REDACCIÓN/LALUPA.MX
Ciudad de México, México, 20 de febrero de 2022.- El miércoles 16 de febrero, seis alcaldes morenistas de la Ciudad de México encabezaron el evento llamado “Ajolotón”, cuyo acto principal fue la liberación de 200 ajolotes en los canales de Xochimilco, cuerpo lacustre del que es originaria esta especie anfibia, pero que ya no cuenta con las condiciones para su subsistencia, señalan científicos.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza ubica al ajolote en “peligro crítico”, que es cuando una especie enfrenta riesgo de extinción extremadamente elevado en la naturaleza.
Los canales de Xochimilco tienen altos niveles de contaminación, además en ellos hay carpas y tilapias, considerados depredadores de los ajolotes. La liberación de ajolotes en los canales de Xochimilco, o en otros cuerpos de agua, no se recomienda en el Manual Básico para el Cuidado en Cautiverio del Ajolote de Xochimilco, elaborado por el Laboratorio de Restauración Ecológica del Instituto de Biología de la UNAM.
El investigador de este instituto Luis Zambrano dice que para soltar ajolotes primero se requiere rescatar su hábitat, lo cual es complejo y requiere esfuerzos a largo plazo: “Es como mandar a mucha gente a Chernóbil porque está despoblado, no va a sobrevivir la gente”, comentó sobre el acto de liberar a los ajolotes sin antes restaurar los canales.
Las autoridades locales han hecho al menos ocho liberaciones similares en los últimos 10 años, advirtió Zambrano; además se realizan “ceremonias de introducción” no oficiales constantemente.
La liberación de estos 200 ajolotes ocurrió sin acompañamiento de especialistas, sin un protocolo para su manejo. En vez de ellos, hubo funcionarios y medios de comunicación que presenciaron un “ritual” con botargas, música prehispánica, incienso y mucho estrés para la especie.
La bióloga Diana Vázquez de la UNAM dijo al medio Animal Político que la manipulación de los ajolotes no fue adecuada, porque son anfibios muy sensibles al estrés y al ambiente, de manera que contraen infecciones con facilidad. Además, estar fuera del agua por tiempos prolongados, como ocurrió en el evento del miércoles, les hace mucho daño.
La investigadora añadió que la zona de liberación, el canal de Cuemanco, también es mal lugar, ya que ahí hay embarcaderos, un manejo incorrecto de las descargas de agua; así mismo, viven carpas y tilapias (que son especies invasoras). En el actual estado de los canales, los espacios para reproducirse, alimentarse y protegerse con los que cuentan los ajolotes son muy limitados.
“Seguramente habrá una mortalidad importante de estos individuos y además tampoco se presentó, hasta donde tengo entendido, un plan de monitoreo, así que no sabremos si hubo una reintroducción exitosa o cuál será la tasa de supervivencia”, comentó Diana Vázquez.
Con la acción que hicieron las autoridades “se está desviando el esfuerzo de restauración del hábitat a meramente aventar ajolotes a un lugar donde originalmente se extinguieron. La mayoría, sino es que todos los ajolotes que avienten, se van a morir”, afirmó por su parte el investigador Luis Zambrano.
Ante las críticas, la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, afirmó que la liberación de ajolotes no fue improvisada y cuentan con la supervisión del Instituto de Biología de la UNAM. Sin embargo, el doctor Zambrano comentó que el trabajo desarrollado en conjunto con la alcaldía Xochimilco es el de Chinampa Refugio, no el de la liberación de los 200 ajolotes. “No estuvimos involucrados en este evento”, aseguró.
Brugada dijo que lo mismo se hará en otras alcaldías y aseveró que los ajolotes que se liberaron tenían la talla suficiente para desarrollarse.
El proyecto Chinampa Refugio, dirigido por Zambrano, tiene más de una década y está dirigido a la restauración del hábitat de los ajolotes, al crear refugios para ellos en los canales por medio de barreras que impiden el ingreso de depredadores como las carpas y las tilapias. A la par, se mejoran las condiciones para la producción chinampera. Los productores en esas zonas no usan fertilizantes y pesticidas para evitar contaminantes en el agua.
El proyecto, dice, es costoso, lento e implica mucha paciencia; cuenta con el apoyo del gobierno federal y la alcaldía. De acuerdo con Zambrano, la UNAM trabaja en protocolos para la reintroducción del ajolote, cuidando que haya variabilidad genética y puedan vivir sin apoyo del ser humano.
Con información de Animal Político