HISTORIA: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX
FOTOS: RICARDO ARELLANO/LALUPA.MX
Querétaro, Qro., 19 de octubre de 2021.- Oli se recupera de las quemaduras en su cuerpo en el cuarto de una vivienda en El Marqués, después de la atención que le dieron en un hospital especializado en la Ciudad de México, al que fue enviado por el gobierno estatal luego de la denuncia aparecida en lalupa.mx el pasado 16 de septiembre. Ella tendrá que volver al hospital en unos días para más valoraciones.
Recostada en la cama, Oli le cuenta a lalupa.mx que se siente agradecida por toda la gente que la ayudó tras el ataque del pasado 4 de septiembre, por un hombre que permanece prófugo y que le quemó orejas, manos, pecho, espalda y cara.
Aunque todavía no puede moverse bien y requiere de un collarín, así como de rehabilitación para su mano derecha, siente que saldrá pronto de esta pesadilla.
No la dejaron sola. Ella y su hermana Isa no caben de agradecimiento para el DIF estatal, el Instituto Queretano de las Mujeres y un montón de gente de Querétaro y otros estados que les brindó ayuda.
Oli se encuentra en una humilde vivienda bastante alejada en un barrio en el municipio de El Marqués, pero ahí se siente segura. Por ahora no puede regresar a su casa, ni quiere.
Su hermana la cuida día y noche y la alimenta lo mejor que puede. Hasta ahí llega el médico que la revisa y ya piensan en una velación de agradecimiento porque Oli sigue con vida, porque está mejor y porque hay mucha gente que se preocupa por su salud.
“Ya estoy mejorcita, lo único que me duelen son los oídos, uno estaba mochito y es el que más me duele, pero ya estoy mejorcita. Ya puedo hablar, antes ni siquiera. En el hospital de México me dijeron que le echara muchas ganas, allá llegué a las 2 de la tarde y a las 4:30 ya me estaban quitando todo lo quemado, me hicieron echar unos gritotes, pero después de un rato ya no sentí, me pusieron un sedante, hasta que estaba en la camilla, mi cara era pura sangre, cuando entré a quirófano, ahí ya no la contaba”, narra Olivia.
SE NOS FUE EN EL QUIROFANO
Hace unos días, cuando Oli llegó al hospital especializado en quemaduras en la Ciudad de México, Isa pensó que su hermana iba a morir. “Se nos fue en el quirófano, la operaron a las 7:30 de la mañana y la sacaron a la 1. Como a las 12 nos dicen que se le fue al médico y como estaba anestesiada no reaccionaba. Nos avisaron que esperáramos a ver si salía, estuvimos hasta las 3 de la tarde, una licenciada y la trabajadora social estuvieron con nosotras”.
Al enterarse de la situación de su hermana, Isa se concentró en pedirle a Dios que sobreviviera. “Yo decía, no es posible, cómo la voy a sacar del hospital en una caja, si yo la traje bien, cómo se me va a morir, yo la traje y la quiero. ¿Qué le voy a decir a mis sobrinos, a su familia? Me sentía quebrada”.
Más tarde, el médico les informó que empezaba a reaccionar por ella misma. “Yo lloraba, me mandaron con la psicóloga del hospital porque estaba muy mal. Hoy sólo pienso que Dios me la regresó y que fue por algo, que me la puso en un camino muy largo, pero ella es fuerte, bien luchona y hemos recibido mucha ayuda. Cuando llegamos a México ya nos estaban esperando. Me enseñaron las fotos del raspado de su piel, de sus oídos, le escurría sangre por todos lados. Esos respados eran necesarios para hacerle los injertos. Mi hermana es muy fuerte”, dice Isa.
Ahora ella se encarga de su hermana todo el día. Dejó de trabajar en la limpieza de casas porque “ahorita lo que me preocupa es Oli y de algo saldrá para comer. Le pido a mi esposo, quien es albañil, que me tenga paciencia en lo que ella se recupera, él dice que no me preocupe, que va a salir, de algún lado sacaremos para ayudarla”.
Isa no cabe de agradecimiento para todos lo que han apoyado. “En el DIF me dieron pomadas para mi hermana y enviaron a un médico para la terapia de su mano. Han estado al pendiente, igual que en el Instituto Queretano de las Mujeres, donde me dijeron que si no se podía mover nos podían apoyar con el transporte. Gracias al reportaje de lalupa.mx nos han atendido muy bien y la gente, sin conocernos, nos ha mandado gasas, vendas, dinero… no hay cómo pagarlo”.
HAREMOS UNA VELACIÓN
Isa y Oli quieren hacer una velación de agradecimiento, ya cuando Oli esté mejor, cuando su piel se recupere. Quieren invitar a quienes ayudaron, a quienes aportaron medicamentos y donativos. El dinero no alcanza, dice Isa, pero de algún lado sale para ayudarla.
Oli empieza a mover la mano con la rehabilitación que le dan los terapeutas y los ejercicios que hace con su hermana y su sobrina. Los dedos estaban “doblados” y no tenía fuerza, pero “ahí va, ya estoy mucho mejor”.
Isa está aprendiendo a tocar la guitarra, igual que su esposo, quien toca ese instrumento en la iglesia. Revela que hasta se animaron a llevarle una serenata a Oli, que la hizo muy feliz.
En el cuarto donde se encuentra Oli se taparon todos los lugares por donde la luz se podía colar para que no la lastime en los ojos y en la piel. Una cobija cubre la ventana y enfrente de ella, permanece un crucifijo en una de las paredes.
Las hermanas saben que el agresor sigue prófugo, aunque hay gente que dice que lo vieron en diferentes lugares y siguen esperando que se haga justicia, pero ese es trabajo de las autoridades.
Ahora toda su atención se concentra en las curaciones y consultas médicas de Oli, porque para Isa lo principal es “revisar cómo va el proceso de sus injertos y ver cómo sigue. Espero que la den de alta allá en México para que aquí en el hospital ya nada más vaya a revisiones. Que ya salga pronto de esto para que pueda seguir adelante y veremos cómo hacerle para que todo esté mejor”
Una vil acción que desafortunadamente se está volviendo recurrente. Las autoridades deben instaura castigos más fuertes para los agresores.