Autoría de 4:15 pm #Opinión, Pamela Granados - De salud mental y más

El corazón y la mente posterapia – Pamela Granados

En alguna ocasión mi madre me dijo: “Es como si la cabeza fuera a la velocidad de la luz mientras que el corazón va a la velocidad del sonido, pero llegará un momento en el que el corazón alcanzará a tu cabeza. Sé paciente”. Con esta frase en mente, les vengo a compartir mi más reciente experiencia poniendo a prueba mi conocimiento sobre mí misma, después de llevar un tratamiento psicológico.

En estos últimos días he pensado mucho sobre las herramientas que he desarrollado en terapia y los cambios que veo en mí. Sé que la persona que les escribe el día de hoy no es la misma de hace un año, ni siquiera es la misma de hace un par de semanas, y esto se debe a las experiencias que la vida me va presentado, así como la forma en la que yo decido abordarlas y sobrellevarlas.

Tras un reciente golpe al corazón, entiendo que puede que tenga la teoría e incluso la vivencia para sobrellevar un duelo de pareja, sin embargo, eso no evita que aún cometa “errores” o siga aprendiendo sobre la marcha, porque soy humana y soy imperfecta. El desarrollar herramientas de autocuidado es una de las partes que más he trabajado de la mano con mi psicóloga; estas me han ayudado a tener mejores hábitos, procurar mi salud mental y comenzar a poner límites con otras personas. Esta última herramienta ha sido la más complicada de todas y hasta la fecha aún me cuesta trabajo cuando genero un lazo afectivo con otra persona. Lo que me lleva a reflexionar sobre cómo estoy sobrellevando este duelo a comparación de experiencias previas y cómo lo interpreta mi mente.

La lección más fresca de esta última vivencia fue el establecer límites no sólo para la otra persona, sino principalmente para mí misma, los cuales considero son los más difíciles de mantener…

De acuerdo con la psicóloga Teresita Baranda, el autocuidado emocional es una de las cosas más difíciles que puede aprender el ser humano, porque la mayor parte de su vida vive para los demás y no para sí mismo, creyendo que si lo hace es arrogante, soberbio, presumido, etc. Sin darse cuenta que, mientras no aprenda a cuidarse a sí mismo, no va a poder ver las señales rojas en una relación o alejarse a tiempo de personas tóxicas que llegan a su vida. Por eso, cuando se trata de tu salud emocional una de las herramientas que debes aprender a manejar es asegurarte que estés conectada completamente con tus emociones y lo que la otra persona te hace sentir, hacer del autocuidado una rutina en tu vida, por lo que tienes que preguntarte constantemente “qué necesito” y “qué quiero en mi vida” y responderte muy honestamente: “No quiero estar con una persona que no me valore, que no sea lo suficientemente importante como para superar sus miedos o para vencer sus demonios para estar conmigo”. Cuidarte a ti misma significa identificar lo que no quieres para ti, de esa manera podrás tomar mejores decisiones sobre lo que necesitas. Reconocerte como única responsable de tu propio bienestar y de tu felicidad, y que no eres responsable del otro.

No mentiré, duele. Duele dejar ir la idealización de la otra persona y de la relación. Duele el entender que hay ocasiones en que las personas ya no estamos en sintonía, pero eso no quiere decir que yo necesariamente debo darle una connotación negativa al término de ese vínculo. Por lo que decido dejarlo ir desde el amor, desde el agradecimiento y la compasión. Yo decido recordar con cariño las experiencias agradables y el aprendizaje de compartirme tal cual soy con otro. Entiendo que el otro no tiene obligación de cumplir mis expectativas y que solamente somos capaces de compartirnos hasta donde estamos preparados mental y emocionalmente.

El andar el camino del duelo, que anteriormente me tomaría más tiempo, no se ha vuelto una ruta automática –porque entonces no sería humana, sino un robot sin emociones– pero sí una trayectoria marcada que me permite volver sobre mis huellas para retornar a mí y seguir trabajando en encontrar esa estabilidad emocional y paz mental que aspiro alcanzar, ya sea sola o acompañada. Trabajar en todas aquellas acciones que me proporcionan salud mental, emocional y física; procurar el autocuidado emocional para recargarme de energía. Porque al final del día, sólo tú puedes decidir cuidarte a ti misma, nadie más lo hará por ti.

Twitter: @LaPamGranados

Texto con aportes de la psicóloga Teresita Baranda

Twitter: @BarandaTere

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Last modified: 2 marzo, 2022
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