REPORTAJE: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX
Natali, Rafael y Noel cursan el último año de sus doctorados en Inglaterra, en espera de la resolución del Conacyt a su solicitud de extensión de beca, para concluir sus estudios afectados por la pandemia. Los tres mexicanos forman parte de un grupo de 38 becarios que solicitaron extensión de becas pero que no reciben respuesta, ni el suministro mensual acordado para su manutención, algunos llevan 18 meses así y no saben qué sucederá con sus convenios a partir de la extinción de los fideicomisos Conacyt-Sener.
Explican que todo depende del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt): si les niegan la extensión, podrían buscar alguna manera de tener apoyo en las universidades en las que se encuentran y otras instituciones, pero mientras no reciban respuesta, viven en la incertidumbre y con el riesgo de que, al no terminar a tiempo, les pretendan iniciar una investigación o les exijan la devolución de los recursos que les han dado.
En Reino Unido hay 52 becarios mexicanos del Conacyt, 38 de ellos solicitaron, entre 2020 y 2021, una extensión de su beca en convenio con la Secretaría de Energía (Sener). Estos becarios Conacyt-Sener son quienes “están en el limbo” desde hace meses, ya que sus programas de doctorado estaban por concluir, pero la pandemia obligó a cerrar laboratorios y sus investigaciones se atrasaron.
Los becarios solicitaron una extensión de un año y algunos la requirieron desde 2020 sin que haya habido una respuesta del Conacyt. El 12 de agosto de 2021, la Sociedad de Estudiantes Mexicanos en Reino Unido (MexSocUK), de la que los becarios forman parte, envió una carta al presidente López Obrador donde pidió autorizar las solicitudes de extensión de vigencia de las becas para los estudiantes en el extranjero. específicamente los becarios Conacyt-Sener.
En respuesta, en octubre de 2021, el director de Becas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Edwin Ricardo Triujeque Woods, respondió a la MexSocUK que “conforme al decreto publicado el 6 de noviembre de 2020 en el Diario Oficial de la Federación, nos encontramos en el proceso de extinción de los Fondos Sectoriales Conacyt-Secretaría de Energía-Hidrocarburos y Conacyt-Secretaría de Energía Sustentabilidad Energética, así como de la transferencia de las obligaciones derivadas de estos al Conacyt”.
En la misma respuesta, el director de Becas aclaró que una vez que se concluyera este proceso, se formalizarían los instrumentos normativos y se analizarían “las solicitudes de extensión de vigencia de becas, conforme al Reglamento de Becas, que resulten procedentes”. Además, puntualizó que el plazo de respuesta “está sujeto a la conclusión del proceso de extinción de fondos”.
Rafael Vaquera Salazar —uno de los estudiantes mexicanos que cursan su doctorado en Inglaterra, y quien además preside MexSocUK— detalló que los becarios de la convocatoria nacional en Londres recibían 880 libras mensuales y los becarios fuera de Londres, 770 libras, una gran diferencia sobre el apoyo que reciben los estudiantes de otros países por parte de sus gobiernos de aproximadamente mil 300 libras al mes. Los tabuladores mexicanos no se actualizan desde 2013 y desde hace meses estos becarios Conacyt-Sener, que pidieron las extensiones, no reciben este apoyo para manutención
El reglamento de becas del Conacyt establece que las personas becarias en el extranjero deberán acreditar su regreso al país dentro de los 12 meses siguientes al término de la vigencia de sus becas y se pueden cancelar por cualquier causa grave. De incumplir con estos y otros términos, el becario deberá realizar el reintegro de recursos en un plazo no mayor a 30 días naturales.
En los casos de los becarios en Reino Unido, no podrán concluir a tiempo los programas por lo que apelaron a las extensiones y de acuerdo con el mismo reglamento, el Conacyt tendría que haber ya emitido una resolución, lo que hasta ahora no ocurre.
La falta de respuesta implica “tirar a la basura, de un plumazo” el dinero que ya invirtió México en la formación de los becarios, sólo por no destinar otros 20 millones de pesos para “52 alumnos en Inglaterra. Es una inversión ínfima para completar los estudios y salir bien de este programa con ayuda del gobierno mexicano”, subrayó Rafael.
Hay que apostar por la educación
Originario de Tamaulipas, Rafael Vaquera Salazar llegó en octubre de 2018 a la Universidad de Warwick y cursa el cuarto año del doctorado en Administración y Negocios con un enfoque de investigación en Energía con implicaciones para Petróleos Mexicanos.
Natali Hernández Becerra empezó sus estudios de posgrado a la Universidad de Manchester en enero de 2019 y ya inició el cuarto año de su doctorado en Geomicrobiología Ambiental. A partir de los retrasos de la pandemia, su universidad le autorizó una extensión de siete meses para concluir su investigación.
El tercer becario Conacyt-Sener es Noel Natera Cordero, quien inició el doctorado en física y astronomía en agosto de 2018 en la Universidad de Manchester. Está en proceso de elaboración de su tesis de investigación sobre grafeno y sus propiedades físicas y eléctricas.
Los tres empezaron a vivir un “abandono” del Conacyt-Sener a partir de la solicitud de extensión de becas, que realizaron seis meses antes de que concluyeran sus periodos como becarios, pero ya no hubo una resolución. “Cada compañero tiene una situación diferente, en mi caso, desde octubre ya no tengo beca de Conacyt, me dieron apoyo aquí en la universidad, doy clases, exámenes y con eso me mantengo, desde mayo solicité la extensión, pero no me dan respuesta”, agregó Rafael.
La situación de los tres es similar. Buscaron apoyos en sus universidades y pidieron oportunidades para obtener recursos con el fin de sostenerse en un país donde se elevó la inflación, el gas y la energía eléctrica y se podría poner peor a partir de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Con el respaldo que les dan sus universidades, los estudiantes tratan de pagar su manutención por ahora, pero el problema no es ese, sino que “en el convenio que firmamos establece que tenemos que demostrar la obtención de grado en los 12 meses posteriores al término de la vigencia del apoyo, que en mi caso terminó en septiembre del año pasado y tengo que demostrarle al Conacyt que obtuve el grado, lo que no es viable” añade Rafael.
Noel vive una situación similar. Su beca en Conacyt autorizó apoyo por tres años, no por los cuatro que dura el programa de doctorado, pero al inicio del convenio se les aseguró que tendrían extensiones para concluir el cuarto año, aunque entonces no se contemplaba que la extinción de los fideicomisos afectaría también las extensiones de becas.
Los tres viven con el estrés de que en caso de incumplimiento, se les obligue a devolver el dinero que el gobierno mexicano destinó para su formación, así que necesitan una carta del Conacyt “donde nos digan: se te da la extensión o se te rechaza, porque mientras no podemos movernos y en caso de incumplimiento no podríamos postular a más programas”.
El miedo de los estudiantes también se sustenta en las investigaciones que solicitó el Conacyt a la Fiscalía General de la República contra varios investigadores y en el miedo de que se les acuse de “darse la gran vida en el extranjero” por ser becarios, cuando se encuentran en condiciones de precariedad.
También les preocupa que se afecte la buena relación que tenía Conacyt con las universidades de Reino Unido. Natali solicitó extensión en noviembre y desde entonces escucha los comentarios de sorpresa de que sólo los estudiantes mexicanos se quedaron sin apoyo de sus gobiernos.
“Hablamos de Nigeria, de Ghana, de diferentes países del mundo que sí cuentan con los apoyos convenidos, soy la única estudiante del departamento a la que ni siquiera le responde su programa de beca y eso probablemente pueda llegar a futuros estudiantes y es una situación lamentable, porque las buenas relaciones con las universidades, que costaron años, a lo mejor se pueden afectar”, advirtió Natali.
Los becarios lamentaron que el gobierno de México juegue con las palabras y garantice apoyos que no se dan en la práctica porque ni siquiera se cuenta con una respuesta. Noel subrayó que “se habla de estudiantes fifís, viviendo una vida en el extranjero, pero llevamos vidas de estudiante, nos movemos en bici, ahorras en comida, en vivienda, como cualquier estudiante sin lujos ni vacaciones”.
Frente a la falta de respuesta, le pidieron al gobierno y a la sociedad de México “ponerse del lado de la ciencia y la tecnología, porque si esto sucede ahora, en el futuro puede ser peor. Si no alzamos la voz y exigimos que se invierta en educación y que los recursos se integren a las universidades, no nos va a ir bien. Nosotros vamos a regresar a México, nos vamos a incorporar a una universidad, esta es una inversión para el país”.
Natali puntualizó que invertir en ciencia es invertir en el futuro, lo que respalda Noel, para quien es momento de “dejar de lado los revanchismos y sentimientos y empezar a hacer las cosas buscando el bien común, el futuro de la ciencia y la tecnología en México, que ha sido descuidado y abandonado”.