Primer tiempo: Lesiones
Las lesiones son parte del futbol.
Y son umbrales en la vida de los futbolistas.
Al lesionarse, un jugador entra en un umbral en el que no lo acompaña el balón, sino el anhelo o la nostalgia de él.
Y por más que el umbral parezca interminable, es preciso que el futbolista piense en las jugadas que hará una vez recuperado y no en las que antes podía hacer y que podrían fastidiar su recuperación.
No es fácil. Muchos se obstinan y creen que no volverán a ser los jugadores de antes. Creen que perderán elasticidad, fuerza, velocidad… Lo cierto es que resultaría casi imposible que regresen siendo los mismos. Pasar de un estado a otro nos modifica.
Lo que importa es que un jugador que sale del umbral para volver a la cancha sí es mejor… No se sabe si como futbolista, pero sí como persona.
Un deportista que vuelve tras una larga lesión es un ejemplo, alguien que, a pesar de haberse sentido inmensamente solo, ha hecho de quienes atestiguamos su vuelta parte de su equipo y con ello nos ha inspirado a superar nuestros respectivos desafíos.
Medio tiempo: El cáncer
El cáncer no es una lesión.
Es una montaña del tamaño de un tumor. Nos inmoviliza y nos aparta de la vida, o de la vida que solíamos tener.
La mamá de uno de mis mejores amigos lo padeció. Nosotros teníamos quince años. La primera vez que fui a su casa sentí como si en el departamento hubiera una montaña invisible.
Mi amigo y su mamá convivían con esa montaña día con día. Y parecía imposible que esta desapareciera.
Lo hizo, sin embargo, y ahora cada vez que la visito me dan ganas de ser un estadio que se pone de pie para aplaudirle.
Lo que hago es abrazarla con fuerza y cariño, y con la ilusión de que sienta ese estadio que soy y que celebra lo mucho que combatió para que la montaña, un buen día, se fuera.
El cáncer no es una lesión. Pero también es un umbral y quien lo cruza, y la familia que lo hace con esa persona, merece el aplauso de pie de todos los estadios del mundo.
Segundo tiempo: El 14 de Virginia
El 28 de mayo de 2020, Virginia Torrecilla, jugadora del Atlético de Madrid, fue operada de un tumor en la cabeza.
El pasado 23 de enero, en la final de la Supercopa de España, Torrecilla entró al terreno de juego al minuto 85. Su equipo perdía siete a cero. El marcador no se modificó. Sin embargo, al acabar el partido, las jugadoras de ambos equipos sólo tenían un acontecimiento por celebrar. Y así lo hicieron, mantearon a la jugadora y campeona de la vida.
Alexia Putellas, mejor jugadora del mundo (ganadora del Balón de Oro y The Best 2021), en el tiempo en el que Virginia Torrecilla estuvo ausente de la selección española, 683 días, lució el dorsal de su amiga, el 14.
Ahora se lo devolverá.
Pero si en algún momento alguien necesitara cruzar un umbral, que no dude en ponerse la camiseta con el número 14 de Virginia para recordar que no importa qué tan dañina es la montaña o qué tan largo es el umbral… Es mejor luchar e ilusionarse con las jugadas y los partidos que aún nos quedan por disputar.
