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JEP: el poeta amoroso de los desastres – Julio Figueroa

 José Emilio Pacheco Berny murió el domingo 26 de enero de 2014, tras una caída entre libros en su casa, y luego de haber enviado su segundo y último Inventario sobre Juan Gelman, quien falleció el 14 de enero de ese año. Apenas duró un día en el hospital y se fue rápido, no sufrió más de la cuenta, un paro cardio-respiratorio. Leíamos a JEP en Proceso cuando era velado en El Colegio Nacional. Su último artículo: “La travesía de Juan Gelman” / A Gabriel Zaid en sus ochenta, con cincuenta años de afecto…

     José Emilio ya no llegó al centenario de Octavio en marzo. ¿Qué habría escrito sobre el poeta de Piedra de sol, poema que admiraba y con el que quería ser enterrado? La muerte nos privó de ese escrito.

–¿La vida, cuándo fue de veras nuestra?… Oh muerte, pan de todos… Para mirar la vida hasta la muerte… 

     Enrique Krauze escribió su oración fúnebre, a petición de la familia. “Palabras de homenaje al poeta” / “La piadosa mirada de José Emilio” / “Jardinero de la memoria” / “In memoriam”…

     –El que se va no regresa jamás, pero aquí está.

Mientras tenga lectores el autor de No me preguntes cómo pasa el tiempo / Irás y no volverás / Isla a la deriva / Desde entonces / Los trabajos del mar / Miro la Tierra / Tarde o temprano / Fin de siglo y Siglo pasado / La edad de las tinieblas / Los días que no se nombran… / El principio del placer / Las batallas en el desierto / Morirás lejos… / “Crónica de Huitzilac” / “Diálogo de los muertos: Alfonso Reyes y José Vasconcelos” / “Entremés de los ejes viales”/ Los manojos de Inventario en los tres tomos de su antología / La lumbre inmóvil de Ramón López Velarde / Sus Aproximaciones… / El infinito naufragio, la antología general de José Emilio seleccionada y prologada por su hija Laura Emilia… / Y tantos otros textos dispersos en antologías, ensayos, prólogos, revistas y los sitios de internet…

José Emilio Pacheco como Octavio Paz es una biblioteca viva y abierta:

     –Comienzan donde los encuentras por vez primera y luego te sale por todas partes, como el mar eterno…

Este año se cumplen 42 años de Las batallas en el desierto publicadas en el Sábado de Fernando Benítez y 41 en Ediciones Era fundada por los hermanos Espresate, Vicente Rojo y José Azorín.

     –Me acuerdo, no me acuerdo… ¿Qué hacía aquella media mañana de sábado en la oficina del profesor ERG? Estaba abrumado frente a un altar de periódicos que tenía que revisar. Recibí una llamada de mi amigo Juan Leyva:

     –¿Ya leíste el Sábado?

     –No, ¿por qué?

     –Viene una narración de José Emilio estupenda. Te va a gustar.

     Tomé el Unomásuno y saqué el suplemento cultural. Leí y quedé encantado. Mandé al diablo todos los otros periódicos y fue la tarde memorable de junio de Las batallas de José Emilio.

     ¿Narración autobiográfica o fantasía literaria? Las tres cosas. Historia, vida, literatura. Y algo más…

     Es un libro entrañable y un clásico mexicano universal. Con tres historias bien definidas en la raíz y el tronco y múltiples ramas y hojas de luz y sombra. La ciudad, el amor y el tiempo.

     Y el sistema político y cultural a mediados del siglo XX, durante el régimen de Miguel Alemán Valdés. La vida en la escuela y el tránsito de la infancia a la adolescencia. La vida familiar en casa y la doble moral. La influencia de la cultura gringa. El desdoblamiento y la mirada pesimista del niño convertido en adulto. Y la premonición del temblor y los duros años de piedra y agonía de la década de los 80:

     –Qué antigua, qué remota, qué imposible esta historia…

     –Demolieron la escuela, demolieron el edificio de Mariana, demolieron mi casa, demolieron la colonia Roma. Se acabó esa ciudad. Terminó aquel país. No hay memoria del México de aquellos años. Y a nadie le importa: de ese horror quién puede tener nostalgia…

     José Emilio no tiene nostalgia porque no endulza el pasado. Tiene melancolía por lo que fue y ya no es, bajo la luz de la memoria crítica. Da fe de vida en medio del desastre. Nada lo engaña ni lo desengaña, ama la vida hasta las heces.

Me quedo con tres temas que definen a Pacheco, el poeta amoroso de los desastres.

El amor inocente sin esperanza de plenitud, como es el primer amor infantil-juvenil. No es el amor platónico, sino el fuego del amor  incandescente que se lanza de cabeza al ridículo y el desastre.

     La ciudad de los prodigios convertidos en desastres. La ciudad de todos hecha coto privado de unos cuantos. La ciudad de los palacios y la ciudad de las casuchas de lámina, cartón y tablas. La ciudad de los miserables y la ciudad del poder. La ciudad de espaldas al campo y el campo sin ciudad. La ciudad de la memoria, la única que es nuestra y de cada quien.

     Y el feroz paso del tiempo que todo cambia, destruye y modifica, con nosotros y sin nosotros, para bien y para mal, para mejor y peor.

     –No preguntes cómo diablos vuela el tiempo. Que la vida va en serio.Y nunca más, ¡nunca!, nunca más volverás. ¡Móntate en esta raja de luz y toma y crea lo mejor que esté en tus manos hacer! Tú decides antes del amén: ¿odiar o amar? ¿Crear o destruir? ¿Navegar o apoltronarte?

     Perdón, creo que ya estoy desvariando. Es la hora mágica en casa.

     Nunca le gustó a José Emilio ser etiquetado como el Señor de los Desastres. Perdón, querido José Emilio, eres el poeta amoroso que levanta acta de la ciudad, el amor, la vida, el tiempo, para dar fe de vida y aliento de luz crítica en el desastre.

El joven José Emilio Pacheco ante el público en Bellas Artes en 1965:

     –Si cada palabra es una botella al mar, quien la recoja tiene libertad de interpretarla.

     –La función de la literatura no es salvar el mundo sino alumbrarlo: darnos la experiencia de otra experiencia(luz y fuego) aunque sea inútil.

 –Para eso sirven las palabras: para dar la experiencia de uno y tomar la experiencia de otros. Aunque sea inútil.

     –La crítica es un vínculo antes que un rechazo; sin adhesión preliminar no hay crítica viable.

     –¿Quién tendrá el heroísmo de renunciar incluso al trato con sus semejantes para ser el gran crítico mexicano?

     –Lejos de mí combatir los dogmas con nuevos dogmas. No tengo respuestas: sólo interrogaciones.

     –Acusar a los otros no ha de justificarnos ni absolvernos.  

*****

Los tiempos de la vida:

     –Antes de nacer, nacimiento, vida, muerte, después de la muerte.

     –Nuestro tiempo chiquito de vida es chiquito, comparado con el tiempo grande de la vida humana, la historia, el mundo, el cosmos, el universo.

     –¿Cómo nació la conciencia humana? ¿Qué es la conciencia? ¿Qué es mi conciencia?

     –No sabía nada antes de tener conciencia. No sabré nada sin conciencia. No sé nada con mi conciencia viva en la Edad Luz.

     –Nada. Vacío. Silencio. Oscuridad. Nada.

Qro. Qro., Presidentes, miércoles 26-Enero-2022.
-Palabreado en el octavo año del otro tiempo de JEP y en los 88 de Zaid.
–¿Cuál es el ombligo de todo?
–Encontrar respuestas sin más preguntas, eso es la sabiduría.
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Last modified: 29 enero, 2022
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