Autoría de 11:31 am #Opinión, Rocío Benítez - Zona de la Visión Perpetua

Un milagrito – Rocío Benítez

Acabo de ver Encanto, una película animada que habla sobre el pertenecer a la familia, el lugar y la función que se tiene dentro de la misma; en el caso de los personajes de Encanto, una familia colombiana, cada uno tiene un don, adquirido por medio de un Milagro, todos menos Maribel. No abordaré la sinopsis de la historia. Lo que me interesa plantear es la siguiente pregunta:

¿Qué es un milagro?

En alguna ocasión ya había platicado en esta columna sobre los milagros, pero ahora quiero compartir algo muy de familia. En la pared de la escalera de la casa, conservan mis padres una imagen de la Virgen de Guadalupe, es una reproducción en hilo que fue realizada por internos del Cereso Varonil de Querétaro,  debajo de la Virgen está un cuadro de un Niño Dios, que podríamos decir ya se inició en eso de los milagros. 

Esa imagen del Niño Dios es muy bella; es rubiecito, con ojos de olor, viste una batita color rosa nacarado y sus manitas están abiertas.  Cuando uno sube por las escaleras, yo subo unas 40 veces al día, el niño atrae de inmediato con su dulzura.

¿De dónde salió esa imagen? 

De un calendario del año… No recuerdo el año. 

Tiempo atrás era común que en las fruterías, carnicerías, tiendas de abarrotes, mecánico y demás servicios, regalaran a sus clientes un calendario, como aguinaldo. Así llegó el Niño Dios a nuestra casa. Al terminar la vigencia de año, mi madre recortó el borde de los meses y los días y dejó solamente la imagen del niño colgada en la pared, así pasaron varios meses, tal vez años, hasta que lo mandó cubrir con un cuadro de color dorado.

Una tarde, hace varios años atrás, al llegar a casa,me encontré a mi madre con una extraña en medio de la sala, la extraña iba con su hijo. En ese entonces mi habitación estaba a un lado de la escalera, así que saludé, pedí permiso para cruzar frente a ellos, entré al cuarto y cerré la puerta. No vi nada, pero lo escuché todo. El hijo, un adolescente de secundaria con malas calificaciones, tenía cerca una serie de exámenes y si no los pasaba iba a reprobar todo el año. Así que necesitaba un milagro. Mi madre le contó a la señora de su hermoso Niño Dios, supongo que no le dijo que era la imagen de un calendario; entonces la señora pidió permiso para ir a verlo, llevó a su muchacho y lo hizo subir un par de escaleras, arrodillarse y pedirle para que pasara todos los exámenes. Semanas después el muchacho volvió a hacer lo mismo, subió unos cuantos escalones, se arrodilló y, ahora, agradeció porque aprobó los exámenes. No se le cuestionó sobre las calificaciones. Lo que importa es que aprobó.

Creo que mi madre jamás volvió a contar lo de su Niño Dios. Si no hubiéramos tenido ahí a la fila de adolescentes que no estudian, en busca de un milagro.

Vuelvo a la pregunta: ¿Qué es un milagro?

Como adoradora de Pedro Almodóvar, recuerdo una escena de Hable con ella, es cuando Benigno le dice a su compañera de trabajo, mientras le cortan el cabello a Alicia, que debe de creer en los milagros:

 —Deberíamos aprovechar y cortarle el pelo.

  —Déjaselo cortito que es más práctico y más cómodo.

  —Se lo dejaremos igual que siempre. Como cuando vino. No quiero que note ninguna diferencia si se despierta.

  —Después de tantos años, sería un milagro, Benigno.

  —Pues yo creo en los milagros, y tú deberías de creer también.

  —¿Por qué yo?

—Pues porque estás muy necesitada de ellos. Y a lo mejor te ocurre uno, y como no crees en ellos pues no te das ni cuenta.

***

 Y en la película Dolor y gloria, el protagonista dice: “Las noches que coinciden varios dolores, esas noches creo en Dios y le rezo. Los días que sólo padezco un tipo de dolor, soy ateo”.

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Según la RAE, un milagro es: Hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a una intervención sobrenatural de origen divino.

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Sea pues lo divino. 

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Last modified: 19 febrero, 2022
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