El lunes un barco de guerra alemán zarpó con destino al Mar del Sur de China, según lo apuntó el gobierno liderado por Angela Merkel. De la misma manera, India anunció que enviará un grupo de cuatro barcos de guerra a la misma ubicación en lo que sería un despliegue de dos meses que abarcaría una serie de ejercicios en un territorio en disputa. ¿Qué escenario se registra en el Sureste asiático? ¿Cuáles han sido los comportamientos de los agentes involucrados?
El Mar del Sur de China ha sido históricamente un territorio en disputa y actualmente no es la excepción. Hay varios países que reclaman las islas de este espacio, así como derechos de navegación. En conjunto, en ellos se encuentran, Taiwán, Japón, Corea del Sur, Alemania, Estados Unidos de América (EUA), Reino Unido (RU), Australia y, naturalmente, China.
En relación con Alemania, esta es la primera vez desde hace casi dos décadas que envía un barco de guerra al Mar del Sur de China. A diferencia del RU y EUA, el estado teutón se ha mostrado más mesurado al paso del tiempo con respecto a su comportamiento contra el país de los ríos azul y amarillo. Por ello realmente sorprende que el gobierno de Merkel haya tomado una decisión de esa naturaleza, lo que supone que ha identificado una necesidad ineludible de actuar.
Se estima que transcurran siete meses antes de que el barco alemán arribe a su destino. El objetivo es generar presión para que el gobierno chino acepte la navegación en el Mar del Sur de China, justo como EUA, RU, Japón y otros países han demandado. No obstante, de entrada este movimiento representa una política que China comprende como agresiva, al igual que la realizada por las naciones anteriormente mencionadas, puesto que esta zona marítima llena de islas es entendida por el gobierno chino como legítimamente suya.
Pero, a raíz de las intenciones evidenciadas de los países por controlar o navegar por las islas, la pregunta surge: ¿por qué el interés de hacerlo? Hay varias respuestas para ello. Además de ser zonas propicias para la pesca, varias poseen diversos recursos naturales de gran importancia. Pero la razón, quizá, más relevante es que significan posiciones geográficas que los países consideran que valen la pena controlar para aumentar su seguridad y limitar la influencia de China en la región.
Aquí se inserta la decisión anteriormente mencionada del gobierno de Narendra Modi, quien junto con los demás participantes de la Alianza Quad, a saber: Australia, EUA y Japón; estará realizando una serie de ejercicios militares en las cercanías de las islas en disputa, esto es, frente a los ojos de China.
Existe un gran interés por parte de esta alianza (y otros países) por limitar tanto la presencia, como la influencia de la nación asiática milenaria en la región. De hecho, hace meses que Washington enfatizó la necesidad de fortalecer la Alianza Quad como un apartado sustancial de la política de seguridad nacional. La coordinación de esta alianza informal ha rendido frutos al intercambiar información valiosa y realizar operaciones de disuasión general contra China, como los ejercicios que se realizarán en las siguientes semanas.
A pesar de las acciones de esta alianza y de varios otros países como Alemania, Corea del Sur y RU para ganar presencia en la región del Mar del Sur de China, la pregunta que permanece es: ¿serán suficientes para que el gigante de Asia ceda en sus ambiciones territoriales? Pareciera que no, y todo indica que el gobierno chino de Xi Jinping hará cualquier cosa para mantener su avance en esta zona de tanto interés para varias potencias y países emergentes del globo.