Autoría de 2:53 pm Historias de la Metrópoli

Desde un balón se pueden combatir adicciones y violencia

Historia: Patricia López Núñez/LaLupa.mx
Fotos: Ricardo Arellano/LaLupa.mx

HISTORIA: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX

FOTOS: RICARDO ARELLANO/LALUPA.MX

Ricardo y María son primos y se acompañan a jugar futbol a la cancha comunitaria del Parque Rubén Jaramillo. Dicen que cuando juegan se sienten seguros, no están ansiosos ni se enojan. “Es que la paz se puede construir desde un balón de futbol”, concluye Mariano, su entrenador.

Los dos primos forman parte de la iniciativa UNODCity, que desarrolló la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), para intervenir zonas identificadas como focos rojos por el pandillerismo, la violencia y el uso de drogas en dos alcaldías de México: Iztapalapa y Querétaro, además de otras cinco en Kenia, Uzbekistán, Barbados, Colombia y Kirguistán.

El programa busca generar entornos seguros, inclusivos y resilientes para construir comunidades de paz. Desde su aplicación, la UNODC emitió 141 recomendaciones al municipio de Querétaro, que ya implementó el 77 por ciento de las mismas con resultados positivos: la atracción de la niñez y la juventud al deporte es uno de ellos.

Los primos saben que cada vez que acuden a las canchas les están enseñando buenos hábitos para promover la paz en sus colonias y buscar ayuda frente a las situaciones que se salgan de control. Ricardo aprendió a controlar el mal humor, a reaccionar de manera diferente cuando alguien lo molesta. María hace amigos con facilidad.

“Yo entré porque era muy inquieto en la casa, no me gusta estar encerrado, necesitaba algo para entretenerme y aquí aprendo a controlar mis emociones, a comunicarme con los demás y el trabajo en equipo. Aquí me divierto, me entretengo porque me descontrolaba a veces, nada grave, me enojaba y me aislaba. Acá me siento relajado, desestresado, llego más alegre a la casa”, afirma.

La iniciativa UNODCity

Para poner en marcha el programa en las ciudades, se requiere un diagnóstico exhaustivo sobre la delincuencia y la seguridad en las comunidades, con el fin de proporcionar recomendaciones a las autoridades y líderes sociales en busca de promover la salud y el bienestar, la igualdad de género, ciudades y comunidades sostenibles, paz, justicia e instituciones sólidas y alianzas que permitan alcanzar todos esos objetivos.

A partir de ese análisis, se emitieron 141 recomendaciones a las autoridades del municipio de Querétaro, de las que ya se cumplió el 77 por ciento. Entre los resultados de atender las observaciones, se logró una reducción del 22 por ciento del número total de personas bajo la influencia de alguna sustancia, un aumento de casi el 40 por ciento en la percepción de seguridad en el espacio público y de casi el 50 por ciento en el nivel de confianza en la policía municipal.

Además, se reportó una disminución de casi un tercio en el número total de denuncias por robo, un aumento del 180 por ciento en la atención a las víctimas de la Dirección de Atención a las Víctimas de la Violencia Doméstica y de Género, al igual que un aumento del 37 por ciento en el número de detenciones de personas que inhalan sustancias tóxicas en espacios públicos, así como desarrollo de talleres y capacitación contra la violencia de género, sexual e infantil, trata de personas, suicidio y no discriminación.

Programas como “De la mano por tu seguridad”, al que se adhirió el gobierno municipal en enero de este año, contaron con la asistencia técnica de la UNODCity para apoyar a los grupos vulnerables del municipio de Querétaro y entender los retos que se tiene en la actualidad.

Como parte de las actividades de la iniciativa UNODCity, el programa “Juega Vive” representa un eje central para la prevención del crimen juvenil a través del deporte, porque se usa como una herramienta para la paz, la tolerancia, el respeto y el empoderamiento de las personas y las comunidades.

Con la práctica deportiva, se busca crear comunidades seguras, donde se aumente la resistencia de los jóvenes al crimen y al consumo de drogas, mediante diez sesiones que permitan desarrollar habilidades para hacerle frente al estrés y las emociones, generar el pensamiento crítico y facilidad para la toma de decisiones o la resolución de problemas, incrementar las habilidades efectivas de comunicación y de rechazo, sin olvidar la autoconciencia y la empatía.

Las personas jóvenes, explica Mariano, pueden llevar el mismo comportamiento de las canchas a sus colonias, a su vida diaria, sin sentirse obligados porque es algo que aprendieron a hacer en el entrenamiento de futbol.

“La paz se puede construir desde una pelota de futbol”

Mariano López Medina, exjugador del equipo Atlante y promotor del futbol entre la población con discapacidad, no dudó en sumarse al proyecto de “Juega Vive”, una vez que conoció la finalidad.

“Se trata llegar a los jóvenes con riesgo de caer en las adicciones o en la delincuencia, para que aprendan a diferenciar entre el bien y el mal, a tomar buenas decisiones sobre lo que les conviene, todo a través del entrenamiento de un deporte. Los participantes recibían una plática en cada sesión una hora antes y después lo ponían en práctica para después hacer una reflexión sobre cómo se portaron, cómo vieron el entrenamiento y se comprometían a que, así como hacían las cosas en la cancha, así lo deben hacer en la calle”, agrega.

El grupo inició con 34 adolescentes, hombres y mujeres. Nadie desertó, a pesar de que muchas personas iniciaron con una gran apatía. “Había una chica que ni siquiera tomaba de la mano a sus compañeras o compañeros, estaba recelosa, hoy ya tiene amistades y esta comunidad supo asimilar todo lo que implicaba el programa”.

Mariano agrega que el programa se aplicó durante diez semanas en colonias como Reforma Agraria, Santa María, Menchaca, Rubén Jaramillo, Menchaca y Bolaños, con la intención de replicarlo en otras colonias y de ser posible, en otros municipios del estado.

“Controlar la violencia y las adicciones a través del futbol, ese es el objetivo, entender que la paz se puede construir desde un balón de futbol en nuestras comunidades en riesgo”, señaló López Medina.

“Me descontrolaba a veces”

Ricardo recibe su reconocimiento por participar en la iniciativa con una gran sonrisa. Se unió al programa porque no le gustaba estar encerrado en su casa y no faltó a una sola clase. Vive en una colonia “bonita, con sus tienditas y un parque cerquita y de vez en cuando pasan las patrullas a vigilar”.

A veces se enoja, “nada grave, pero me descontrolaba a veces” y por eso le resultó muy importante recibir información sobre cómo divertirse y expresarse sin hacerse daño.

Casi no le gusta conocer a otras personas, pero aprendió a trabajar en equipo con los entrenamientos de futbol y a hablar un poco más. “Nos lo dijeron desde el inicio, que querían que aprendiéramos herramientas emocionalmente, que no debemos tener miedo a pedir ayuda ni a dar ayuda, que no es necesario enojarme con alguien porque hizo algo mal, sino ponerme en sus zapatos”.

María es un año menor que su primo Ricardo y empezó a jugar porque él iba a asistir a las clases. “A mí me gusta mucho el deporte y esto me gustó mucho más, porque aquí conocí a personas buenas, que ayudan y apoyan y me enseñaron a jugar mejor”.

“Me explicaron que, así como puedo controlar mis movimientos en la cancha, también puedo controlarme afuera de la cancha cuando estoy enojada, para no hacer cosas de las que me puedo arrepentir, también me enseñaron que puedo pedir ayuda y ayudar cuando alguien lo necesita, que jugar es importante para controlar nuestras emociones, por eso cuando estaba triste venía porque me decían que yo podía, si me caía me ayudaban a levantar y quiero seguir así”, afirma.

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Last modified: 23 septiembre, 2021
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