NOTA: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX
La familia de Rosabelina de la Cruz sigue en espera de justicia tras la desaparición y presunto feminicidio de la joven, a quien se localizó el pasado 16 de enero de 2020 semidesnuda y colgada en una zona en El Madroño, en Landa de Matamoros, a las orillas de la carretera San Juan del Río-Xilitla, ocho días después de que su familia dejó de tener contacto con ella, revela un trabajo periodístico de la Agencia Informativa D-a Pie.
Entrevistada por ese medio informativo, su hermana, Luisa de la Cruz, recuerda que el 4 de enero de 2020 vio por última vez a Rosabelina, quien fue a Jalpan a tatuarse. Pasaron varios días, sin que respondiera a la familia y finalmente el 8 de enero presentaron un reporte por desaparición, hasta que el 16 de enero se le localizó en un paraje. Durante las investigaciones correspondientes, la Fiscalía General de Querétaro determinó que el presunto feminicidio lo cometió un acosador, que tenía fotos íntimas de Rosabelina y amenazó con hacerlas públicas si ella no sostenía relaciones sexuales con él. De manera previa a su desaparición, Rosabelina fue víctima de violencia digital.
El agresor, identificado como Eladio, alias “El Yayo”, un hombre de 25 años fue señalado por los hechos. A él lo detuvieron el 17 de enero, un día después de que se encontró el cuerpo de la joven de 23 años.
Desde entonces, Luisa se dedica a exigir que se haga justicia a su hermana, que se castigue la violencia digital que sufrió y el feminicidio, Al iniciar el proceso, la Fiscalía presentó dos caminos a la familia, un procedimiento abreviado en la que el sentenciado puede obtener una reducción en su sanción, o bien, el juicio oral, por el que optó la familia, para exigir los 50 años que se establecen como pena máxima para el feminicida.
Sin embargo, el acusado presentó ya cuatro amparos que retrasan el proceso y dos años después, todavía no se tiene una sentencia, a pesar de que la familia exige que se haga justicia para que puedan obtener tranquilidad, sobre todo para el hijo de Rosabelina porque “él sabe que su mamá se murió, sabe que la mataron”.
Asesorada por un defensor de oficio, la familia pretende buscar a un nuevo abogado para que no se detenga más el proceso porque a decir de Luisa “cada día que pasa es una eternidad para nosotros. A estas alturas ya estoy queriendo buscar ayuda en alguien más, tengo mucho apoyo de Derechos Humanos, pero necesito más ayuda, quisiera buscar y es una plática que hemos tenido con mis hermanos mayores, mejor buscar a otro abogado”.
“Se nos ha hecho muy difícil salir adelante, este año no he podido salir siquiera a trabajar por el miedo, eso se me queda, pero quisiera que se resolvieran esos amparos para poder seguir con el proceso, seguir con la sentencia, sentirnos un poco más tranquilos para cerrar ese capítulo y tratar de comenzar de nuevo”, afirma Luisa.
En 2020, las adolescentes y jóvenes de entre 15 y 29 años se colocaron como el segundo rango de edad con mayor incidencia de feminicidio, sólo después del grupo de entre 30 y 44 años.