Autoría de 12:40 am Enrique Calderón - Vidas deportivas

“Mido 1.65, pero nunca me intimidaron los grandotes”: “El Canario” Morales

ENRIQUE CALDERÓN/LALUPA.MX

El futbol americano en México no puede concebirse sin la figura de Alejandro “El Canario” Morales y su nombre no podría mencionarse sin estar ligado al futbol americano en México: Así de grande es este hombre, quien hoy a los 85 años de edad sigue fuerte, entusiasta y con ánimo de seguir aportando al deporte de su vida.

 Alejandro, ¿A quién quieres más, a tu esposa o al futbol americano?

“!Ah caray! Nunca me habían hecho esa pregunta, sin embargo déjame decirte que ambos van ligados en mi vida; a mi amada esposa Margarita la conocí por el futbol americano y ha sido mi compañera por más de 60 años y siempre me apoyó en mi carrera. Yo jugaba en Pumas de la Universidad en 1962 y recuerdo que entrenaba en las escaleras en la alberca de Ciudad Universitaria. De pronto veo a una rubia despampanante en traje de baño tomando el sol, y dije: de aquí soy, así que me puse a platicar con ella. Esta bella mujer vivía en una exclusiva casa de 500 metros y de tres pisos en una colonia cerca de Barranca del Muerto; pero lo más increíble es que frente a su casa vivía el presidente Adolfo Ruiz Cortines.

“Resulta que el papá de mi novia era un señorón, Pancho Escalante, quien había sido luchador olímpico y yo desde muy jovencito había entrenado en lucha olímpica, así que nos agarrábamos en el jardín de su casa e hicimos una gran amistad. Mi novia, con quien luego me casaría, es Margarita Ailin Escalante Barrett. Ella fue una gran nadadora y participó en los juegos centroamericanos”.

Sus inicios en el parque de la Ciudadela

“Nací en la Ciudad de México en la colonia San Rafael, pero desde muy chico me llevaron a vivir al centro, a un lado del Zócalo en la calle de Emiliano Zapata. El futbol americano lo conocí precisamente en el parque de la Ciudadela, ahí se juntaban los chicos a jugar tochito. Durante horas y horas nos la pasábamos jugando. Yo estudiaba en la secundaria 14 Revolución que estaba frente a lo que ahora es el edificio de Televisa Chapultepec, y cuando nos íbamos de pinta jugábamos tochito todas las tardes. Fue ahí donde conocí a Jorge Mercado, también un gran jugador de futbol americano, por supuesto con la Universidad. Las pintas las dejé cuando mi padre, Carlos Morales Troncoso, nos cachó y me corrigió a base de cinturonazos. Mi padre fue un gran nadador, medía 1.86, rubio, bien parecido era un ¡Tarzán! Y mi madre muy chaparrita, Ema Troncoso, por eso yo salí así de chiquito”. “El Canario” conserva el buen humor, y ríe cuando narra esta última anécdota. Aunque habrá otras que no sean tan dulces.

“Éramos cuatro hermanos Rafael el mayor, Carlos, Armando y yo. Un día mi hermano Armando, el más chico, y al que adoraba, no llegó a la casa, me quedé esperando durante horas y pues nunca llegó. Resulta que se accidentó en la carretera de Cuernavaca casi llegando a Topilejo en la zona de curvas, destrozó su auto y perdió la vida, muy joven, uno de los golpes más duros en mi vida. Mi otro hermano, Carlos, también jugó futbol americano, era muy buen corredor, jugó liga mayor con los Guerreros Aztecas y corrió 108 yardas en un regreso de patada”.

Recuerdos del ayer

 “El Canario” Morales se remonta a 1946 cuando su padre lo llevó a la inauguración del estadio de la Ciudad de los Deportes, con el juego entre Universidad y el Colegio Militar. Sin duda, ese suceso le cambió la vida.

Construcción del estadio de la Ciudad de los Deportes

“Era un chamaco y cuando entraron los equipos al campo, para mí fue maravilloso, iban con sus cascos, sus hombreras, estaba maravillado y dije: quiero ser jugador de futbol americano. Así que comencé a entrenar con el Parras en juvenil y más tarde llegué al equipo de Ingeniería, para jugar en la categoría intermedia y de ahí a los Pumas de la Universidad. Cuando llegué eran 6 jugadores por posición, imagínate, yo jugaba de corredor y el primer año prácticamente me la pasé en la banca”.

A la par del futbol americano, Morales entró a estudiar para ser profesor de Educación Física en la Escuela Nacional de Educación Física en donde se graduó con honores y posteriormente obtuvo la licencia de locutor y se formó como periodista deportivo”.

“En mi carrera como jugador de futbol americano tuve la fortuna de ser dirigido por grandes entrenadores, el mejor de todos ellos, que fue un gran coach y amigo, Roberto “Tapatío” Méndez. También me entrenó Alfonso “Desalmado” García, Mario Revuelta, Delmiro Bernal y Manuel Neri.

Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas, pues en mi segunda temporada el entrenador me cambió de posición, de corredor a guard, fue una de las primeras tristezas en mi carrera, pero, ni modo, acepté jugar en la línea y no lo hice mal. Éramos un equipo chico pero muy  veloz,  yo salía de trampa muy rápido y me iba a bloquear. Nunca me discriminaron por ser chaparrito, medía 1.65, era muy fuerte, no me intimidaban los grandotes, les ganaba por velocidad y también jugaba a la defensiva”.

“Recuerdo una anécdota muy bonita de cuando Alfredo el “Araña” González era corredor. Yo salí a toda velocidad y bloqueé en una jugada reversible. Con esa anotación ganamos un clásico al Politécnico 24- 19. Al término del partido el “Araña” me dijo: ¡Qué bloqueadón hiciste! y yo le contesté ¡Qué carrerón te aventaste! Y pues cómo no si teníamos un equipo de ensueño con enormes jugadores como Othón Reyes, Jorge Trayser, Bernardo Farell, José Armendáriz, Antonio Miguel, Rafael Ramírez, Jorge Mercado, Felipe de la Garma, Joaquín Castillo, y con un experimentado equipo de entrenadores encabezado como los ya mencionados. Con ese staff ganamos tres campeonatos con los Pumas de la Universidad en 1959, 1961 y 1962 y terminé mi elegibilidad en 1964. Yo me mantuve esos tres años en la selección ideal”.

Su amistad con Carlos Slim

Algo que pocos saben es que el empresario Carlos Slim jugó futbol americano en el equipo de Ingeniera de la UNAM “De haber sabido que Slim iba a ser el gran empresario que es hoy en día, y uno de los hombres más ricos del mundo, pues le hubiera dado chance más de jugar”, comenta Alejandro, quien recuerda a lalupa.mx que cuando el empresario llegó “yo era ya titular indiscutible, sin embargo Carlos tenía facultades y aunque jugó muy poco cooperó para ganar el campeonato de categoría intermedia en 1958.

Con Carlos Slim

“Con el tiempo el ingeniero y yo nos hicimos buenos amigos. A él le apasiona el futbol americano y me dio oportunidad de montar en la sala de exhibición de su museo una parte del salón de la fama del futbol americano en México, le estoy eternamente agradecido ”.

Pumas contra Burros en el estadio de CU

Además del empresario, durante la entrevista “El Canario” Morales menciona a al fallecido Víctor Manuel Calderón Calvo, un gran jugador del equipo de Comercio de la Universidad, quien después se hizo locutor. “Recuerdo que de jovencitos nos invitaba a comer a su casa en la calle de Venecia en la Zona Rosa. Y, por supuesto, no puedo dejar de mencionar a mi gran amigo Pepe Guzmán Vera, enorme pateador de las Águilas Blancas del Politécnico, con quien llevo gran amistad desde hace muchos años y con esta fraternidad demostramos que la rivalidad entre Pumas y Burros es sólo deportiva”. 

Pepe Guzmán Vera, Enrique Calderón y “El Canario” Morales

Y en efecto, la rivalidad con el Politécnico fue tremenda en el campo de juego. Alejandro recuerda que los Burros tenían a un jugador muy fuerte, el famoso “Negro” Bradley. “Nos dábamos con todo, era un corredor muy bueno, muy alto y aguerrido, en verdad llegué a odiarlo. Sin embargo, cuando nos llamaban a la selección nacional y jugábamos contra equipos en Estados Unidos nos hicimos buenos amigos, y ya retirados hicimos una gran amistad, desafortunadamente ya murió”.

Alejandro Morales ha dedicado toda su vida al futbol americano, primero como jugador y más tarde como directivo de organizaciones deportivas; impulsor del futbol americano en México, periodista y editor del periódico Deporte Gráfico, creador del Salón de la Fama en Toluca. Además, debido a su atinada gestión logró que la NFL le diera un espacio al futbol americano de México en el prestigiado Salón de la Fama en Canto, Ohio, Estados Unidos, donde sólo figuran los nombres y los bustos de 19 jugadores en toda la historia del futbol americano en México. Por supuesto, entre esos 19 nombres está el de Alejandro Morales Troncoso, el famoso “Canario”.

En el Salón de la Fama de Toluca

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Last modified: 17 enero, 2022
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