HISTORIA: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX
FOTOS: RICARDO ARELLANO/LALUPA.MX
Nos importa la gente, nos importa lo que le pasa y cómo se sienten, asegura Judith Zamorano Hernández, oficial de policía raso de Pedro Escobedo, al pedirle a la población de este municipio acercarse con confianza a esta institución que está para servirles, para cuidarlos y atenderlos.
Es una oficial joven, el 12 de julio de este año cumplió tres años en la corporación, pero igual que sus compañeros está lejos de las improvisaciones. Estudió la carrera de Ciencias de la Seguridad en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) y ya fue supervisora de turno en el C4, antes de ingresar a la Secretaría de Seguridad de Pedro Escobedo.
Cuando estudiaba, admiraba la disciplina de los policías que acudían a clase. “Horarios estrictos, valores, estrictos, todo bien hecho” y decidió que tenía que servir a Querétaro de la misma manera, sobre todo para mejorar la percepción de las corporaciones de seguridad.
“Siempre como ciudadanos tenemos una percepción del policía, los ves y te preguntas ¿cuál es la función de un policía? Me surgió la curiosidad, vine a dejar mis papeles, tenía la duda, pero aquí estoy, me gusta lo que hago, me gusta el contacto con la gente, no lo cambiaría”, afirma la oficial.
La familia como motor
Judith es disciplinada y precavida porque tiene una hija de 4 años. Para pasar el mayor tiempo con ella, deja preparado su uniforme y botas mucho antes de su jornada laboral, porque también tiene que dejarle todo organizado para llevar a la pequeña con quienes la cuidan.
“Trabajamos 24 por 48 y prácticamente todo un día no estoy con ella. Me duele porque la levanto temprano y la llevó con mi mamá, le dejo su ropa, su comida, es una cuestión de organización de tiempos para ayudarme y cuidarla a ella”, explica.
El principal compromiso de Judith es cambiar la percepción que tiene la sociedad sobre los policías y eso empieza por la familia. “A veces, no sé por qué, la gente cree que los policías son malos y desde que ingresé aquí, cuando ella tenía meses, yo le empecé a inculcar a mi hija que los policías ayudan y ella es lo que sabe, que los policías ayudan a la gente, que ayudamos a otros y me lo pregunta: ¿verdad que tú eres policía mami? ¿Verdad que ayudas a otros?”.
Hace años, su familia no estaba muy convencida de la vocación de Judith, les preocupaba su seguridad y su complexión delgada. “Me decían: es que estás bien chiquita, es que tu complexión es frágil, por así decirlo. Yo decía: les voy a demostrar que sí puedo, que soy más que una persona frágil y ahí mi familia también se empezó a involucrar y cambió para bien su percepción hacia esto”.
Ahora no sólo aceptan la vocación y profesión de Judith, sino que le brindan todo el apoyo que necesita. “Mi mamá me dice ahora cuídate, sé que es lo que te gusta y es tu trabajo, piensa que aquí te estamos esperando siempre”.
“La gente nos importa”
A Judith le gusta levantar denuncias, porque implica el primer acercamiento con la gente, justo en un momento crucial en el que las víctimas todavía analizan qué les pasó, ya sea en lo personal o en sus bienes.
“Eso es lo que me gusta, contactar con las personas en ese momento, saber cómo se encuentran y qué necesitan, porque es justo cuando es necesario que alguien te escuche”, agrega.
La oficial confiesa que “me gusta el contacto con la ciudadanía, es ponerse del lado de la persona y decir: está pasando por un mal momento, sufrió un robo de un vehículo, está en un momento difícil y ahí es cuando hay que darle la atención, facilitarles que presenten la denuncia, que le evites a la persona perder tiempo en trasladarse”.
Le gustaría que la gente supiera que a los policías sí le importa ayudar a los demás, que “el trabajo es importante por cuidar la integridad, porque cubrimos reportes muy duros, pero nos importa la gente, nos importa lo que ellos pasan, cuál es su percepción hacia nosotros y los respetamos, mi meta es esa, que la gente cambie la percepción negativa que a veces tienen sobre los policías, porque yo también me preguntaba ¿qué hace un policía? Hasta que estás aquí y lo sabes”.
También le interesa que la gente conozca que la corporación se basa en los valores, la disciplina y la ley. “Siempre nos regimos por eso, no le cambiaría nada a esta institución, porque me gusta la manera en la que están al tanto de nosotros, como persona, como oficial, como parte de la corporación y la disciplina es lo más importante y para eso se necesita la capacitación, hemos tenido muchos cursos”.
“Más experiencia en la calle y servir”
La meta de Judith es tener más experiencia en la calle a partir del trabajo operativo y acceder a más capacitación, porque es el mejor ejemplo que puede darle a su hija y la manera más adecuada de servirle a la gente.
Por eso, también le interesa que más personas se sientan confiadas en el trabajo policial y que sean capaces de denunciar, aunque sea de manera anónima, sobre lo que sucede en el municipio.
“Que nos digan que en su colonia pasa algo, que confíen en nosotros, sabemos que ya no nos gusta quedarnos callados, pero me gustaría que hubiera más confianza, más acercamiento”, invita.
En el caso de su familia, principalmente su hija, Judith quiere hacerlos sentir orgullosos. “Por mi hija, por ellos, mi familia me ha ayudado mucho y esto lo hago por ellos, ya somos más mujeres en la policía, pero antes era más difícil y quiero mostrarles que valoren mucho más esta función y el esfuerzo”.
Sin duda hay gente buena y profesional en las policías de todo México, el problema es de fondo y no de forma. Sin embargo la labor de las mujeres policías en México debe ser reconocida.