Autoría de 1:11 pm #Opinión, Pamela Granados - De salud mental y más

Mi problema con el optimismo tóxico es… – Pamela Granados

El optimismo tóxico o, desde mi perspectiva, una máscara de felicidad y perfección.

Actualmente existe una tendencia que lleva a las personas a perseguir un estado de felicidad absoluta, o por lo menos aparentar que lo viven. Como si la felicidad fuera algo que debe ser constante e inalterable en nuestro día a día, o como si el resto de la gama de emociones fueran negativas.

El problema que le encuentro al optimismo tóxico es que esta forma de pensamiento ha generado que las personas tengan expectativas irreales de cómo se debe sobrellevar la vida. Es decir, la vida no es una línea recta de paz y prosperidad, al contrario, está llena de altibajos, los cuales nos hacen aprender y crecer como personas. Es dentro de esas adversidades que se presentan donde encontramos nuestra resiliencia.

Además de dejar de lado la posibilidad del crecimiento personal, al enfocarse únicamente en una emoción se está dejando de lado la amplia gama de emociones que todos somos capaces de sentir, las cuales tienen una razón de ser y que nos ayudan ya sea a desahogarnos, protegernos o reflexionar.

Esta falsa actitud ante la vida es sumamente peligrosa porque puede ocasionar que se desencadene un problema emocional más grave, incluso caer en depresión, dañando la salud mental. Es una trampa que muchas personas se ponen por miedo a enfrentarse consigo mismas, tratan de coartar sus emociones aflictivas, porque “no quieren sufrir” y terminan sufriendo más, por eso se ponen esa máscara de una falsa felicidad y de actitud positiva. Pero no podemos negar que como personas nos mueven una gran gama de emociones que experimentamos durante el día y no necesariamente tenemos que estar felices todo el tiempo. Si no, ¿cómo darnos cuenta cuando algo nos amenaza o nos duele el alma?

Teniendo a nuestro alcance tantas emociones que nos permiten mantener en balance nuestra salud mental, ¿por qué habríamos de cortarle intencionalmente las ramas a nuestra estabilidad emocional? Quizá por ello considero que el optimismo tóxico en lugar de ayudar al cuidado de la salud mental representa un retroceso. Porque, ¿quién va a necesitar terapia si solamente necesitas ser feliz?

Personalmente, gracias a la terapia psicológica, he aprendido que “ser feliz” no es constante y me siento en paz con esa reflexión. Para mí la felicidad es fugaz y la vivo a momentos: en una tarde platicando con mi papá, en un restaurante cenando con mi mejor amigo, en un abrazo de mi abuela, en las risas de mis sobrinos, o incluso en obtener un gran resultado en un proyecto laboral. Porque la felicidad es muy personal y son todos aquellos momentos en nuestra vida en los que nos sentimos absolutamente satisfechos de gozar lo que estemos haciendo, de disfrutar de algo o de alguien; por ello lo importante no es negar nuestras emociones sino aceptarlas… Y usted querido lector, ¿en dónde encuentra su felicidad?

Twitter: @LaPamGranados

Texto con aportes de la psicóloga Teresita Baranda

Twitter: @BarandaTere

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Last modified: 5 diciembre, 2021
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