ENTREVISTA: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX
Un chef debe enfrentarse al cierre de su restaurante mientras su amigo, un arquitecto, encara la construcción de un memorial para rendir honor a los que ya no están. Ambos, sumidos en la melancolía y la reflexión personal, son los protagonistas de la novela Desahucio, de Imanol Martínez González, ganador del Premio Nacional de la Novela Joven “José Revueltas 2021”.
La novela, que recibió el galardón de la Secretaría de Cultura del Gobierno de la República, a través del Programa Cultural Tierra Adentro y el municipio de Durango, se presenta en un momento en el que urge hacer un corte de caja sobre la situación que atraviesan el país y el mundo, para “ajustar aquello que estaba desajustado”.
Imanol, dos veces ganador del premio nacional de dramaturgia y egresado de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), empezó a escribir esta novela cuando estuvo en Barcelona y se encontró a sí mismo con un relato de tristeza, de melancolía y de duelo.
“Es una novela muy fúnebre, que tiene que ver lo que estamos atravesando. Es una novela sobre la gestión del duelo y de la memoria, hay un corte de caja en la vida, en el sentido de aprender qué vamos a querer recordar de la otra persona cuando fallezca, las cosas a las que nos enfrenta la muerte, cómo vamos a querer empezar nuestras historias con los fallecidos, qué relatos nos vamos a contar nosotros mismos, qué vamos a hacer con lo que rescatamos”, explica.
A Imanol le parece que no hay mejor manera de enfrentar los puntos de inflexión que tomar la decisión de cómo nos recordaremos. La frase “el pasado no es otra cosa que la historia que nos contamos a nosotros mismos” le resuena fuerte porque “esa decisión que toma cada uno frente a los momentos clave, esos en los que hay que volver a acomodar lo que sea posible y decidir qué hacer con lo que rescatamos” es lo que nos definirá en el futuro.
Por eso Desahucio puede volverse tan personal para un lector, tan contemporánea a pesar de que la escribió hace tiempo, antes de que el mundo cambiara. “Es una novela sobre un par de amigos durante los meses en los que uno de los dos encara un cáncer terminal, son los meses en los que de algún modo empiezan a hacer un balance de su amistad, de su vida, de las cosas inconclusas”.
La amistad de los protagonistas de la novela, un chef y un arquitecto, se acompaña de los símbolos propios de sus oficios, las cosas por las que viven y que les importan. “Por ejemplo, el arquitecto encara la construcción de un memorial con el duelo, el reto de rendir honor a los que ya no están y el chef enfrenta el cierre del restaurante, de su restaurante como era, para dárselo a alguien más”.
En “Desahucio” se entretejen también historias que tienen que ver con la paternidad y otros lazos. No se ubica en una época ni un sitio fijo, aunque Imanol intentaba construir un collage de ciudades, lo mismo imaginaba un callejón como las calles de Barcelona, que referencias a la Ciudad de México. Tal vez, por eso, parece tan actual, tan oportuna y cercana.
“La empecé a escribir dentro de mi máster en creación literaria y me dio la posibilidad de trabajarlo con mis compañeros y con mi tutor. Me decían: hay que variar el tono porque es un poco melancólica, quise cambiar un poco la idea del pensamiento literario, que no sólo consignan hechos, sino que le dan vueltas a un asunto”, añade, para luego recordar el trabajo de investigación sobre cómo enfrentar los duelos, las pérdidas y despedidas.
Como parte del premio, el libro del queretano se publicará con la editorial Tierra Adentro y se distribuirá a nivel nacional, así que Imanol espera que llegue a la mayor cantidad de lectores.
Desahucio es una novela fúnebre y muy melancólica, admite el escritor queretano, pero precisamente por eso, las personas pueden reflejarse en los personajes y las situaciones que atraviesan: la memoria, las cosas que decidimos recordar sobre nosotros mismos y sobre los demás, “sobre nuestros muertos, que hacemos ante el desahucio que nos anuncia un médico que, además, nos pregunta qué vamos a alcanzar a acomodar antes de irnos, qué vamos a hacer con lo que rescatamos”.