan Reynoso y de sus jugadores…
Lo cierto es que estos “ladrones” se llevaron algo que sí que era suyo y de su afición: la gloria. Ojalá que este campeonato dé inicio a una época, la del Cruz Azul campeonísimo de los veintes.
DESCANSO: ANCELOTTI VUELVE
No por hacer una gran temporada en el Everton, quedaron décimos en la tabla, como dirían por ahí: ni fu ni fa. Ancelotti vuelve por ser el técnico que es: diplomático con el escudo que representa y cercano con los jugadores. Curiosamente, características similares a las de un entrenador que tuvieron no hace mucho en el Madrid, cuya firma es simétrica y exquisita: Z.Z.
El cambio (sin cambio) por el que optó Fiorentino Pérez será para bien, no lo dudo. Los clubes, en cuanto a sus técnicos, son como las redes sociales: necesitan actualizarse con más frecuencia de lo que deseáramos. Proporcionalmente hablando, es más recurrente que los técnicos cambien de equipo que los propios jugadores.
El de los directores técnicos es el mercado de transferencias de la inestabilidad.
Ya no existen clubes que opten por aquellos entrenadores que representan la ley de la cosecha. Ahora los clubes van a comprar técnicos que sacan de los congeladores, que están en latas de conservadores o que están recién puestos en las estanterías del supermercado.
SEGUNDO TIEMPO: PEP DERROTÓ A GUARDIOLA
El técnico catalán es un extraño pirómano. A la distancia parece un tipo sensato, apasionado, confiable. Y también por momentos se parece a ese amigo que trae consigo un cohete y le pregunta al resto de sus amistades: “¿Lo encendemos?” “¿Para qué?”, le preguntan ellos, a lo que él responde “Para ver qué pasa”.
Guardiola de vez en vez y en momentos de cierta trascendencia (y he ahí la agravante) avienta petardos al campo de juego, ese del que se dice tan devoto.
El padre del Kun Agüero dice que Guardiola nunca quiso a su hijo. Que lo que le importa al técnico de Sampedor es ser él la figura de sus equipos. Y bueno, no se puede negar que el personaje más relevante de la Champions del 2021 fue él; un aspecto táctico superó, y por mucho, los imprevistos del esférico.
Porque de la reciente final jugada en Portugal, más que de la explosividad de un regate, de un penalti fantasma o del vuelo de un arquero, la gente recordará que Pep Guardiola no alineó a un mediocentro defensivo. Y en las discusiones de tristeza y gloria futbolísticas, los que tengan más memoria agregarán: “¿Y sabes a quién le concedieron el premio a mejor jugador del partido?” “No” “¡Al mediocentro defensivo del otro equipo!” (¡Alabado sea Kanté!).
¿Algún día, me pregunto yo, sabremos quién es Pep Guardiola, el técnico más capacitado para vencer a Pep Guardiola?
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