Autoría de 2:39 pm #Opinión, Pamela Granados - De salud mental y más

Sentir, aceptar y vivir el duelo – Pamela Granados

El duelo, un proceso psicológico por el cual las personas debemos transitar en diversas situaciones de la vida; un proceso a través del cual podemos decidir crecer o hundirnos en un abismo de dolor.

Creo que el instinto natural de las personas es huir del dolor, nadie de nosotros quiere experimentar el sufrimiento que conlleva una pérdida importante. El duelo puede presentarse ante sucesos tales como la pérdida de un ser querido, el término de una relación, el despido de un trabajo o el fin de un sueño o meta personal, por mencionar algunos ejemplos. Cualquier situación que represente una pérdida significativa en nuestras vidas vendrá acompañada del duelo.

Dependiendo de la experiencia de vida y el bagaje emocional de cada persona, la manera de vivir y sobrellevar el duelo será diferente. Este proceso está caracterizado por diferentes fases: la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación. Lo ideal sería que pudiéramos transitar rápidamente cada fase, pero en la realidad el duelo no funciona así. De acuerdo con mi terapeuta, el tiempo que toma superar un duelo puede ser de uno a dos años; sin embargo, siempre existe el riesgo de que la persona no pueda salir de algunas de las etapas y se mantenga ahí durante años.

Si una persona no puede salir de alguna de sus etapas o se estanca por mucho tiempo es porque esto tiene una conexión con las heridas del alma. Por ejemplo, si en una persona su herida es el abandono, la etapa de negación durará más tiempo, porque se intensifica su dificultad para aceptar ya sea la pérdida de eso que ha tenido un significado importante en su vida o la ausencia de alguien significativo con quien tenía un lazo emocional. Cuando una persona vive en la negación de la pérdida, se acumula a nivel del alma porque se tocan sus heridas de origen. Por lo tanto, mientras esas heridas no estén resueltas en su vida, cada duelo volverá a revivir su gran miedo a la soledad y se generará una especie de anestesia emocional que le va a imposibilitar conectar con lo ocurrido.

El duelo podrá llegar a la aceptación y el alma podrá conseguir la felicidad plena sólo si nuestra mente, cuerpo y espíritu emocional están atentos a nuestra sabiduría interior; cuando se asuma la realidad que se está viviendo, generando confianza y tranquilidad, entonces la persona se restablecerá de la pérdida y reorganizará su vida teniendo en cuenta la ausencia. Es importante consultar a un terapeuta para descubrir cuál es la herida del alma que no los deja superar esa pérdida o salir de esa etapa de duelo en el que están estancados.

En los últimos años he entendido que el duelo puede ser un gran maestro, si se lo permitimos. En lugar de huir del sufrimiento, ahora opto por sentirlo cuando se presenta, estoy aprendido a navegarlo y cuándo es necesario dejarme llevar por él sin perder el rumbo de mi salud mental. A todas y todos mis lectores, si han sufrido una pérdida importante y están transitando por el pedregoso camino del duelo, les comparto un poco de mi experiencia personal; este proceso no será eterno, siempre y cuando lo dejen fluir y fluyan en sintonía con él.

Twitter: @LaPamGranados

Texto con aportes de la psicóloga Teresita Baranda

Twitter: @BarandaTere

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Last modified: 19 diciembre, 2021
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