Autoría de 9:56 pm Julio Figueroa - Vistas

Coloquio de agosto – Julio Figueroa

Veo el Simposio sobre la muerte, del amigo Leonardo Kosta, gracias al amigo HL. Lo leí de un jalón, en medio de otras vainas, y ahora lo vuelvo a deletrear. El simposio, “reunión de especialistas sobre un tema concreto”, es como un escenario convocando a vivos y muertos, personajes, espíritus y fantasmas. Claro, los dos amigos son teatreros.

—¿Cuál es el problema de la muerte? La muerte. ¿Qué es la muerte?

Leonardo Kosta

De noche como de día encerrado en casa. Por necesidad, sin miedo, por comodidad. Puedo y debo hacerlo. Es el segundo año de la pandemia y hay mucho por hacer. Cada uno tiene que hacer lo suyo. Sin excusas. No podemos pasar todo el tiempo sin hacer nada, dando vueltas y vueltas, aplastados en la misma piedra.

—Es la muerte la meta de nuestra loca o tonta carrera, vamos hacia allá.

Nuestro camino de Ítaca. Sin darme cuenta, armo mi propio coloquio. Diálogo interno entre dos o más, abierto o cerrado. Ver es trascender. Gracias a los personajes del escenario teatrero. Sus voces, sus ideas, sus movimientos y gestos. Ver es hacer.

—Si no sabemos nada sobre la vida, ¿qué podemos saber sobre la muerte? Suspender el juicio.

Al ver y leer, las perlas comienzan a rodar, como frutas maduras. ¿Cuál es el hilo que ata las palabras y hace el collar? Leemos y escribimos por gusto, por necesidad, por locura. Sin verborrea. Sin adoctrinar.

—Dicen los filósofos que filosofar es prepararse a morir. Mientras los poetas buscan la eternidad del instante pleno y efímero. Tal vez saber vivir es saber morir.

Aprender a escribir es aprender a leer. Aunque no todos los buenos lectores son buenos escritores. El hilo del simposio de Kosta a veces es flojo. Y las perlas caen al suelo. No sabía que era ecuatoriano. ¿Cómo y por qué llegó a México? ¿A Querétaro?

—Ruedan las perlas del yo, yo, yo, y el diamante del Gran Yo. Y desde luego: la disolución y transformación de toda la materia, incluyendo al Gran Yo, sea lo que sea. La muerte y el tiempo dinamitan y transforman todo.

Dijo que iba a intervenir poco e interrumpe demasiado con su hilo que se hace lazo y mecate, je.Pone la escenografía. Yo me quedé pensando en la película Despertares, en el antes y el después y la vuelta al antes, pero con la conciencia de lo ya vivido. Terrible. Este es el punto.

—Sólo la muerte es inmortal; toda vida es mortal.

Escena de Despertares

El yo, el alma, el espíritu, la conciencia, el cuerpo, la vida… ese conjunto de carne, huesos, sangre y espíritu, en movimiento.Rueda el mundo, pasa el atroz paso del tiempo y pelas la vida chiquita.

—¿La única salvación es la vida de otros?

¡Incluyendo a los enemigos y a los amigos, a los fieles y los infieles! ¡Diablos y dioses y sirvientes!

—Morir es algo más que estirar la pata. ¿Qué, don Juan M.? La maestría del lado activo del infinito. Coger tu centímetro cúbico de suerte y montarte en la raja del mundo. “Otra sintaxis, en la carroza de la intensidad”.

Ah. Oh. ¡¿Qué?! Anonadado. No te quedes pasmado ni te distraigas. Sigue adelante.

—¿Es un fantasma la muerte que sólo es real cuando el fantasma es uno?

Por eso decía don Julio Scherer que de la muerte había que ocuparse en vida, porque después ya no había tiempo.

—¿La muerte no tiene ser pero nosotros somos seres para la muerte? Heidegger y todos los existencialistas, Sartre.

Pero antes… ¿Qué? He ahí la cuestión, mientras estamos vivos y en movimiento. ¿Qué podemos hacer? ¿Para qué? Sabiendo que es inútil. Pesimismo creativo, no bobo optimismo.

—Pensar y vivir lo peor puede destruirnos y fortalecernos, según el carácter y temperamento. Te haces una momia o más vital.

Vivir es tener angustias y alegrías, saber conjugar pena, dicha y desdicha. Fácil. Vivir es tener problemas. Y seguir viviendo. Como se pueda, pienso. ¿Y la muerte? La mordedura de la vida.

—La muerte es un problema del yo.

¿Qué te muerde por dentro, amigo? Pienso que Kosta esconde su yo íntimo, su angustia, su hambre, su desasosiego, y se refugia en el pensamiento universal. HL hizo su radiografía en tres palabras.

—¿Nos angustia el más allá de la muerte o el más acá de la vida, Kosta?

Las certezas se me hacen preguntas y me muevo en terreno movedizo. Pierdo tierra firme. Busco agua para la sed. El eterno retorno de Zaratustra y la teatralización de los teatreros. ¡Alejandro Jodorowsky y sus lúcidos y activos 92 años! Allí está en las redes de luz, tras una operación difícil. Agradecido de seguir vivo. Disueltas las preguntas, el camino se abre con claridad y silencio.

—La eternidad no es vacía ni lineal sino curva y llena de cosas vistas, invisibles e imprevistas.

Ah, don Juan, en plena Edad Luz el mundo sigue siendo un misterio y está lleno de sorpresas. ¡Allí están otra vez los talibanes y el imperialismo en fuga y las mujeres en apuros! No adelgaces tu coloquio, no escondas tampoco tu angustia, tu mordedura de la vida, vuelve a lo esencial.

—¿El deseo de inmortalidad es del cuerpo o de la conciencia?

El cuerpo se deteriora inevitablemente… ¿Quieres vivir cien años, mil? Bien, pero tu cuerpo seguirá su proceso natural de envejecimiento, enfermedades y deterioro. La conciencia y la memoria también se desgastan y se pierden.En el 99 por ciento de los casos.

—El sol derrama oro sobre el mar, en su ocaso. Después llega la oscuridad y brillan la luna y millones de estrellas. Sin yo ni memoria ni conciencia. La conciencia es humana.Es el problema, la riqueza y la carga.

¡Allí está todo! En la conciencia, que es más que memoria y yo. ¿Qué hacemos con la conciencia humana? ¡Duele perder la conciencia personal!

—¿Cómo vivir y morir bien? Ese es el pedo. Y la virtud de los sabios.

Mujer del NO: ¿Qué es morir bien? ¿Qué es vivir bien? La pregunta es colectiva pero la respuesta es personal. Si no la resuelve tú, estás jodido.

—¿La vida, cuándo fue de veras nuestra?, / ¿cuándo somos de veras lo que somos?, / bien mirado no somos, nunca somos / a solas sino vértigo y vacío, / muecas en el espejo, horror y vómito, / nunca la vida es nuestra, es de los otros, / la vida no es de nadie, todos somos / la vida: pan de sol para los otros, los otros todos que nosotros somos…

Religarse. La vida es una liga con los vivos y con los muertos. Tarde o temprano se rompe. Pero queda la liga en otras manos. Eso es la vida y la muerte. Una liga. Cada quien hace o deshace y rompe su liga, según sus circunstancias, fortuna, trabajo, libertad y destino. Aplausos, chiflidos e indiferencia de los dormidos.

—Sólo los muertos pierden a todos. Los vivos nos quedamos con el dolor y la pena de nuestros muertos. Pero ellos… Es la eternidad vacía.

Vuelve el problema de la muerte que es el problema del cuerpo, el yo, la memoria, la conciencia. Todo eso se pierde salvo lo cristalizado en actos, obras, actitudes. Es el espíritu que vive en otros espíritus. Los ojos se cierran, se abren las palabras, diría el poeta que sale por todas partes.

—El problema de la muerte es el problema de la conciencia.

Como en Despertares. El antes y el después, y otra vez el antes con la conciencia del después. La conciencia de la nada. ¿Cómo renunciar?

—¿No decía Pascal que vivimos entre dos abismos: el antes y el después? El puente es la conciencia, la memoria, el yo. “El corazón de las tinieblas”, con la conciencia humana entre los dos abismos, las dos nadas.

Aquí es donde siento escalofrío. Por los siglos de los siglos. Y lo sabemos, lo vemos, lo palpamos. El frío de las tinieblas. La nada. La eternidad vacía.

—Hay que estar disponibles siempre. Sin pensarlo demasiado. La idea del suicidio puede salvarnos del suicidio.Igual la idea de la muerte.

También puede volvernos locos. El doctor FLC decía que toda la cultura es para olvidar el tema de la muerte. Todo el quehacer cultural es con el fin de olvidarnos de que vamos a morir. Lo decía en clases de sociología.

—Dueña de su vida y su muerte, la conciencia adquiere fuerza cósmica y participa en el cosmos…

¡Es la maestría del intento de montarse en la raja del tiempo infinito, decía don Juan! Este momento mágico puede ser activo por siempre. “La perfección de lo finito” puede prolongarse indefinidamente.

—La conciencia cristalizada del espíritu en la conciencia de otro espíritu. Sin la conciencia del yo, el puro yo cristalizado. Puro espíritu. Es la cadena.

¡Bolas! ¡Eureka! ¡Fin y comienzo! ¡La cadena del ser! Historia y poesía.

—“Muere el sol en los montes…”, y nos invita a vivir y a morir. Se hunde el sol y llega la noche en una parte del mundo, mientras amanece y es de día en la otra parte. Es la rueda del mundo, la vida y la muerte, la noche y el día. Las dos mitades de la naranja, agria y dulce.

Macedonio Alcalá escribió su himno “Dios nunca muere” cuando estaba muriendo, precisamente, y murió, y aquí está su espíritu. No su conciencia, sólo su espíritu. El yo cristalizado en música. Eso es todo. Y no es poco. Aunque sea nada.

—La vida es un bien temporal…

“No es que la vida sea breve, es que perdemos mucho el tiempo”, decía Séneca. Más en la Edad Luz. A toda prisa y a ciegas vamos de ningún lado a ninguna parte.

—La lucha eterna contra la muerte es la lucha por la vida, la cultura y la civilización.

Lucha personal y colectiva. Hay que dar la vida por la vida, no por la muerte. La vida por los vivos, no por los muertos. La vida por la gente, no por las quimeras y abstracciones.

—Única salvación: la vida de otro.

¿Ver la muerte de frente llegar o no verla? ¿Morir durmiendo o morir en plena faena? ¿Elegir nuestra muerte propia o dejarla al azar?

—Todos morimos, pero cada muerte es única e intransferible.

Gente común, personajes, estrellas, héroes, malvados… La muerte nos empareja a todos, sin anular las diferencias.

—Si el sol derrama su oro sobre el mar en el ocaso, ¿por qué no la vida en su minuto fatal? Un Sol más vivo en el Ocaso… dice otro poeta.

Creo que ya me perdí entre tantos personajes, nombres, sombras, fantasmas… Mis amigos teatreros se fueron por su lado y yo por otro… Cada quien con sus creencias, peleas, haberes y derrotas…

—Entre la memoria y el olvido, sin duda es más grande el silencio que el ruido… Pero un grano de luz en la oscuridad es suficiente. “¡Ser al fin una Palabra, un poco de aire en una boca pura, un poco de agua en unos labios ávidos!” Un faro en noche de tormenta.

Pero ya el olvido pronuncia tu nombre, mi nombre, todos los nombres de la tierra vacía y yerma. Muerte, nada, vacío, eternidad vacía.

—No hay salida, no hay entrada, pero ya estamos adentro.

Todos los días desierto y camino, encontrar agua y otra vez andar… Hasta reventar. Pero antes…

—Si la necesidad puede ser un placer, la muerte también puede ser un alivio.

Ni más ni menos. Alivio y tormento, vida y muerte, sacrificio y placer, esa llama doble, triple, cuando vive el fuego del amor y la creación.

—¿Dónde están los que no han nacido? ¿Dónde están los que han muerto? Entre el antes y el después, la diferencia está en la conciencia de Despertares, la memoria, el amor, el espíritu y las vivencias encarnadas en otro cuerpo y espíritu, en otra conciencia.

Somos apenas una gota de la música del silencio. Los dos abismos son dos océanos de silencio. ¿Y los dioses? ¿No hay dioses en tu visión de mundo, puro tiempo chiquito y adiós, puros demonios?

—Los dioses y los demonios son los extraños poderes creados por el hombre. Prodigios monstruosos y monstruos divinos.

Amén.

—¿Qué es el hombre? / ¿Qué no es? / Sueño de una sombra / el hombre es.

Así es, Píndaro, Leonardo, Hernando… Sigue la ronda en solitario, con nuestras sombras y fantasmas, sin cantina, porque es tiempo de pandemia. Cada uno con sus demonios y sus dioses particulares. Coloquio solitario.

—Muere el sol en los montes…

—¡Tan-tan! ¿Quién es? Es el Diablo… // ¡Anda, putilla del rubor helado, / anda, vámonos al diablo!

—El sol abre los ojos: acaba de cumplir / veinte años el mundo.

Con nosotros y sin nosotros. Con los otros nosotros. Todos somos los otros nosotros, unos desconocidos pretendiendo conocer el universo, la vida y la muerte, la vida eterna.Como sea, prende la luz, no la apagues. Alguien puede salvarse.

QRO. QRO., PRESIDENTES, AGOSTO 2021.
JULIOFIME@HOTMAIL.COM

Aparte

L. KOSTA / HL
—Ayer lo vi. Deprimido como todos. Triste como todos. Suicida como todos. Cansado como todos. ¿Y tú qué tal?
—¡Leyendo su sinfonía sobre la muerte! Excelente. Gracias. Palabrero.
—No te pases palabrero, no corras, no te pierdas, no pares, respira…
—Yo lo tengo por un hombre vital, sereno y bien templado, en las verdes y en las maduras.

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Last modified: 21 octubre, 2021
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