Autoría de 12:41 pm #Opinión, Juan José Arreola - Código Político

Desfachatez – Juan José Arreola

¿Por qué en el caso del concierto de Ricky Martin la Unidad Municipal de Protección Civil sí actuó conforme al protocolo, evidenció faltas al reglamento y decidió cancelar el evento musical, pero no fue así en el caso del partido de futbol de Gallos contra Atlas del 5 de marzo?

La respuesta es muy sencilla, aunque molesta para algunos: se debió a que hubo omisiones debido a la negligencia de las autoridades –estatales y municipales– encargadas de la seguridad y de la protección de la sociedad civil.

Ausentes y omisos

Después de la comparecencia ante diputados locales de los titulares de las dependencias estatales y municipales de Protección Civil y de Seguridad Ciudadana, quedó muy claro que los directamente responsables del operativo no estaban presentes en el lugar de los hechos.

El encargado de la Coordinación Estatal de Protección Civil se encontraba en un torneo de pesca en el municipio de Cadereyta mientras que su homólogo en la Secretaría de Seguridad Ciudadana se negó a decir en qué sitio se encontraba ese sábado fatídico, aunque se filtró que estaba en la fiesta de un familiar, cosa que –por cierto– no negó.

Claro, en su “defensa” ambos afirmaron que estaban enterados de los hechos, pues los informaron por radio. ¿Creen, de verdad, que con eso cumplieron con su responsabilidad? Yo considero que no.

Y aunque así fuera, permítame comparar las formas de actuar en el operativo del estadio Corregidora y la del concierto de Ricky Martin.

De acuerdo con el comunicado del municipio de Querétaro, en el caso del evento musical, “a las 17:30 horas, tras el pase de lista, se informa que no se encuentra completa la plantilla de 325 elementos de seguridad privada que se había requerido”.

Hasta donde tenemos información, en el caso del partido de futbol la autoridad no hizo esta revisión o, si la hizo, la dejó pasar por alto. Es decir, ignoró la falta de elementos, por lo que incumplió con su deber.

En el concierto musical después de las 19:30 horas “…la empresa organizadora sólo pudo presentar 267 elementos de seguridad privada, de los cuales sólo 13 cumplían con su acreditación ante las autoridades correspondientes”.

Y otra vez: en el partido Gallos contra Atlas, ¿se hizo este procedimiento antes del encuentro? Si la respuesta es afirmativa, ¿por qué se permitió iniciar el cotejo a pesar de que la empresa de seguridad privada no cumplió con el total de elementos de seguridad? En este caso hablamos de negligencia. Y si la respuesta es negativa, entonces hablamos de omisión para aplicar el reglamento.

El municipio apunta más adelante que “ante esta situación, la Coordinación Municipal de Protección Civil determinó no permitir la realización del evento, al no cumplirse con las medidas necesarias para garantizar la protección física de las y los asistentes”.

De nueva cuenta pregunto: si se sabía, en el caso del espectáculo futbolístico, que no había condiciones para garantizar la seguridad de los asistentes, ¿por qué, a riesgo del peligro que se conocía, se permitió iniciar el encuentro? Si no se sabía, de nueva cuenta tengo que decir que hubo omisiones, negligencia e irresponsabilidad de quienes están encargados de la seguridad y la protección civil.

La culpa no fue mía

A pesar de esto, los funcionarios comparecientes ante los legisladores afirmaron que sus respectivas corporaciones hicieron su labor correctamente. Y, por si acaso, también los dos ausentes del estadio el día de la trifulca monumental adelantaron que no renunciarán a sus cargos.

Acto seguido, responsabilizaron de todo lo sucedido a la empresa de seguridad privada y al Club de Futbol Querétaro.

El caso del concierto de Ricky Martin nos demuestra que estas instancias del servicio público sí pueden cumplir con su labor y lo pueden hacer muy bien, pero también nos demuestran que en el partido de futbol literalmente les valió la seguridad de las y los asistentes al coso del Cimatario.

Y aun así, dicen que seguirán en sus cargos y, hasta ahora, ninguna sanción amenaza su comportamiento.

Juan José Arreola de Dios

Periodista

Twitter: @juanjosearreola

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Last modified: 21 marzo, 2022
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