REPORTAJE: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX
Cuando los cierres por la pandemia de Covid-19 amenazaron el puesto que sus padres iniciaron hace 30 años en los tianguis de la ciudad, Héctor los llevó a las redes sociales y a diversas aplicaciones que les permitieron mantener el ingreso familiar sin cambios y sin afectar a los empleados.
Su negocio forma parte del 10 por ciento de los tianguistas que migraron al mundo virtual y tuvieron éxito en ventas, hoy muchos más pretenden unirse para tener mejores oportunidades de negocio y mayor certidumbre ante las condiciones sanitarias.
De acuerdo con la Federación de Comerciantes, Locatarios y Prestadores de Servicio (Fecopse), las personas adultas mayores representan el 30 por ciento de los más de seis mil comerciantes que laboran en tianguis en la entidad y todos tuvieron que resguardarse al principio de la pandemia para evitar riesgos.
Con sus puestos cerrados, muchos recurrieron a sus familiares para tratar de mantener las ventas y otros, encontraron apoyo para poner sus negocios en las redes sociales o las aplicaciones, pero muy pocos tuvieron el éxito necesario para mantenerse en esos espacios.
El puesto de hamburguesas de los papás de Héctor Servín García fue uno de los que logró sostenerse gracias a las redes sociales y a las aplicaciones. El joven de 27 años empezó por ponerle un nombre al puesto que sus papás abrían por las noches en los tianguis nocturnos de la delegación Epigmenio González: “Q-Hamburguesas”.
“Cuando empezó la pandemia hace año y medio empezaron a recortar horarios en los tianguis, empezaron con que si te quitaban a las 11 de la noche, ahora debías quitarte a las 10, luego a las 8, hubo un lapso donde teníamos que instalarnos en la mañana, pero nuestras ventas son nocturnas, así que tuvimos que innovar, ya teníamos una página en Facebook donde anunciábamos en qué tianguis íbamos a estar pero teníamos que hacer más para que la gente supiera que trabajábamos en casa”, detalla Héctor.
Empezaron por colocar lonas con los números para entrega a domicilio, pero luego se aliaron con aplicaciones de comida, buscaron opciones en redes sociales y consiguieron sostener a los 11 trabajadores que los ayudaban en los puestos, sin recortar salarios ni “descansarlos”.
“Logramos estar al pie del cañón, día a día, incluso cuando pasó lo más fuerte de contagios, cuando mucha gente no salía y esta era una ciudad fantasma, porque nos pegó a todos, no solo a los tianguistas, fue todo un cambio, porque no pensábamos, nosotros los tianguistas, que el Facebook, el WhatsApp o las aplicaciones nos iban a ayudar”, señala.
Al principio, compraron un automóvil usado para hacer los repartos con ayuda de los trabajadores, pero apenas tenían uno o dos servicios por día. Poco a poco el nuevo concepto tomó fuerza, en gran parte por la solidaridad de los clientes de años y por los vecinos que conocían a sus papás que fundaron los puestos hace tres décadas.
“Gracias a Dios ya regresamos a nuestros trabajos, estamos en los tianguis de la zona, Monte Sacro, Pie de la Cuesta, Sombrerete, Peñuelas, Las Américas, a veces tenemos tres puestos en un día en los tianguis y sin dejar de lado las aplicaciones, también Uber, Rappi, las redes en internet”, añade.
Tianguistas quieren abrirse paso en las redes
La presidenta de la Fecopse, Rocío Alvarado, afirmó que el 30 por ciento de los alrededor de seis mil comerciantes que trabajan en tianguis son personas adultas mayores, altamente vulnerables al inicio de la pandemia y tuvieron que dejar sus puestos en manos de familiares.
Ante la necesidad de pagar créditos y sostener un ingreso para sus familiares, recurrieron a las ventas en redes sociales. “No tenemos el dato exacto, pero en un tianguis con 150 puestos, el 10 por ciento fue el que tuvo éxito en ventas y que siguen haciéndolo porque les ha funcionado estar en plataformas que permitan entregar”, informó Alvarado.
Al resto no le sirvió la estrategia de ventas, aunque no está claro por qué. Sin embargo, los tianguistas se pronunciaron a favor de crear una plataforma propia, en la que se impulse al comercio en pequeño en tianguis y en la vía pública, donde no solo puedan vender sus productos sino también ofrecer sus servicios porque “algunos compañeros saben de mecánica, de carpintería plomería, una plataforma propia podría tener una bolsa de trabajo no solo para los tianguistas sino sus familiares”.
La meta no es sencilla porque se requieren apoyos económicos. Desarrollar una plataforma propia podría significar un gasto de hasta 700 mil pesos en diferentes etapas porque también se necesita capacitar a todos los comerciantes para que puedan ofrecer sus productos en esa red.
Además, todavía falta que algunos tianguistas se convenzan de esta opción, porque “es complicado que alguien ofrezca chácharas y las venda por redes, las chácharas hay que verlas para que te gusten y te las lleves, pero vamos a ver cómo financiar esta plataforma propia y que surta efecto entre todos los comerciantes”.
Hay que perderle el miedo a lo digital
A partir de su propia experiencia con el puesto de sus padres, Héctor considera que muchos compañeros de los tianguis le tienen miedo a innovarse o bien, creen que si no reciben el dinero en su mano, no les va a llegar, porque no confían en las aplicaciones donde el dinero se maneja electrónicamente a través de depósitos, transferencias,
“Muchos dicen: no, a mí denme el dinero, pero hemos cambiado la idea, queremos ser el puesto de un tianguis, pero también llevar a domicilio, aceptar tarjeta y transferencia, atender Facebook, hacer servicios particulares en los domicilios, porque si un negocio innova y va a la vanguardia en las redes sociales puede tener un alcance increíble, jamás pensamos que vinieran a comprar hamburguesas del otro lado de la ciudad, hoy estamos al día en las redes sociales y no vamos a bajar la guardia”, afirma Héctor.
Ante la incertidumbre sobre los avances de Covid-19, le recomienda a los tianguistas atreverse a llevar sus negocios a las redes sociales, a buscar apoyo en las plataformas, a encontrar el precio ideal para que los productos no se encarezcan ni ellos deban absorber todos los costos del servicio a domicilio.
“Puede ser un poco tedioso, pero es una herramienta de trabajo que si la sabes usar le puedes sacar muchos beneficios y hasta mejores ventas, hay gente que ha cambiado de vender algo a modificar su mercado, todo depende de qué otras cosas puedas ofrecer y qué puedes aprender”, declara.