Cuando se viene el norte – Paola Gámez Pouzou

En el norte del país, se viene el norte y eso creo que sólo pasa… efectivamente, en el norte del país. Porque en el norte, cuando el norte llega, suceden cosas mágicas, algunas misteriosas… y otras no tanto.

Siendo el norte, aprovechas la baja en presión atmosférica y llegas partiendo plaza, evidentemente hacia el sur desde el norte. Si no te importa el día o el mes en que llegas, menos te va a importar la hora, y entras agitando olas del mar, arremolinando nubes y arena; a esta última, haciéndola viajar sin querer a lados donde no tenía planeado, todo eso de inicio. A continuación, volando a la ciudad, aúllas y gritas a los cuatro vientos que estás listo para la acción. Azotando puertas y sacudiendo ventanas, haces descubrir a las casas que poseen recovecos desconocidos, ya que, astutamente, te has metido ahí y has pintado de blanco todo alrededor; ahora habrá que limpiar, gracias.

Enseguida, has logrado que se vaya la energía eléctrica, qué ingenioso, gracias nuevamente y, ¿qué hace una víctima tuya cuando ésta se va? Pues se va a hacer fila a la panadería y, con suerte, alcanza una concha. Por acá, alguien ha olvidado meter la ropa tendida… aprovechas que está húmeda para bañarla con polvo y quizá tomar algo que te acompañe en el vuelo, tal vez el vecino necesite un calcetín.

Han pasado un par de horas y aún hay bríos en tus rachas y te sientes poderoso, continúas así y no desaprovecharás para hacer resurgir uno que otro achaque desmemoriado en el cuerpo, ¿no se recuerdan esa antigua cirugía?, ¿o esa lesión de cuando caíste por las escaleras? No preocupen, el norte se las recordará y hará su agosto jugando con su presión arterial y ese dolor de cabeza que ya traes a flor de piel.

La Biblia dice “el viento del norte ahuyenta la lluvia”, pero no por estos lares. Él ha traído lluvia, pero la ha estado guardando para un cierre espectacular, trae el plan de tirar una vieja marquesina en el centro de la ciudad que tiene localizada; pero no preocupen, lo hará cuando ya haya soltado el agua, así la gente se resguardo y no hay riesgo de heridos, ¿pues qué lo han creído?, es volátil, pero tiene sentimientos.

Se ha cansado de tantas peripecias, francamente se hace tarde y pareciera que por hoy ha decidido dejarlos dormir tranquilos no rugiendo en sus ventanas, y permitir que se restablezca el servicio eléctrico, digo, van 5 horas, y seamos sinceros, la comida del refrigerador no se mantiene pensando positivamente.

Deja, como recuerdo de su paso, una lluvia copiosa, pero no preocupen, si no quieren que llueva, la próxima vez y con tiempo, claven un cuchillo en alguna maceta de su casa y santo remedio. Si no quieren que el norte arrecie, pues no queda otro remedio que mudarse, ya que para mí ha sido sólo viviendo en otro estado del país que me he dado cuenta que el norte no nada más no llega, sino que su magia y misterio no existen, pareciera que sus peripecias se limitan, efectivamente y misteriosamente, al norte del país.

Paola Gámez Pouzou es directora de la Entrada de Estudios Creativos del Tec de Monterrey Campus Querétaro. Le apasiona la arquitectura, el diseño y el arte. Tiene estudios en arquitectura en el Tec Campus Monterrey, una maestría en rehabilitación arquitectónica por la Autónoma de Tamaulipas y experiencia en proyectos de restauración. Ha impartido cursos de arquitectura, diseño industrial, arte y humanidades.

Josué