El nuevo plan de reactivación económica y medio ambiental del presidente Joe Biden generó un enfrentamiento comercial entre socios y advertencias de acciones para evitar que se dieran créditos fiscales a los consumidores de aquel país en la compra de autos eléctricos hechos en su territorio, lo que México y Canadá consideran una práctica comercial discriminatoria en perjuicio de las plantas de vehículos instaladas en estas naciones. Sin embargo, parece que no habrá necesidad de una batalla legal, ya que en Estados Unidos un solo senador ha puesto en riesgo todo el paquete de incentivos y apoyos propuestos por el mandatario estadounidense.
No cabe duda que las acciones tendientes a combatir el calentamiento global y alcanzar los objetivos del Acuerdo de París son temas importantes no sólo para Estados Unidos, como una de las naciones que más aporta al deterioro del medio ambiente, sino que son también asuntos de interés internacional, pero es un hecho que las estrategias nacionales deben considerar los tratados comerciales. Quizá en eso no pensaron quienes diseñaron el Build Back Better, nombre del programa que busca impulsar la economía local y cumplir las metas contra el calentamiento global.
La propuesta, que entre otros temas, pretende dar un impulso adicional a los autos eléctricos, contiene una serie de acciones, como la instalación de 500,000 estaciones de carga a lo largo de todo el territorio norteamericano, así como créditos fiscales por 12,500 dólares en la compra de autos producidos en plantas de Estados Unidos. Si bien este parece más un mensaje para China y Alemania, donde Elon Musk, dueño de Tesla, ha construido dos grandes plantas de su marca que es la más vendida del segmento de eléctricos, también es cierto, que de llevarse a cabo causaría un gran perjuicio para las armadoras instaladas en nuestro territorio y sus trabajadores.
Sería muy difícil competir contra esto, más en una tendencia hacia sustituir autos de gasolina por la nueva tecnología, donde además, comprar un auto eléctrico sería más barato si es fabricado en Estados Unidos, lo que haría muy fácil la decisión de los consumidores, en perjuicio de sus socios comerciales e incluso de otros países y marcas.
La respuesta de Canadá y México, a través de sus respectivos titulares de la cartera de economía, no se dejó esperar. Tatiana Clouthier, secretaría del ramo, declaró que nuestro país tomaría represalias económicas, en caso de que se aprobara esa medida, pero quizá esto no vaya a ser necesario, ya que alguien dentro del mismo territorio estadounidense y miembro del mismo partido de Biden ha frenado la aprobación del plan completo.
Se trata del senador demócrata Joe Manchin, quien no está a favor del plan y sus consecuencias internas para la economía de Estados Unidos, quien ha dicho que no podrá votar a favor de esta propuesta. El Senado norteamericano hoy tiene 50 demócratas y 50 republicanos, y si bien normalmente no votan en bloque, en esta ocasión ha estado muy polarizado entre los partidos y Manchin podría ser el fiel de la balanza para que este proyecto de Biden sea rechazado en la cámara alta, salvo que se le hagan ajustes.
De esta manera, quizá sea momento en que los gobiernos canadiense y mexicano bajen sus armas, toda vez que ha sido en la propia casa de Joe Biden donde un solo legislador podría descarrilar todo un proyecto de reactivación económica y replanteamiento de las políticas medio ambientales. No cabe duda que: “para que la cuña apriete, ha de ser del mismo palo”.
