Autoría de 1:48 pm #Opinión, Niels Rosas Valdez - Procesos del Poder

La ola roja – Niels Rosas Valdez

El domingo se celebró la segunda vuelta de las elecciones por la presidencia de Chile. Fue un momento histórico para el país sudamericano por varias razones que brindan un mensaje a toda América y el mundo. ¿Qué importancia trae este suceso y qué impacto ha generado?

Como sucede en varios países en Sudamérica, las elecciones presidenciales en Chile se efectúan a través de dos vueltas. En la primera, los candidatos que tuvieron el mayor porcentaje de votos fueronJosé Antonio Kast, del Partido Republicano (PR), con el 27.9% de los éstos; y Gabriel Boric, del partido Convergencia Social (CS), quien obtuvo el 25.8% de los sufragios emitidos.

No obstante, para la segunda vuelta, el panorama cambió. El ánimochileno se avocó hacia Boric quien, al reunirparticularmente el apoyo de votantes de otros partidos de similar tendencia ideológica, consiguió superar por más de diez puntos a Kast, llegando a casi 56% de los votos emitidos.Una brecha superior a la del pasado domingo no se había visto desde 2013 cuando Michelle Bachelet ganó su segunda presidencia (la primera la logró en 2005).

Como cualquier otro cargo de esta naturaleza, la administración de Boric enfrentará una enorme cantidad de retos. Uno de ellos es atender la inequidad de la población. A pesar de que Chile es una de las pocas naciones en Latinoamérica pertenecientes al grupo de países de renta alta, posee también una de las brechas más amplias de ingreso, situación que el ahora presidente electo prometió cambiar en su gobierno.

Otro reto que tendrá el nuevo mandatario es procurar la justicia. Sabemos que en muchas ocasiones la figura presidencial saliente termina su periodo envuelta en escándalos de corrupción, sin embargo, la entrante falla en indagar esos actos, ya sea por desinterés, o por seguir un pacto, o por resistencia de las instituciones gubernamentales, o por alguna otra razón elusiva. En este caso, Boric tendrá la responsabilidad de investigar al actual líder chileno, quien ha estado en la mira constantemente por malos manejos gubernamentales, además de aparecer en la investigación de los Papeles de Pandora publicada hace escasas semanas.

Desde luego que estos no son los únicos retos de la nueva administración presidencial, pero es indispensable revisarlos. De igual importancia es analizar lo que representa el triunfo de Boric. En este sentido, un primer apunte es la victoria de la izquierda, el progresismo, el liberalismo, la socialdemocracia, el feminismo, etc., en Chile contra lo que representaban el PR y Kast, que entre sus varias características se incluyen el ultraconservadurismo, el pinochetismo, el antifeminismo y el populismo de derecha.

Resulta trascendental haber derrotado particularmente al pinochetismo, puesto que es el cúmulo de ideas y prácticas que rigió una etapa muy obscura y dolorosa para el país andino. También fue crucial ganar contra las ideas que van en contra del feminismo y cualquier otra forma de equidad y derechos sociales. Y de igual importancia es haber vencido al populismo, en este caso, de derecha: sin importar de qué ideología sea, esta forma de hacer política divide a las sociedades, destroza instituciones, polariza con severidad a la población, desconfía de la ciencia y crea realidades falsas para que sus líderes se acerquen a un poder cuasi absoluto.

Otro apunte es el apoyo y confianza de la mayoría de los chilenos por las nuevas generaciones en la política. Boric, de 35 años de edad, se convertirá en el presidente más joven de la historia del país sudamericano. Si bien deberá prestar atención y rodearse de asesores capaces y gente experimentada para gobernar, su visión fresca también puede traer nuevos entendimientos y propuestas para su sociedad, siempre en favor de la libertad y el progresismo.

Un tercer apunte no menos importante es el impacto ideológico regional que tiene este suceso. Boric y CS materializan la socialdemocracia y la izquierda política chilena, sumando un nuevo gobierno de esta naturaleza en Latinoamérica. Ojalá que el nuevo gobierno en Chile sí sea socialdemócrata y no haya utilizado el discurso para ganar las elecciones y después desaparecerse, como ha sucedido recientemente en otros países de la región. No debería, pero a raíz de la experiencia mencionada, hoy por hoy recae en el país andino la esperanza de “la ola roja”.

Niels Rosas Valdez

Escritor, historiador e internacionalista

@NielsRosasV (Twitter)

niels.rosas@gmail.com

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Last modified: 23 diciembre, 2021
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