Autoría de 11:01 am #Opinión, Rodrigo Montera - Poema de Gol

Benzema, el rey invisible – Rodrigo Montera

Primer tiempo: Lo opuesto

Futbolistas como Neymar, Cristiano o Vinícius juegan para hacerse visibles.

Cada uno de sus gestos subraya, hasta el exceso, su presencia en el campo, como quien en lugar de utilizar una joya para adornar su cuerpo se cuelga encima todas las que tiene.

Todo es fluorescente para estos jugadores, desde un pase hasta un alegato con el árbitro. No es de extrañar que gusten usar calzado de colores vivos, como si sus jugadas, en los libros de historia del futbol, tuvieran que ser subrayadas con un marcatextos verde o amarillo. 

Karim Benzema representa lo opuesto.

Estando en la élite del futbol, juega para desaparecer.

Medio tiempo: Monarquía y elegancia

Tras el partido del miércoles contra el PSG, Benzema superó a Di Estefano y se convirtió en el tercer máximo anotador del Real Madrid.

El suyo ya es linaje de monarcas.

Sin embargo, él es un monarca discreto, incluso tímido.

Bien podría llamársele “El rey invisible”.

Por esta discreción, los aficionados del Real Madrid lo han criticado a lo largo de los años: “Para ser un centro delantero, anota poco”. Puede que sea cierto, pero Karim juega mucho. Y muy bien.

Los defensas constantemente le pierden el rastro (sin que él pierda su sitio en el campo) y cuando aparece, con un toque o un movimiento, Benzema sentencia los partidos, como un director de orquesta que, de vez en vez, reconduce el camino de una sinfonía.

Benzema no juega para las estadísticas, ni sale al campo para hacer florituras. El francés juega con otro propósito, con otra cosa en mente: “El futbol debe ser algo elegante”, sintetizó en una entrevista (y, como una curiosidad, es de los pocos, sino es que el único futbolista, que juega con la camiseta fajada).

Una de las cualidades de la elegancia es que puede pasar desapercibida, pero, en el momento en el que hace acto de presencia, conjunta el asombro con la necesidad.

Una bufanda protege del frío, pero también puede combinar con el más discreto de los accesorios.

Bien usada, una bufanda armoniza lo velado.

Benzema es la bufanda del Real Madrid.

Si un equipo fuera un conjunto de vestir, se necesitaría de un cinturón como Casemiro, de una camisa a la medida como Kroos, del calzado cómodo y seguro que es Courtois, y de una bufanda que dé el toque final. Y Benzema ha sido, en 309 ocasiones, esa prenda necesaria y elegante de la que no puede prescindir un equipo como el Real Madrid.

Segundo tiempo: Un niño a los 34 años

De niño, en el barrio en el que creció en Lyon, Benzema se acostumbró a jugar con “los grandes”. En aquella época sus contrincantes le arrebataban el balón con facilidad. Para superarlos, Karim tenía que pensar más rápido y mejor que ellos.

Sigue haciéndolo, sólo que hoy, a sus 34 años, lo hace para ganarle a los más jóvenes.

Donnarumma, el portero del PSG al que Benzema le arrebató el balón que desencadenó la remontada madridista, tiene once años menos que el francés.

Gracias a su inteligencia, Benzema hizo que pasaran desapercibidos en el Santiago Bernabéu el siete veces ganador al premio al mejor futbolista, el jugador brillantina por excelencia y el príncipe destinado a heredar el trono del balón de oro.

Con su juego, el rey invisible demostró que, por una u otra razón, el tridente más lujoso del momento es sólo fantasía.

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Last modified: 13 marzo, 2022
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