De las elecciones del 6 de junio ha derivado información que brinda otros ángulos para el análisis.
En el ámbito local, por ejemplo, queda claro que además de Mauricio Kuri González —gobernador electo— quien también ganó fue el gobernador en funciones, Francisco Domínguez Servién.
La “aplanadora” panista lo coloca, en automático, como aspirante a la candidatura por la presidencia de la república en 2024 aunque antes, sin duda, bien podría competir para ocupar la presidencia pero del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de su partido.
Una condición similar aunque con otra perspectiva, la tienen otros dos panistas: Luis Nava Guerrero y Roberto Sosa Pichardo, ambos reelectos como alcaldes de Querétaro y Corregidora, respectivamente y con un muy amplio margen.
Los dos se colocan como aspirantes naturales a la candidatura por el Senado de la República, también en 2024.
Por cuanto hace a la excandidata de Morena a la gubernatura de Querétaro, Celia Maya García, su saldo es negativo.
Ya fue “ventaneada” por la prensa nacional de haber sido la aspirante a gobernar la entidad que más gastó en su campaña: 22 millones 745 mil 387 pesos, por encima de la que destinó Kuri González, que fue de 16 millones 857 mil 603 pesos.
El tercer dato paralelo a la elección, es de corte regional: los comicios fortalecieron al PAN en Querétaro y Guanajuato, dos entidades que han sido el corazón del llamado “corredor azul”, junto con Aguascalientes (que sigue siendo gobernada por el PAN) y San Luis Potosí (ahora ganado por el Partido Verde Ecologista de México).
Y EN LO NACIONAL
Lo primero que hay que destacar es que a pesar de la virulenta ofensiva que desató el presidente Andrés Manuel López Obrador contra el Instituto Nacional Electoral (INE), acusándolo de apoyar a los partidos de la alianza “Va por México”, tuvo que callar sus críticas (infundadas) y reconocer los reveses que registró Morena en la mayor parte de las alcaldías de la capital del país, gracias a que dicho organismo electoral actuó con apego al derecho y también validó los triunfos de los candidatos morenistas.
El partido del presidente ganó la mayoría de las gubernaturas y de las diputaciones federales y entonces, ya no hubo más discusión presidencial.
La oposición se levantó con victorias en Querétaro (PAN), Chihuahua (PAN), San Luis Potosí (PVEM) y Nuevo León (Movimiento Ciudadano). Las restantes 11 gubernaturas son de Morena.
Otro dato. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) es el gran derrotado, pues además de perder ocho gubernaturas, también perdió votantes y en consecuencia cargos de representación popular.
En la elección de diputados federales perdió alrededor de un millón de votos, al pasar de 9.3 millones obtenidos en 2018 a 8.4 millones que logró en este 2021.
LAS SOSPECHAS
Mencionar, finalmente, que la elección estuvo marcada por la violencia y la sospecha que cayó sobre algunos candidatos.
Dos casos regionales. Uno, el de Ricardo Gallardo Cardona, candidato del Verde-PT a la gubernatura de San Luis Potosí y triunfador de la contienda.
En 2012, fue exhibido en redes sociales con un arma R-15 al lado del entonces director de Seguridad Pública Municipal, Jesús Maldonado Zamarrón.
En los comicios de 2015, intentó ser candidato del PRD a la gubernatura, pero fue detenido por la entonces PGR y encarcelado en un penal de alta seguridad, acusado de delincuencia organizada y lavado de dinero.
Al no demostrarle los delitos, el 8 de diciembre del mismo año quedó en libertad. Hoy es gobernador de su tierra.
El otro caso, el del extitular de Profeco y excandidato al gobierno municipal de León, en Guanajuato, Ricardo Sheffield, a quien su partido (Morena) considera perseguido político.
Todo porque el fiscal, Carlos Zamarripa, lo demandó por la vía civil luego de que Sheffield lo calificara como el líder de la delincuencia organizada en Guanajuato. Sheffield aseguró que se trata de una persecución política tras su derrota en la elección.
Así nuestra elección pasada.