REPORTAJE: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX
Cuando Alma Nieto y Adrián Venegas planearon su boda religiosa el día que cumplirían su noveno aniversario de novios, no pensaron en que se atravesaría la pandemia por Covid-19 y que los obligaría a cancelar tres fechas diferentes, incluso casados por lo civil y con una bebé en camino. Ahora están en espera de poder celebrar su unión el 20 de febrero de 2022.
El vicario general de la diócesis de Querétaro, Martín Lara Becerril, informó que la tercera ola del Covid-19 provoca que dos de cada tres solicitudes de matrimonio se pospongan, ya que en este momento sólo se permite el ingreso a los templos de los novios, los padrinos y familiares cercanos.
Esto se debe a que los templos e iglesias no pueden superar el aforo del 50 por ciento de su capacidad, porque aumenta el riesgo de contagios del virus SARS-CoV-2.
Alma y Adrián se niegan a recortar a las 600 personas a las que empezaron a invitar desde noviembre de 2019. Su matrimonio civil, en febrero de 2020, fue muy pequeño, solo con familiares muy cercanos y desde enero de ese año pagaron los anticipos por todos los productos y servicios de la boda.
La opción más sencilla fue aplazar la ceremonia: de la fecha inicial el 15 de agosto de 2020, día de su noveno aniversario, pasaron al 6 de marzo de 2021 y después al 21 de agosto desde este año.
La pandemia impidió que fuera posible celebrar la boda esos días porque les obligaba a recortar su invitación. “Solo podía asistir el 30 por ciento o el 60 por ciento, eso nos limita mucho, es una boda grande”, admiten y agosto parece imposible por la tercera ola.
Aunque siguen a la espera de poder casarse ante el altar, saben que lo más importante es permanecer sanos y por eso le piden a todos los que anhelan festejos que esperen un poco más, porque “si cooperamos todos, vamos a salir de esto”.
POSIBILIDAD DE UN ESCENARIO B, APLAZA LAS BODAS
El vicario Martín Lara reconoce que desde el inicio de la pandemia por Covid-19 empezaron a aplazarse las ceremonias como 15 años y bodas. El fenómeno aumenta con la posibilidad de que Querétaro regrese al escenario B, que llevaría a restringir la cantidad de personas en las iglesias, donde incluso ahora no se puede superar el 50 por ciento de la capacidad física de cada templo.
Esta tercera ola de contagios, admitió, hace que dos de cada tres solicitudes de matrimonio se pospongan, ante la imposibilidad de tener a más personas en sus ceremonias, ya que solo puede ingresar, además de la pareja, los padrinos y familiares cercanos.
En la diócesis, es común tener de 8 a 10 bautismos por semana en cada una de las 117 parroquias, “unas 32 mil 760 ceremonias de este tipo de enero a julio de este año”, de acuerdo con las estimaciones del padre Gustavo Licón Suárez, presidente de la Comisión Diocesana para la Pastoral de la comunicación.
En el caso de otras celebraciones, como bodas y 15 años, sí hay solicitudes para posponerlas desde 2020 y hay matrimonios que “las han pospuesto en tres ocasiones diferentes o hay quienes deciden ya no postergarlas y hacerlas con los familiares muy cercanos y padrinos, un número muy reducido de personas”.
Las iglesias no pueden superar el aforo del 50 por ciento y esa es la razón principal por la que las parejas optan por esperar un escenario más favorable para invitar a las personas que desean que los acompañen en la ceremonia.
“Ahora que se ha anunciado la tercera ola de contagios por coronavirus sí ha habido traslados de 15 años y matrimonio, una vez que se anunció, inmediatamente vinieron a hacer traslados de su celebración”, resaltó Lara Becerril.
“NOS CASARÍAMOS EN NUESTRO NOVENO ANIVERSARIO”
Adrián recuerda que eligieron el 15 de agosto de 2020 como fecha para su boda religiosa porque ese día cumplirían nueve años de novios. Ella es mercadóloga y él ingeniero mecatrónico. Empezaron a planear e invitar desde noviembre de 2019, pagaron anticipos en enero de 2020 y se casaron por lo civil en febrero de ese mismo año, en una ceremonia muy pequeña, solo con familiares.
Cuando llegó la pandemia, un mes después de su matrimonio civil, todos les recomendaron tener paciencia, así que hablaron con los proveedores y con el sacerdote de Tejeda, donde se casarían. Acordaron respetar los precios y fijaron como nueva fecha el 6 de marzo de 2021, pero tampoco pudo celebrarse, así que optaron por el 21 de agosto de este año, que no se realizará por la tercera ola.
Ambos tienen la mirada fija en el 20 de febrero de 2022, la cuarta fecha que eligieron para consagrar su unión ante la iglesia y en la que estará presente la bebé que esperan y que nacerá alrededor de septiembre. “No pensamos mover la nueva fecha, no sabemos cómo va a estar iniciando el año, pero si sigue igual, ahora sí vamos a recortar a la gente”, advierte Alma.
Por su embarazo, Alma ya recibió la vacuna contra el Covid-19 y Adrián se registró para ser vacunado, pero les preocupa que la situación no mejore, no solo por la boda, sino por las consecuencias que tiene en todos los ámbitos. Como ejemplo, además de sus profesiones, los dos participan en un grupo musical y tenían al menos dos contrataciones al mes, pero desde marzo de 2020 empezaron a cancelarse las presentaciones.
“Todos empezaron a cancelar eventos, en octubre comenzaron otra vez a llamarnos, pero no todos los contratos se llevaban a cabo, muchas fiestas se cancelaron”, señala Adrián que toca el bajo eléctrico. Alma canta y baila, pero dejaron de ensayar durante gran parte del año pasado para evitar contagiarse.
Las presentaciones musicales eran un ingreso extra para la familia, pero ahora lo más importante es conservar la salud, así que ven con preocupación que la gente salga sin cubrebocas y se comporte como si la pandemia ya no existiera y “si cooperamos todos, vamos a salir de esto”.
“Con uno que no haga caso, que no siga las instrucciones, se va haciendo una cadenita y no vamos a salir de aquí, necesitamos que la gente haga conciencia, ya habrá momento para fiestas, ya vendrán esos espacios, ahora es importante cuidarse”, advierten.