Autoría de 9:39 pm #Opinión, Bitácora de VIHDA - Josué Quino

Amor sin barreras, siglo XXI – Josué Quino

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Sábado 1º de Enero de 2022.

Querido Diario:

Te he tenido abandonado, por ello te ofrezco mil disculpas. No tenía el ánimo para encontrarme contigo y hablarte de mis cosas. Han sido dos años muy difíciles, extraños, duros. Y aún no sé qué enseñanza me han dejado.

Hoy, 1er. día del año, he decidido volver a ti con algo bonito.

Fíjate que desde que llegué a radicar a Querétaro, la última vez que fui al cine fue a ver Harry Potter en 3era. dimensión. Y desde entonces, hace como mil años, no había vuelto a ir.

La verdad es que me molesta muchísimo pagar taxi de ida y vuelta ($70.00 y $70.00); luego el hot-dog, la coquita y las palomitas (unos $200.00), y súmale el boleto ($130), en total ¡casi $500.00! ¡No manches! Con esa lana pago mis diferentes plataformas y veo en la comodidad de mi casita cualquier cantidad de películas, series y, sin faltar los inevitables clones de lo más reciente que no encuentro en las plataformas de pago.

Bueno, pues me animé y fui a ver la versión de Amor sin barreras del siglo XXI, bajo la dirección de Steven Spielberg, si, el mismísimo de Tiburón, ET, Encuentros cercanos del tercer tipo, Indiana Jones, Parque Jurásico, y mi favorita El color púrpura.

Estaba seguro de que Spielberg tenía que presentar algo nuevo, diferente, que pusiera su versión de Romeo y Julieta al nivel de muchas de sus otras películas, ya fuese como director o como productor. Me equivoqué…

Dos cosas me parecieron buenas en esta “nueva versión” de la película clásica de 1961, que ganó 10 premios Oscar: la primera, volver a ver Rita Moreno, quien hace 60 años interpretó a Anita, y la segunda, que me llenó de alegría: le inyectaron equidad de género al cambiar el personaje de Doc, que era hombre, a Valentina, que es su viuda.

Al menos eso pensé durante toda la película, pero cuando vi los créditos, me enteré que Rita Moreno había sido una de las productoras, con lo que me expliqué el cambio de personaje masculino a femenino. Inmediatamente pensé: “Que mala onda que haya comprado su personaje”, pero luego re-pensé: “Que chido que se haya podido pagar ella solita, siendo mujer, de 90 años, hispana, su propio papel en la que quizá sea su última película y que le hayan dado a interpretar, la canción más icónica de la historia que originalmente fue una obra de teatro que se estrenó en 1957”.

La gran aportación de Spielberg es que todos sus personajes actúan, cantan y bailan, y que se seleccionaron hispanos para interpretar a este sector de la sociedad, a diferencia de la versión de 1961 en la cual a los personajes principales les doblaron las voces y que tanto los personajes latinos como los migrantes de piel blanca, todas, todes y todos eran gringos.

En los años 50´s, cuando se estrenó en Broadway, nació como una crítica contra las pandillas de migrantes que se peleaban por tener un pedazo de tierra donde consumar su “sueño americano”.

La idea de rescatarla en la presente época, era usarla también como una crítica contra la división clasista que Trump había generado, extrapolando a quienes viven en los EUA. Sin embargo, todo el tema del Covid hizo que se fuera retrasando la filmación de algunos números musicales, la postproducción y finalmente el estreno y su distribución en las salas de proyección, a lo largo del mundo entero. Se tenía que haber estrenado antes de las votaciones entre Trump y Biden.

Quizá por esta razón la estrenaron aquí en Querétaro, en una sala de arte, con escasa asistencia, totalmente fuera del tiempo político que Spielberg había previsto, y compitiendo con las películas de Lady Gaga y el Hombre Araña, que se proyectaban en las otras salas.

Valió la pena haber gastado tanto para ir al cine a ver algo que no estaba seguro de que me fuera a gustar, a diferencia de estar enojado por haber gastado para ir dos veces al IMSS y sacar mi primera cita para 2022.

Yo entendía que antes no las programaban “para el próximo año”, porque tenían que anotarlas en unas libretototas gigantes y muy pesadas, que se las entregaban hasta fin de año, y estaba bien.

Pero desde ya hace algunos años todo se maneja y se programa por computadoras, en línea, sin embargo esos atorones hacen que uno reniegue del servicio que nos dan en el Seguro Social, y que aunado al desabasto de todo tipo de medicamentos que continúa, hicieron que el 2021, que gracias a Dios ya terminó, esté registrado como el año en que la población mexicana más dinero gastó en medicamentos y atención médica, a pesar de contar con un servicio ya pagado previamente, de manera mensual.

El desabasto no solamente se hace patente en quienes vivimos con VIH o hemos desarrollado el Sida, sino que también aparece en medicamentos para pequeños de edad, jóvenes, adultos y ancianos, como esos viejecitos que vi irse bien tristes, y enojados, después de haber hecho fila cerca de una hora bajo las inclemencias del tiempo, en la farmacia del HGR No. 1 del IMSS, el 14 de diciembre de 2021.

Desabastecidamente… Josué

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Last modified: 3 enero, 2022
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