El gobierno de Corea del Sur anunció ayer que la línea directa con Corea del Norte fue restablecida como un esfuerzo entre ambos países para mejorar su relación. ¿Qué impacto tiene este suceso para las relaciones internacionales? ¿Qué actores están implicados?
La relación entre las Coreas es complicada y así lo ha sido desde hace décadas. El resultado de la Segunda Guerra Mundial tuvo implicaciones globales, entre ellas se encuentra el despojo de las posesiones de ultramar de Alemania, Italia y Japón. Para el país del sol naciente, esto significó perder el control de la península coreana, conformándose como país independiente.
No pasó mucho para que los líderes del reciente país conformado se enfrascaran en un combate por el control del Estado, por lo que se gestó la Guerra de Corea en 1950, que aún continúa al no contar con un tratado de paz. A pesar de ello, en 1953 se aceptó un armisticio entre ambos bandos, lo que permitió cesar las hostilidades y comenzar la reconstrucción de las dos sociedades coreanas.
Sin embargo, a pesar del armisticio, la relación entre las Coreas ha sido ríspida en varios momentos a lo largo de las décadas, llegando a provocar eventos álgidos en múltiples ocasiones; haciéndonos pensar que podrían escalar a un conflicto nuclear. Ciertamente, en años recientes la relación entre Corea del Sur y Corea del Norte ha mejorado a tal grado de realizar reuniones entre altos oficiales de ambos gobiernos.
Lastimosamente, a pesar de las señales del mejoramiento de la relación, también se han presentado sucesos que ilustran lo frágil que puede ser el hilo que une a las Coreas. Por ejemplo, hace poco más de un año Corea del Norte hizo estallar la oficina de enlace. Este edificio fue creado en 2018 para ayudar a ambos países de la península coreana a generar una comunicación entre los gobiernos. Se trataba de un esfuerzo significativo para avanzar en el camino hacia la pacificación.
Por ello, la reactivación de la línea directa representa un regreso al posible mejoramiento de la relación entre Corea del Norte y Corea del Sur. Esta acción significaría un medio de comunicación inmediato entre los líderes de los dos gobiernos. Para el actual presidente surcoreano, Moon Jae-in, tener este mecanismo podría probar ser trascendental para dialogar con Kim Jong-un, quien en varias ocasiones se ha mostrado reaccionario, lo que puede traer problemas para la relación bilateral.
Un actor que se ha mostrado participativo en esta interacción es Estados Unidos de América (EUA). La administración de Donald Trump, a pesar de haber sido caótica doméstica e internacionalmente, presentó esfuerzos interesantes para el proceso de desnuclearización de Corea del Norte. Fue una pena que la segunda cumbre haya resultado un fracaso rotundo, pero el avance obtenido en su momento se convierte en una plataforma desde donde continuar para el actual presidente estadounidense, Joe Biden.
La recuperación de la comunicación entre las Coreas es buen gesto para la relación bilateral coreana y podría incentivar a Washington a continuar las pláticas con Pyongyang para el muy esperado proceso de desnuclearización de Corea del Norte, que ciertamente representa una gran amenaza para la seguridad internacional, sobre todo con un personaje como Kim Jong-un liderando el gobierno norcoreano.
