Autoría de 3:54 pm #Opinión, Rodrigo Montera - Poema de Gol • One Comment

Jugar de primera – Rodrigo Montera

Primer tiempo: ligereza y alegría

Son muy pocos los que saben jugar y vivir al primer toque.

Jugar así no consiste en desentenderse rápidamente del balón o del problema.

Sino en saber qué hacer antes de que la circunstancia se presente.

Los jugadores que juegan de primera no son los más fuertes, pero sí los más ligeros, razón por la que las faltas no los tocan y las lesiones los respetan.

No corren ellos, corre el balón; su futbol es inalcanzable.

Le quitan peso al juego y le otorgan ritmo.

Su presencia es tan liviana como necesaria.

Aligeran el trabajo de sus técnicos y compañeros: cediendo, crean.

Un balón de futbol es una alegría.

Y un pase, dicha compartida.

Pasar el balón es ofrecerle a otro jugador la posibilidad de hacer, de decidir, es confiar en su capacidad y en lo que él ve en el terreno de juego.

El pase es un acto de generosidad y estrategia.

Segundo tiempo: la invisibilidad del futbol

Dentro de las estadísticas que se difunden al final del partido, pocas veces se detalla la trayectoria de pases que un jugador efectuó a lo largo de los noventa minutos.

Se prefiere señalar la zona del campo que ocupó, los kilómetros recorridos…

Pero no se ilustra el dibujo que trazó con el balón.

Un buen pasador, más que deportista, es un dibujante.

El balón es la punta del pincel, y la pintura el genio del futbolista.

Los pases son líneas invisibles capaces de asombrar y emocionar.

Porque, ¿quién no se ha levantado de su asiento al imaginar un pase filtrado?

Mucho de lo que disfrutamos en un partido es lo invisible: las jugadas que podrían haber sido si tan sólo se hubiera efectuado el pase necesario.

Tiempo extra: la dimensión de la cancha

¿Por qué los freestylers, esos malabaristas del balón, no juegan en equipos profesionales?

Porque su encanto consiste en no desprenderse del esférico.

Son futbolistas que carecen de pases, es decir, su existencia se limita al lugar en el que están parados.

Abarcan poco.

En un campo de futbol destacan aquellos que son generosos y estratégicos, que hacen visible lo invisible y que son capaces de modificar el partido lejos del sitio que ocupan en el campo.

Jugar de primer toque es una forma de omnipresencia.

Qué curioso…

El futbol más sencillo, el de primera, es también el más divino.

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Last modified: 5 diciembre, 2021
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